Capítulo 23. Para Que Nadie Se Entere

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Viernes mi día favorito. Hoy no tuve ganas de ir a la escuela por lo que solo vine a trabajar en la cafetería. El abuelo me había encargado hacer la lista de las ganancias de este mes aunque era algo imposible ya que Isaza se encontraba a mi lado solo molestando.

­─¿Por qué me miras tanto? ─le dije al ya no aguantar más su mirada hacia mí. Sinceramente me ponía nerviosa y me desconcentraba, no podía sacar las cuentas.

─No losé, creo que me gusta hacerlo ─­fruncí el ceño mientras seguía viendo la pantalla ─ ¿Te molesta que lo haga?

─Honestamente un poco ─voltee a verlo ─quería preguntarte algo.

─Dime.

─Bueno es que tus amigos en especial Martín. Estos días se la han pasado llamándome cuñada ¿Tu sabes por qué?

─No, la verdad no. Les gusta andar molestando a las personas, no les hagas caso.

─Me dicen cuñada como si yo fuera... ─ni lo digas, pensé ─solo olvídalo ─me gire de nuevo viendo al ordenador.

─¿Cómo si tú y yo fuéramos novios?

─Si ─respondí sin quitar la mirada de la pantalla.

Se escuchó el sonido de un teléfono no era el mío, era el de Isa.

─Tengo que irme ─en eso se levantó con el teléfono en la mano.

─¿Todo bien? ─alce mi mirada para verlo.

─Si, te veré después ─me guiño con su ojo derecho para después irse.

Me quede observando la puerta hasta que sentí la presencia de alguien a mi lado al mirar era Tomas.

─¿Todo bien Ana banana? ─pregunto.

─Lo hace de nuevo, es la cuarta vez que lo hace.

─¿De qué hablas?

─De Isa. Es la tercera vez que recibe un mensaje, me dice que tiene que irse y cuando le pregunto no quiere decirme lo que pasa ─apreté muy fuerte el mouse de la computadora.

─No lose tal vez tiene algo que hacer o tiene algún problema.

─Solo sé que algo trama.

─Pareces su novia ─me moleste tras su comentario.

─Falta mucho para que pase o quizás nunca pase ─lo observe.

─¿Y no te gustaría?

─¿Qué?

─Ser su novia.

─No lose.

─Juan Pablo es un buen chico. Una vez le salvo la vida a una señora que se le había atorado un pedazo de un cruasán y se estaba ahogando.

─¿Y eso que? Cualquier persona lo hubiera hecho ─me cruce de brazos.

─Ana lo único que debes de saber es que te enamoraste del ─se levantó ─. Solo haz lo que tu corazón te diga.

─¿De qué hablas? ─lo mire confundida pero no le importo ya que se metió en la cocina.

Seguí haciendo lo que el abuelo me había pedido y checando de nuevo peligro y me había equivocado por la mirada de Isaza hacia mí en ese momento.

Me estaba hartando un poco todo esto de lo de Isa. Que si es mi novio, que yo le gusto, el me gusta.

Estoy harta.

***

8:30 p.m y el grupo no llegaba, el lugar estaba lleno y yo estaba a punto de enloquecer. El abuelo me miraba a lo lejos con aquella mirada que no sabías si estaba enojado o estaba furioso. En eso vi a Dylan que fue hacia el e hice lo mismo.

Punto Y Aparte// Juan Pablo Isaza//En Edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora