"LOQUERO"

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Mi família estaba realmente preocupada por mi actitud y, cada día me cosian a preguntas,  lo cual era del todo irritante y hacia que mi odio hacia el mundo. 

A mi madre se le ocurrió que quizá mejoraria mi actitud o, que volveria a ser la de antes con la ayuda de un profesional de la psicólogia.  Osea un "loquero".  No me gustaba la idea,  pero no dije nada,  decidí ir,  pero eso no queria decir que fuera a contestar nada de lo que aquel señor dijese.  

Llegó el día en el que tenía la cita con el "loquero" y llegué a consulta con la cabeza baja.  Cuando entré a la sala me es peraba un tal…  Dr.  Jesús,  que me miraba de forma intensa.  Cuando mi madre abandonó la estancia aquel hombre empezó a hablar,  me dijo que era entre los adolescentes era común deprimirse, y que él tan solo queria ayudarme.  Tras aquel pequeño discurso empezó a hacerme preguntas a las cuales no contesté.  Tras varias preguntas sin respuesta,  el sr. Jesús empezó a perder la paciencia,  él aseguraba que no podia irse de hay sin mejorar algo.  Él sonreia,  aunque en su voz podía notar que su rabia y fustración era cada vez mayor.  Precisamente esa actitud era la que odiaba,  ese hombre estaba intentando,  al igual que todo el mundo,  aparentar lo que no sentia.  Cada vez lo percibia más,  y en mi estaba brotando un sentimiento de odio que aumentaba cada vez que el "loquero" mencionaba una palabra.  Mi rabia aumentaba de forma incontrolada,  sentia tantas ganas de… Pero no,  sabia que no debia hacerlo,  aunque  por dentro algo me gritaba que lo hiciera.  Mi rabia habia crecido tantl que ya no podia controlarme y lo hice, cojí un bolígrafo que tenía justo al lado,  lo agarré con todas mi fuerzas y se lo clavé en el cuello matandolo en el acto.  Me di cuenta de que no habia sido tan malo como parecia.  Durante un rato permanecí sentada mirando como el cadaver iba perdiendo cada vez más sangre,  después me levanté y busqué por la sala algo cortante como un cuter.  Tan solo encontré unas tijeras de niño pequeño,  pero me valian,  las cojí y en el brazo del "loquero" escribí con ellas:  "SONRÍSAS VACIAS".

Acto seguido salí por la ventana de la sala,  era solo un primero,  salté y tal y como esperaba,  caí ilesa. 

°POR TI PARA NADA°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora