El molesto sonido del teléfono perforó en su cerebro, y dando un salto se incorporó en la cama.
-¿Dígame? –su voz ronca por el sueño le resulto extraña.
-_____, soy Caitlin.
Rápidamente, sintió el sueño y la pesadez apoderarse de su cuerpo, soltando un suspiro se dejó caer un poco hacía atrás, y se apoyó en las almohadas de la cama.
-Hola Caitlin… -dijo muy débilmente.
-¿Te he despertado? ¡Oh, lo siento, cariño, no sabía que dormías! –exclamó la rubia a través del a línea.
-No grites –pidió _____.
-Bueno, perdón, ¿tienes resaca? ¿saliste de fiesta ayer? Es la una y media, no pensaba que estuvieses durmiendo a esta hora.
-¿La una y media? –preguntó asombrada, y abrió los ojos rápidamente.
-Si, pero bueno, da igual, sigue durmiendo tú que puedes, sólo te llamaba para saber como iba todo.
-Mmm… como siempre.
-¿Y mi hermano?
_____ reaccionó. Y buscó a su alrededor a Justin, se descubrió sola en la cama, y una especie de decepción de apoderó de su cuerpo. Pero no debía de sentir nada por el estilo.
-No sé.
-¿Qué? ¡Ya voy! –gritó la rubia, hablando con otra persona- Tengo que colgar, _____, después llamo.
-No hace falta, no soy una cría.
-Lo sé, pero bueno. ¡Voy, voy! Me tengo que ir. Hasta luego.
-Caitlin…
-¡Ah, una cosa! Te llamaba para decirte que me voy a retrasar una semana más.
-¿Qué? –pi, pi, pi… El sonido de la línea cortada sonaba en su oído. _____ se quitó el auricular de la oreja y miró el teléfono como si fuera algo extraño. Después colgó.
¡Maldita seas!, pensó. ¿Cómo que se iba a retrasar una semana más? ¿Cómo se atrevía a dejarla una semana sola con aquel hombre que le había echo el amor toda la noche?
Ese hombre que la había dejado tan cansada que le había dado la una y media de la tarde durmiendo.
Dios santo. ¿Y donde estaba ese hombre?
-Al fin se levantó la dormilona –la voz risueña y sensual de Justin la hizo incorporarse en la cama. La sabana cayó destapándola- Bueno… si me recibes así, me olvido del almuerzo, y vuelvo a la cama contigo.
_____ miró hacía abajo, y vio sus pechos con sus pezones erguidos para él desnudos. Enseguida se tapó.
-Mmm…
-¿No vas a decir nada más… uhm… con más sentido?
-Buenas tardes…
-¡Y tan buenas! –dijo acerándose a ella con una sonrisa picarona en la boca- ¿Qué tal has dormido, castaña?
Sin poderlo evitar una tonta sonrisa apareció en su rostro, mientras él lo acariciaba.
-Bien… -contestó con la sonrisa, aún dibujada.
-Así me gusta, que sonrías…
Él se inclinó sobre ella, y acarició los labios de _____ con los suyos. Ella suspiró.
-Justin…
-¿Mmm…? –un murmullo bajo, sensual, que la hizo estremecerse.
-Ha llamado Caitlin.
-Mmm… lo sé.
-¿Lo sabes? –preguntó sorprendida.
-Ahá… fui a coger el teléfono antes que tú para que no te despertases, pero cuando descolgué estaba mi hermana diciendo que era ella.
-¡¿Me has espiado?!
-¡No! –contestó él, riendo por la voz con sorpresa de ella- ¿habéis hablado de mi? –preguntó con curiosidad y divertido.
-Pues no…
-¿Seguro?-Me preguntó por ti… -dijo ella.
-¿Y?
-Se tuvo que ir.
-Uhm…
-Es la verdad.
-Claro…
-¡Oye que es cierto! –se defendió ella.
-¿Y quien ha dicho lo contrario? –preguntó él enarcando una ceja.
-Tú…
-Yo no he dicho nada, pequeña, así que no digas cosas que no he dicho.
_____ se dio la vuelta en el colchón y se puso de lado.
-No tengo ganas de discutir –dijo- voy a seguir durmiendo.
Justin tuvo que morderse el labio para no reírse a carcajada limpia, ella no estaba enfadada, ¿no se daba cuenta de que mentía fatal? Su expresión corporal lo decía todo. Estaba indignada, incómoda. En parte se sentía bien, pero se sentía extraña. Y no sabía como afrontar todo aquello.
Cosa que Justin no entendía en absoluto. Habían pasado una noche… muy placentera, el muy debería de ponerse con mayúsculas. Aquella mujer era increíble, y él había disfrutado como un crío. Mentira… como un crío no, como un buen adulto. El sexo había sido increíble. Más que eso.
Pasó el dedo por la espalda de _____ siguiendo la señal de la columna vertebral.
-Bueno –murmuró mientras su dedo descendía- Si quieres dormir, me iré yo solo a comerme el almuerzo que estoy preparando.
Las tripas de _____ crujieron, y ella se sonrojó. Justin volvió a morderse el labio e ignoró el ruido.
Su dedo continuo descendiendo hasta llegar a la parte más baja de su espalda, y después de detenerse unos segundos, volvió a comenzar el camino, esa vez hacía arriba.
Una vez llegó al cuello, se inclinó sobre ella y le besó el hombro, acercó su boca al cuello de ella, y subió hasta alcanzar su oreja.
-Duerme bien, muñequita –susurró. Y levantándose, la dejó sola desapareciendo por la puerta.
_____ oyó la puerta cerrarse y se giró hacía ella; estaba sola en la habitación. ¡La había dejado sola!
Bueno, ¿y ella que le había dicho? Que quería seguir durmiendo ¿no? Entonces, ¿De qué se quejaba?
Aún podía sentir la caricia de su dedo recorriéndole la columna vertebral. Su cuerpo se estremecía ante el solo pensamiento de Justin tocándola, por muy breve que fuera ese contacto. Aquel hombre la hacía temblar.
Cerró los ojos e intentó dormir, de pronto, tenía calor. Buscó los bordes de las sábanas y sacó los pies por los extremos. Ya no tenía calor. Pero se sentía incómoda, y comenzó a girar sobre su enorme cama. Tan grande que se sentía sola.
Cerró los ojos de nuevo, y apretó los puños aferrándose a la almohada cuando la imagen sonriente de Justin apareció ante ella.
-Te odio –refunfuñó.
Mentira…
-¡Cállate! –gritó para si misma. Volvió a rodar sobre el colchón intentando conciliar el sueño. Algo que parecía imposible en ese momento.
Harta de todo; harta de Justin, harta de si misma, retiro las mantas y se incorporó en la cama. El estómago le crujió de nuevo y tuvo que reconocer que tenía demasiada hambre como para dormirse sin más.
Y es que era normal, después de todo el ejercicio practicado que estuviera tan hambrienta.
Al levantarse, algunos músculos internos se quejaron, y ella sonrió ante el recuerdo de la noche pasada. Se metió en la ducha, y al salir se vistió con unos simples pantalones cortos y una camiseta.
Aún descalza, y con el pelo húmedo cepillado, salió a la cocina para picar algo.
Se detuvo de pronto al ver a Justin en la mesa, puesta para dos. El estómago le volvió a gruñir ante el olor de la lasaña que le golpeó la nariz.
-Siéntate –le dijo él con una enorme sonrisa en los labios- te estaba esperando.
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Una Ducha Divertida HOT(Justin & Tu)
Fanfiction"-Quiero estar contigo Justin... siempre. -¿Siempre? -preguntó él con una enorme sonrisa. -¡SIEMPRE! -gritó ella"