capitulo 13

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-Vale… -murmuró Justin mientras veía la cabellera rubia de su hermana salir de la habitación de ______ riéndose como una loca- ¿me puedes explicar que ha sido eso?
_____ se giró sobre sus pies y le dio la espalda a Justin, después, se dirigió hacía el cuarto de baño, y comenzó a cepillarse el pelo. Justin se quedó observándola, no sabía por qué le gustaba tanto aquella mujer, pero tenía algo que le llamaba la atención, de hecho toda la atención era suya cuando estaban juntos, lo hipnotizaba de alguna manera extraña. La miró cepillarse el pelo, y después coger el secador con el cual comenzó a secárselo, primero el flequillo, después el resto del cabello que fue cogiendo un color castaño intenso, que comenzaba a volverlo loco… aquel sedoso cabello lo incitaba a enterrar los dedos en él, para acabar cogiendo la cabeza de _____ y besarla de una forma intensa y profunda.
Carraspeó de pronto, al ver por donde tiraban sus pensamientos.
-Estoy esperando –dijo mirándola a través del espejo.
-¿A qué? –preguntó ella.
-A que me respondas, ¿a qué se refería Caitlin con lo que dijo? Conociéndola, me parece que me tengo que poner a temblar, ¿Le has contado lo nuestro?
-¿Qué nuestro, Justin? Creo que antes dije lo que pensaba.
-Y yo juraría que te había hecho una propuesta… e iba enserio.
_____ devolvió la vista a su pelo, el cual comenzó a cepillar con brío.
-No hay ningún nosotros, Justin. Y no creo que sea lo mejor el que lo haya.
-¿Ah, no? –preguntó él oscureciendo los ojos- ¿y eso por qué? Dame una simple razón.
-No compenetramos –dijo ella encogiendo los hombros.
Él tuvo la osadía de reírse, de reírse a carcajada limpia, limpia, alta y muy sonora, y se rió en toda su cara.
-Creo, querida, que has dado la peor excusa, ¿Qué no compenetramos, _____? Creo, que es lo que mejor hacemos –dijo bajando la voz, hasta hacerla excitante.
-Vale. Pues si esa excusa no te vale, piensa en una y quédate con ella, porque de todas formas la respuesta es no.
Justin se puso serio, muy serio, y la miró a los ojos. Se acercó a ella por detrás y la hizo girarse.
-¿Qué te pasa _____? ¿Por qué eres así?
-¿Así cómo? No he dicho nada del otro mundo, si no te gustan las calabazas aguántate un poco.
Él la miró con curiosidad, aquellos ojos marrones brillaban enigmáticos. ¿Qué le pasaba, por qué era tan negativa?
-¿No te das cuenta, que podemos pasarlo muy bien?
-Ja. –dijo ella, y se alejó un poco de él- eso es lo que solo quieres, pasarlo bien, pues para eso Justin, te informo que no hace falta tener algo serio, hasta ahora nos va bien, como estamos, y ya te lo dije, búscate una excusa y quédate con ella, porque la respuesta a tu proposición sigue y seguirá siendo la misma.
-¿Y si no encuentro ninguna excusa?
-Te la proporcionaré yo.
-Está bien… -murmuró él pensativo- a ver, déjame pensar… Nos lo pasamos bien en la cama.
-Ajá…
-Y también nos lo pasamos bien fuera de ella. –_____ guardó silencio, y lo dejó hablar- Nos reímos juntos y nos hacemos bromas, es decir; nos llevamos bien. Sabemos encontrar un tema de que hablar. Coincidimos en muchos gustos, y aunque en otras cosas no estoy de acuerdo contigo, no me disgustan. Te gusto, creo… Me encantas. Ahí no hay problema.
-Bien –susurró ella.
-No te aburro, ni me aburres, sabemos divertirnos en la calle.
-Creo que te repites.
-Shhh… no te maltrato, y dejé de decirte cosas que no querías oír. Sé cosas de ti, cómo que tienes un hermano, y qué tu mejor amiga es mi hermana, punto a mi favor, por cierto.
-Eso no es nada malo, Justin, ve al grano.
-Ok… A veces eres orgullosa, cabezota, y no razonas. Te enfadas, pero después recapacitas…
-Bien, esas son cosas malas.
-No, no… a pesar de todo eso, me sigues encantando. Adoro cuando alzas el mentón, mostrando tu orgullo, la forma en la que niegas y niegas diciendo que llevas razón, como ahora. Cuando no razonas, me encanta acariciarte, hasta que dejas en enfado a un lado. Adoro cuando sonríes, la carita de ángel que tienes, que contrasta con tu cabello claro, el cual me encanta acariciar… ¿me dejas acariciártelo?
-No… -dijo ella, y dio un paso atrás- Justin esto es inútil, será mejor que me vaya.
-¿Inútil por qué? –preguntó él, ignorando la segunda parte- ha sido idea tuya 

-Sí, pero no buscas nada malo, todo te parece bien, y así no acabaremos nunca –dijo la castaña.
Y para colmo la estaba haciendo sentirse como en las nubes, él era demasiado con todo aquello que decía, y a pesar de ser así de tierno, con aquella descripción que la estaba haciendo estremecerse, también sabía que no debía de tener nada con él.
-¿Y qué pasa si me gusta todo de ti?
-¡Eso es imposible! –exclamó ella y se fue a su habitación.
-No lo es, increíblemente, me gusta todo de ti. ¿Puedes tú decir algo que no te guste de mi?
-Eres arrogante.
-Lo sé.
-Un arrogante engreído.
-También soy tierno, ¿no?
-Un poco –contestó ella casi instintivamente, se rendía a él…
-¿Sólo poco? –preguntó como un niño chiquito.
-¡Ya Justin, por favor!
-¿Se puede saber, que te pasa, _____? Cualquiera diría que tienes miedo, que no quieres comprometerte.
-Tengo veintiséis años Justin –dijo ella- me he pasado la vida sin creer en las relaciones, y no voy a comenzar ahora, ¿vale?
-¿Me puedes dar un motivo para eso?
-El único amor en el que creo, es en el de las novelas.
-Eso no es respuesta.
-Si lo es, si para mí –contestó orgullosa. Si lo era, se había pasado toda su vida sin creer en el amor, el único amor en el que creía como había dicho era en el de las novelas.
En las cuales los hombres son atentos y se enamoran de verdad, hombres que harían cualquier cosa por aquellas mujeres que adoran. Hombres que no existían en la vida.
Había crecido en una familia rota. Donde habían predominado las peleas, los gritos, y el desamor. No había amor. Ni entre sus padres, ni entre sus hijos, los únicos unidos eran su hermano y ella. Su hermano, el cual se había casado cinco veces, y en esos cinco matrimonios no había sido felices, era obvio, que su familia no estaba destinada a un amor eterno, o duradero.
Y ella no iba a ser la excepción. Además, lo tenía comprobado…
-_____… ¿por qué te empeñas?
-¿En qué? –preguntó ella, mirándolo.
-En rechazarme.
-Justin, ¿por qué no dejas el tema? Mira, si te vas a poner pesado lo dejamos aquí y ahora, ni relación seria, ni sexo, ¿ok? Tú decides.
-No me puedo creer que me estés diciendo esto –se rió él, acercándose a ella.
¿Aquello era real? Era la primera vez que oía eso de la boca de una mujer, y era la primera vez que deseaba decir, Se acabó. Pero no lo iba a hacer, porque no pensaba dejarla. Si ella se había dedicado a construir un muro a lo largo de su vida, él se iba a encargar de derribarlo, y entonces ella sería suya.
Como había deseado, enterró los dedos en el cabello de _____, y acercó sus rostros, su boca, demasiado cerca de la de ella. Sus alientos acariciándose, ella entreabrió los labios. Para él.
-Estoy esperando tu respuesta –susurró ella.
-¿Y cuál crees que es? –preguntó él, y cubrió la boca de _____ con un beso profundo e intenso, como había deseado hacer minutos atrás.

Una Ducha Divertida HOT(Justin & Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora