Narra Niall.
Mientras nos adentrábamos entre la gran cantidad de estudiantes, se oían murmuros estúpidos que decidí ignorar, pero se me fue difícil ignorar la mirada de un imbécil sobre el trasero de ______.
–– ¿Tienes algo extraviado? —interrogué frío volviéndome.
–– No —contestó el muy estúpido.
–– Entonces no mires a mi chica —concluí con el ceño fruncido.
¿Por qué dije eso?, ¿por qué la ira absorbió mi ser en el momento en que ese imbécil la observaba?, ¡¿qué mierda te ocurre Niall?!. Tal vez, era verdad que estaba cayendo enamorado de... no. Eso jamás. Una estupidez como el amor jamás existirá.
Sin más decir, continuamos con nuestro camino, yo observaba atentamente hacia el frente mientras ella tenía su cabeza ladeada hacia la derecha.
–– ¿Ocurre algo? —pregunté.
–– Claro que ocurre algo Horan... —frunció el ceño—. ¿Por qué me llamaste “tu chica”?.
Dudé un poco antes de responder.
–– Porque no quería que ese imbécil continuara observándote.
–– ¿Por qué te molesta? —cuestionó, obviamente enfadada.
–– Porque... mierda, te quiero _____.
Narras Tú.
–– ¿Qué? —logré articular absorta por sus palabras.
–– Yo.. —comenzó a alborotar su cabello—. Debo irme, adiós —se despidió mientras corría de mi lado.
Me quedé helada observando a la nada mientras algunos alumnos del instituto aún continuaban mirándome, esta vez, extrañados, ¿qué tipo de chica se queda quieta a mitad del corredor?.
“Porque te quiero ____”. aquellas palabras comían mi cerebro, ¿por qué lo dijo?, ¿sería de verdad? no.. solo tonterías, debió ser un impulso estúpido.. ¡Es Niall Horan!, sinónimos: problema, rebelde, chico malo; antónimos: tierno, chico bueno, persona que tiene sentimientos.
–– _____. –Oí una voz bastante familiar.
–– ¿Sí? –Dije volteando, April.
–– ¿Qué hacías con Niall y su atuendo?.. –Dijo con un tono de voz celosa.
–– Yo.. –Miré hacia ambos lados mientras la campana indicaba en incio de clases– te digo luego.. –Dije aliviada.
–– No _____, dime ahora.
–– ¿Y las clases?
–– En éste momento son lo último en mi lista de interés. Ya, dime.
–– Está bien.. pero no aquí, sígueme.
Nos dirigimos a la cafetería y tomamos aciento en una de las mesas.
–– Bien, te explicaré.. –Dije algo nerviosa y comenzé a relatar la ''historia'' tal y como fué realmente, con detalles y todo, exeptuando el momento incómodo en que llegamos al instituto.
–– ¡Dios! ¡Lo lamento _____! ¿No te lastimó? –Preguntó alterada.
–– No, solo conservo algunos morados en mi cintura, cuello y muñecas..
–– Que alivio es saber que no ocurrió el acto de violación, aunque.. el abuso sexual no se descartó.
–– No me lo recuerdes. –Suspiré.
