챕 4 터

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Al día siguiente de la reunión general, Kyungsoo junto con Jongin estaban tratando de interrogar a un nervioso príncipe Taehyung, después de toda la actuación de muerte por parte de Seokjin, Soo inmediatamente le comentó a Jongin y ambos en el momento en que Tae estuvo libre empezaron a cuestionarlo preocupados sobre el estado del mayor, por supuesto que Taehyung no sabía que contestar a todas esas preguntas. Qué sí Seokjin tiene una peste, qué le llegó la hora, qué porque estaba más rojo que Tae, qué sí se desmayó por el impacto de la imagen del general, que si eso significaba qué a Jin le gustaban más los tallos que el tulipán, qué sí tiene menopausia, etc.

Ni con la ayuda de su siervo Mark de tratar de distraer a sus amigos de esas preguntas podía evadirlos, Tae los ignoraba siempre tratando de desviarse o poner objetos, personas, lugares entre ellos, obviamente no funcionaba. De repente un guardia visitante intercede a Kyungsoo y Jongin. Tae aprovecha la situación y avisa a su siervo que vaya de un lado y el a otro para confundirlos, Mark obedece y se dirige camino a la área de cultivo fingiendo seguir a su amo. Tae toma la dirección contraria, queriendo tomar un respiro, busca un lugar tranquilo para meditar.

Todos los eventos ocurridos con anterioridad estaban dejándolo demasiado aturdido y preocupado, el incremento de los ataques, la visita de los guerreros y la presentación de su hermano. Para sus 17 años Taehyung aún quería vivir sin preocupación alguna, seguir paseando en el día, escaparse en las noches al pueblo, comidas con su familia, los entrenamientos, poder llegar a liberar su lobo como alfa, y encontrar a su pareja. Para el su vida apenas estaba empezando, tenía demasiados planes y sueños como para ser interrumpidos por tales desgracias y problemas.

Al seguir caminando llega a una pequeña parte casi oculta detrás de todo el recinto real, un espacio muy verde con mucha flora y fauna, que al casi no tener unos cuidados intensivos, la hierba, flores, arbustos, árboles y animales vivían ahí con libertad y sin molestias junto a un lago demasiado claro llegando a confundirlo con el cielo mismo, en ese lugar es donde encuentra a uno de sus mayores gozos en la vida.

Había algo que lo hacía reír y sonreír más que una tarde con sus amigos, había algo que lo ponía más nervioso que las pruebas sobre sus estudios, había algo más cálido y relajante que dormir abrazado en los brazos de su padre Jimin, había algo que le subía más la adrenalina que un duelo de espadas, había algo más cautivante que las perfectas melodías y cantos que le enseñaba su maestro favorito, había algo más bello que ver el amanecer reflejado en los prados frente a su dormitorio, había algo más perfecto que el despertar vivo cada día. Y eso tenía nombre, se llamaba Hoseok.

Tae nervioso busca la forma de ocultarse poniéndose detrás de un árbol seco, saca un poco su cabeza para observar bien el perfil marcado de su hyung. Se encontraba sentado con los ojos cerrados en el pequeño muelle de madera con el claro lago adelante suyo, un pergamino con unas pinturas estaban frente suyo, el pincel en su mano vagaba libremente sobre el papel como si solo necesitará el sentir y el escuchar para plasmar la imágen en frente suya, su sonrisa hacía que apareciera ese minúsculo hoyuelo en su mejilla izquierda, su cabello rojizo-oscuro deslumbraba por los rayos de sol que se cernían sobre el junto al hanbok de color amarillo pastel. Taehyung suspira, ese hanbok combinaba perfectamente con el suyo color azul celeste, porque Hoseok era la estrella que más iluminaba el cielo de vida de Taehyung.

—Príncipe Taehyung me está distrayendo, puede hacer que me equivoque— Hoseok exclama sin perder la postura.

El príncipe salta por el susto provocando que se golpeara la nuca con la roca gigante detrás suyo, cae al suelo con un fuerte alarido de dolor.

—¡Príncipe Taehyung! Por dios no quería asustarlo ¿Sé encuentra usted bien?— el peli-oscurorojizo suelta todo para llegar corriendo hacia su pequeño príncipe, moviendo sus manos por toda su cabeza para encontrar algún daño, demasiado cerca cabe decir.

Flor de Lobo • Namjin • OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora