Flor de Lobo • Namjin • Omegaverse

챕 6 터

Las hojas de un árbol representan su tiempo de vida, uno es impotente al observar como de poco a poco las hojas caen desgarrando la existencia del árbol, de la misma forma que uno observa como de corta es su existencia en contra del tiempo.

Al fin y al cabo, la última hoja debe caer para poder renacer en una nueva existencia.

Sobre su caballo en el sendero de ese valle, el príncipe Seokjin admira el desolador paisaje, como en un principio al adentrarse en ese sendero, la verde flora estaba presente con sus altos pastizales de flores amarillas. Pero metros después, un golpe de negrura y destrucción arrasó su visión, como consecuencia de los bárbaros criminales que no les bastó con la destrucción de esa aldea cercana, si no también debían destruir su imagen de alrededor.

La familia real junto a vários guardias, siervos y médicos iban de camino a la aldea Damsu, llevando víveres de agricultura, ayuda obrera y servicios médicos. Esa aldea era la continua a la destruída hace ya 31 días, la gente estaba demasiado inquieta, aún cuando ya conocían esas situaciones en la mayoría del reinado del Monarca Yoongi, llegando casi al punto de aceptarla, esperando el turno para su muerte antinatural.

La desconfianza, rencor y rebeldía ante el alto mando estaba empezando a ser demasiado evidente junto con las quejas de que no lograban terminar los ataques, no importaba cuantos soldados estuvieran rondando vigilantes de la seguridad de las personas. Sin ningún ruido de alerta los ataques mortales cernían sobre ellos, para que la mañana siguiente la sangre fresca y escombros reinen en el ambiente, sin ningún sobreviviente para testificar lo sucedido.

Los príncipes juntos con el rey en frente de la marcha estaban a caballo, la reina estaba en su palanquín* cargada por hombres siendo oculta y resguardada por su sirvienta. Había filas de siervos y guardias a los costados que custodiaban el camino por algún ataque de bandoleros, varías carretas con víveres estaban en la cola.

El monarca conversaba con el consejero Leeteuk y su hijo Hoseok sobre cómo planear una carpa de asistencia médica. La reina dejaba abierta un poco la pequeña ventana de su palanquín para observar y hablar con Rose. Los únicos distantes y extrañamente callados eran los príncipes. Y eso era principalmente por parte de Jin.

—Hermano ¿No recuerdas?— Taehyung se mueve en dirección de su hermano para que lo escuché sin alzar demasiado la voz —. La nostalgia de mis memorias aparecen cuando todos de niños veníamos de paseo y usábamos nuestra baja altura para ocultarnos en los pastizales para que nuestros padres nos encuentren.

Seokjin no se gira para verlo, solo asiente con una sonrisa sin dejar de apreciar el valle . Tae observa el perfil de su mayor en cómo se alzan sus mejillas y exhala complacido por al menos crearle una reacción positiva a su hermano que ha estado pensativo y decaído desde que despertó de aquel sueño que duró días.

Taehyung a podido observar la forma en que su hermano se ha mantenido oculto la mayor parte del tiempo en su recinto, apenas saliendo a sus comidas familiares y visitar a su padre Jimin estas últimas semanas. No a querido explicarle nada, aún no logra comprender por lo que pasa su hermano, el que dentro suyo haya despertado un animal es algo ajeno y sorprendente para su mente joven. Solo contemplaba la forma en que Jin se encogía, observaba y olía todo detalladamente y como cuando oía una cierta voz o veía una cierta figura corría despavorido para encerrarse nuevamente del exterior.

Taehyung estaba cansado de eso, como su hermano huía, sus responsabilidades eran ahora del menor, llenándose de tareas y estudios durante más horas de las que tenía. Pero su principal molestia era el que ya no caminaban libremente o hablaban por horas, o se escapaban para divertirse en el pueblo, cuando entrenaban o más bien jugaban con sus armas junto a Kyungsoo y Jongin, u tenían sus clases de arte junto a Hoseok. Al príncipe menor no le gustaba para nada, sentía que todo el mundo caminaba demasiado rápido el trayecto de vida, y el apenas podía arrastrarse para alcanzarlos.