4.Segunda oportunidad

10 0 0
                                    


No espere un segundo y lo tire del brazo para que ingresará en la casa.
-Ven, colócate junto a la chimenea. Ya te preparo un baño. No primero te preparo un té - Estaba realmente nervioso y eufórico. No dejaba de acomodar todos los almohadones de la sala y la decoración.
-Hyung...-trato de calmarme pero hice caso omiso.
-Disculpa el desastre, No esperaba visitas...
-Jin Hyung...-Continuo, pero mi atención estaba en otro lado.- Calmate- Me ordenó colocando su mano sobre la mía en lo que tomaba un florero. Me lo quita de la mano y lo coloca de nuevo en la mesa auxiliar de vidrio. -Necesito tu ayuda.
-Si, dime. ¿Qué necesitas? – Le pregunto en lo que me siento junto a él, en el suelo, frente a la chimenea.
-Necesito un lugar donde vivir.
-Pero...¿Y la tía?
-Hui de allí. Es muy largo de contar y nada agradable. No creo que pueda hacerlo ahora.
-Esta bien. Puedes quedarte aquí.
-¡No!-Abrió grande los ojos- No quiero estorbar.
-No lo haces pequeño- Le despeino el cabello, que mojado se veía aún más oscuro. Negro puro.
-Pero...¿El señor Kim y su familia no se molestaran?
-Para nada, son personas muy amables y Tae estará contento de tener alguien con quien pasar el rato cuando Jimin no este.
-¿Tae?
-El hijo mayor de los Kim. Tiene un año más que ti.
Jungkook agachó la cabeza apenado. Siempre fue un niño muy tímido y le costaba hacerse de amigos, por ello siempre andaba conmigo y Nam. En cierto aspecto, esto lo favoreció y a la vez no. Pues al juntarse con mayores no lo molestaban y maduro bastante rápido, Pero a la vez, quemo etapas, siempre se sintió inferior a nosotros por ello es tan competitivo y el estar tan pegado a mi lo hizo muy dependiente.
Esa tarde paso de ser aburrida y gris a ser alegre y anecdótica. Jung me contó todas sus "aventuras" en Japón. Nos reímos de la vida acomodada de mi tía, de sus amistades e incluso de sus compañeros de clases.
-Jin. Hay algo que debo contarte.- Por su sonrisa supuse que sería algo bueno- Más que contarte, mostrarte. El tiempo que lleve en Japón conocí a un señor, Akiyama  Aoi, fue músico en su juventud, cantante y pase largas horas con él. Era lo único entretenido. Cuando iba a inglés me escapaba y me acercaba al almacén del señor Akiyama. El me enseñó a cantar mejor y quiero mostrarte.
-A ver...-Lo invite a que me muestre. En ese momento estaba escéptico y sólo lo veía como algo de niños. Pero...empezó a cantar. Su voz sonaba tan limpia y suave, algo airada pero se veía intencional, era como una voz de jazz o blues. Calma y serena, de esas que puedes oír por horas. Realmente mi pequeño era talentoso.
Cuando termino su canción lo aplaudí con vivacidad, estaba realmente orgulloso del hombre en el que se estaba convirtiendo. Siempre supe que era inteligente pero temía que al ser tan niño sea fácilmente influenciable, pero hoy comprobé que no, que seguía manteniendo sus valores.
Cerrando la tarde Tae llegó. Jungkook estaba realmente nervioso, jamás lo miro a los ojos y se mantuvo distante. Pedía disculpas por todo y Tae no ayudaba, no dejaba de mirarlo. Nunca fue un niño muy discreto, pero si muy curioso y claramente Kookie despertó su curiosidad.
-¿Te gustan los videojuegos?
-Si- Respondió el menor aún sin mirarlo y jugando con sus dedos.
-Tengo uno nuevo, ¿Quieres jugar?
-Bueno.-Dijo muy bajo, con un tono infantil . Tan diferente al tono estridente de Tae.
Para Tae ser extrovertido,  hiperactivo y sociable era cosa de todos los días a lo que el común de la gente está acostumbrada. Pero Jungkook era realmente introvertido y tan contrario a Tae, siempre fue de reprimir sus pensamientos o su encantadora personalidad por miedo a que se burlen de él o ser ignorado. Trate de todas las maneras posibles de darle confianza y que aprendiera a amarse a sí mismo...pero creo que eso lo aprenderá con los años y la experiencia.
Me senté en el sillón Luis xv que daba al patio. Ya eran pasada las 7 pm, en una hora el matrimonio Kim iba a estar llegando y no sabía cómo pedirles que Jungkook se quedará. Sentía que se aprovechaba de su caridad. Escuché unas risas desde la sala de juegos y decidí ir a verlos.
Me quedé apoyando en el marco de la puerta, observándolos. Kookie aún lucia algo nervioso y su sonrisa parecía incomoda, pero se estaba acostumbrando, lo sabía, conozco bien a mi hermano.
Era gracioso ver el contraste entre ambos niños. Tae se había teñido el cabello de rubio y lo tenía corto en los costados y con un poco de fleco; Jungkook por su lado lo tenía completamente negro y algo despeinado, era bastante largo y Su fleco casi tapaba sus ojos.
Tae tenía de su lado una campera universitaria blanca y negra, una bufanda amarilla con enormes estrellas, un gorro de lana azul. Ahora se encontraba sin todo aquello dejando a la vista una remera azul con la cara de un perro. En cambio, Kookie tenía un buzo blanco con letras negras y un pantalón negro jogging. Era un contraste entre neutros y primarios.
Si...se van a entender. Pensé con alegría. Tenía a mis ángeles conmigo y jamás permitiría que algo o alguien los dañara. Ese día me prometí protegerlos por el resto de mi vida y apoyarlos en todo momento. Hoy día me doy cuenta que no fue suficiente mi amor para lo que se nos avecinaba. Pero, no me quiero ir muy lejos en el tiempo, permanezcamos en este momento de felicidad.
Como supuse el matrimonio no tuvo inconveniente en que Jungkook viviría con nosotros, es decir, era el plan original ¿No?
-¿Mañana podemos visitar a NamJoon?
Estábamos recostados en mi cama, mirando hacia el techo. Ya eran las 12 am pasadas y no podíamos dormir. Era como si los temas de conversación no finalizarán.
-No lo creo.
-¿Por qué?- Estaba extrañado por mi respuesta. Lo supe por como volteo a mirarme.
- No tengo más relación con él. Perdimos el contacto.- Respondo con indiferencia.
-¿Qué? – estaba alterado- Pero...es tu mejor amigo. ¿Qué fue tan grave como para que dejarán de hablar? ¿Te volviste clasista y dejaste de tratar a nuestros amigos por estatus social? – Se vislumbraban lágrimas en Kookie. Era realmente débil, sólo bastaba decirle "¿Quieres llorar?" para que lo hiciera.
-¡Claro que No!- Me estaba ofendiendo- Se comportó muy mal.
No tuve más remedio que contarle toda la situación y en su expresión podía notar el disgusto que le ocasione.
- Te creía más inteligente Seokjin.
- Oye más respeto niño- Lo señaló en un gesto de reto.
- Es que no puedo. No me cabe en la mente como dejaste de hablarle a tu amigo por un error tan absurdo. Nam no lo hizo de mala fe, sólo que a veces tiene sus arrebatos egoístas pero jamás dejo de pensar en ti. Creo que le respondiste de esa manera más por el enojo debido al rechazo de esa señorita que por lo que hizo.
- ¿Ahora planeas psicoanalizarme?
- No hace falta tener un doctorado o licenciatura  en psicología para darse cuenta de lo absurdo de la situación y que pareces...parecen, mejor dicho, niños de primaria. Al final, los estoy educando yo más que ustedes a mi. Mañana iremos a visitarlo y arreglarán está situación...quiero que Bulletproof regrese, y está vez, quiero formar parte.
Esto último me dejó pensando. Sería novedoso y tendríamos grandes oportunidades con una voz como la de Jungkook. Jamás lo hubiese considerado, me resultaba demasiado pequeño para ello pero no podía negarle la oportunidad de intentarlo.
...
Pensé que en la mañana se iba a olvidar de NamJoon pero al terminar el desayuno me di cuenta que no.
-Bien- hablo frotando las manos para quitar las migas de la tostada que aún masticaba.- ¿Estás listo?- Me pregunto en lo que bajaba de la butaca.
-¿Para qué?
-Para ver a NamJoon. ¿No hablamos de eso anoche?
-Ah Si, no creo que sea necesario. Estoy...
- No seas cobarde. Anoche acordamos esto y debes cumplir tu palabra.
¿En qué momento maduro tanto?
- De acuerdo- Me resigne y de mala gana tome mis pertenencias para salir de la casa.
El trayecto hacia la casa de Nam era relativamente corto, una media hora. Estaba en la zona más céntrica de Seúl. Al llegar golpeamos varias veces pero nadie respondió por lo que decidimos marchamos y yo respire aliviado.
Jungkook se veía decepcionado y a mi me costaba disimular mi alegría, alegría que vi interrumpida por la imagen de NamJoon a unos pasos de nosotros. Iba mirando hacia el suelo, jugando con una piedrita.
-¡Nam!-Exclamó Jungkook
El contrario levanto la vista sorprendido y más aún al ver al niño acercarse a él. Estoy seguro que así habrá sido mi expresión ayer cuando lo vi.
-¿Jungkook? – Lo miro extrañado en un principio pero, tras concesionarse de que se trataba de mi hermano, fue directo a recibirlo con un abrazo.- ¡Estas enorme!- Exclamó al separarse y tomarlo con los hombros regalándole una de esas sonrisas características de NamJoon-¿Qué haces por aquí?
-Volví a Corea y quise...quisimos- Dijo esto último señalándome a lo que Nam me miro, contrario a mi que esquive su mirada.- Venir a visitarte y arreglar unas cuestiones.
-¿Cuestiones?- Preguntó Nam volviendo su vista al menor.
-¿Y si mejor hablamos en tu casa?
-Este...- Se comenzó a tocar la nuca mirando hacia el suelo- Temo que eso no será posible.
-¿ Por qué?
-Porque ya no vivo allí. La concubina quiere vender el complejo de departamentos a unos empresarios. Le ofrecieron una interesante suma y ella necesita de urgencia el dinero...me echaron. A todos.
-¿Dónde te estás quedando? -Interrumpí a Jungkook. Esta bien que estaba enojado con Nam pero me preocupaba, no dejaba de quererlo.
-Aquí a unas cuadras, cerca de la estación de tren. En un  contenedor, de a poco lo estoy ambientado. Iba por las últimas cosas. Mis padres volvieron a Ilsan, a la casa de mis abuelos pero no quise irme de aquí. Siento que todo esto tiene más que ofrecer.
-¿Por qué no me contactaste? Podría haberte ayudado-Le reprochó.
-Estamos distanciados Jin, y por lo que me dijiste aquella noche estoy seguro que pensarías que buscaba beneficios al contactarte.
-Oye Nam, lo entiendo fui muy cruel aquella noche pero me heriste, todos en esa fiesta lo hicieron. Me molesto que luego de como te menosprecio Choi.
-Si lo entiendo, se que fui un imbécil pero estaba desesperado Jin. No tengo un puto centavo y Choi era mi única opción.
-Pues no, no lo es. Aquí tienes otra opción.
Y colocó mi mano sobre el hombro de Jungkook














TIME-BTS-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora