3. LUGAR

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Luego de pasar toda la tarde con el Xbox jugando al FIFA, Diego decide que es hora de salir del apartamento un poco. Le envía un mensaje por Facebook a su mejor amigo Juan David.

—¿Qué está haciendo la rata más creída de la ciudad?

—Nada, dejando consumir mi vida en Youtube, pero ya me cansé de verle la cara a Werevertumorro. Vamos a tomarnos algo en el centro, es Sábado y esto es muy deprimente.

—Sí, totalmente de acuerdo. ¿Nos vemos en Unicentro a las 6:15?

—Vale, pero puntual gordo porque esta vez no pienso esperar. Mi paciencia tiene límite y usted no está tan buena.

Diego sale del conjunto y se dirige hacia el Centro Comercial donde queda de encontrarse con Juan David. Se va caminando ya que queda a algunas pocas calles. Junto a Juan David son unos gamers declarados. Sus temas de conversación son principalmente de las partidas de Halo, del Battlefield nuevo que vendrá con mejores gráficas, de los nuevos campeones que salen en el League of Legends, en fin, están enterados de cualquier acontecimiento del mundo de los video-juegos.

Sin embargo, últimamente los temas de conversación han cambiado un poco. Les empieza a preocupar no tener amigas para hablar aparte de las que se conectan a Raidcall mientras juegan Warcraft, que son todas de otros países y a las cuales no conocen. Han decidido empezar a salir un poco más para ver si pueden ligar o conseguir una nueva amiga. Hasta el momento, fracasando miserablemente.

A Diego le faltan tan solo 3 calles más para llegar a Unicentro cuando recibe una llamada de su madre.

—Hijo, he llegado y la ropa sigue en la lavadora sin lavar, ¿Me explicas?

¡Mierda! Se le ha olvidado encender el bendito aparato.

—Mamá lo siento, lo he olvidado por completo.

—Pues yo lo siento más Diego Fernando. Nada de internet ni Xbox por esta semana. Y cuidadito con llegar tarde hoy al apartamento. Adiós. —Cuelga la madre de Diego completamente enojada.

Diego resopla de mal humor. Que le quiten el internet es la peor ofensa para él. Pero no hay nada que hacer, el castigo ha sido impuesto. Su madre se lo había dejado muy claro antes de salir a su trabajo al mediodía.

Lo peor de todo es que las cosas malas no han terminado para él en este frío Sábado. Diego no se ha dado cuenta, pero desde que salió del conjunto una persona lo ha estado siguiendo y observando cuidadosamente y no precisamente para ayudarle.

¿Te acuerdas de mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora