Capítulo 30: Teide

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-Pues eso no se hace-. Dije entre risas, mirando a Ricky.
Mientras desayunabamos estuve hablando con Amaia.
-Amaia, por favor, dime la verdad, ¿ayer se nos escuchó mucho?-. Pregunté vergonzosamente.
Amaia se echó a reír.
-Amaiaaaaaa! Pero no te rias! No te rias...-. Le dije gritando entre risas.
-Pues va a ser que sí, ya sabemos todos como es Pedrito-. Me dijo Roi riendo.
-En resumen, ¿Os enterásteis todos no?-. Dije riendo.
-Madre mía, para la próxima nos controlaremos más-. Dijo Luís escupiendo el café.
-A ver nena, es lógico, estamos todos en el mismo pasillo, y es de noche, está todo en silencio, la gente duerme...-. Dijo Ana entre risas.
-Ya... ya entiendo-. Afirmé siguiendo con la coña.
-A ver, joder, no creo que nadie se asustara, apuesto una mano y no me quemo a que todos los aquí presentes lo hicistéis alguna vez-. Dijo Luís aguantando la risa.
-Yo no... soy muy puritano-. Dijo Roi.
-Yo igual... estamos recién salidos del convento de clausura-. Añadió Ricky.
-Si, dos monjas ahora ¿no?-. Continuó Mimi.
Después de ese desayuno tan animado pensé en llamar a mi madre pero me di cuenta de que era muy pronto aún, entonces la llamaría al mediodía.
-Ey Aiti, creo que deberías relajarte más y disfrutar el viaje, te noto muy pendiente de allá y eso no es bueno... te entiendo, pero Gala está muy bien cuidada, desconecta un poco-. Me dijo Luís abrazándome.
-Ya... pero es que no puedo... por más que lo intente-. Respondí.
Ese día ibamos a ver el Teide, pedimos unos bocadillos en la cafetería del hotel, cogimos un autobús y arrancamos.
- Voy a ver el Teide, voy a ver el Teide, que nervioooooooos!-. Dijo Roi.
-A ti parece que nunca te sacaron de casa, macho-. Soltó Miriam con tono despectivo.
-No, es que a mi nunca me sacaron, ¿no ves que es la primera vez que viajo? Tengo hasta ansiedad y todo-. Añadió Roi entre risas.
-Yo desisto...-. Dijo Miriam estallando a reír.
Llegamos al Teide. Allí había un guía turística que nos ayudaría con la visita.
Primeramente nos explicó un poco su historia y luego nos dejó subir en el teleférico.
-Madre mía, madre mía, que me muero eh-. Dijo Amaia dándome la mano.
-Amaia, tú y yo vamos juntas eh-. Le respondí.
-Por supuesto amiga, eso ni se duda-. Dijo besando mi mejilla.
Nos montamos en el teleférico. Me senté entre Amaia y entre Luís. Atrás llevabamos a Roi, Ana y Mimi.
Agarré fuerte sus manos. Realmente no se porqué estaba así, si tenía que estar tranquila y relajada.
-Parece que vamos en el autobús, solo falta que nos den el ticket-. Dijo Ricky.
-Es que es un autobús, ¿no ves? Yo vengo de hacer la compra en el supermercado-. Dijo Roi semejando ser una mujer.
Ana y Miriam se partían el culo.
-Yo voy a tener que bajar de aquí...-. Decía Miriam entre lágrimas de risa.
La visita fue muy divertida. Pudimos ver el Teide.
Al terminar el chico nos explicó que podiamos hacer una visita guiada más completa pero requería buena condición física.
Amaia se echó a reír.
-¡Que horror! Yo no tengo condición física-. Dijo.
-Pues yo acabo de parir hace dos meses y no es que me recuperara muy bien-. Continué.
El chico me miró con cara rara, debió de pensar que le estaba tomando el pelo o algo.
-Pueden ir los que se vean capacitados y los otros mientras vamos viendo otra cosa-. Comentó Mimi.
-Es buena idea-. Dijo Thalia.
-Podíamos descansar mientras-. Dijo Marina reventada.
-Apoyo su idea-. Dijo Alfred.
Al final, Ricky, Raoul, Nerea, Ana Guerra, Luís, Agoney y Roi quisieron ir.
El resto quedamos por allí descansando.
-Buah, estoy agotada-. Comenté.
-Yo estoy igual... Toma ¿Quieres agua?-. Me preguntó Amaia.
-Si, por favor-. Respondí. Estaba deshidratada.
-Me está encantando el viaje. Ojalá así siempre-. Comentó Mimi.
-Yo también.... pero con Gala-. Dije haciendo pucheros.
-Para la próxima se viene con nosotros-. Dijo Juan Antonio.
-Ojalá... yo quería traerla pero mi madre no me dejó. Dijo que era muy pequeña-. Expliqué.
-A ver tiene razón, es un bebé muy pequeño, además tú no disfrutarías-. Continuó Thalia.
-Ay, tengo tantas ganas de verla...-. Suspiró Amaia.
-Amaia por favor, no digas eso, sabes que puedes verla siempre que quieras-. Repliqué.
Divisamos al fondo al resto, volvían de la visita guiada. Luís venía todo sudado y muerto de sed.
-Luisín... pareces un muerto viviente-. Dije riéndome de él.
-Gracias, eres muy amable...-. Dijo con tono de burla.
Nos sentamos en un bosque que había por allí cerca para comer.
-¡Que rico todo! Madre mía...-. Dijo Amaia con la boca llena de comida.
-Amaia, tenías hambre eh...-. Dijo Ricky guiñando un ojo.
-Buah, este bocadillo así, me presta de una manera...-. Dijo Miriam mordiendo el bocadillo.
Aproveché para llamar a mi madre. Di unos cuantos pasos para buscar cobertura.
-¡Hola mama!-. Dije.
-¡Hola hija! Tuvimos telepatía, iba a llamarte yo también...-. Dijo riendo.
-¿Que tal Gala?-. Pregunté emocionada.
-Como una rosa. Cuando volváis hasta la voy a extrañar y todo. Es una monada. Solo come y duerme pero es tan buena que parece que aún la quiero más. Luego te envio una foto de ella-. Comentó.
-Jo mama, dale muchos besos de mi parte, no sabes lo que la extraño, siento que me falta algo-. Dije con un hilo de voz.
-Lo sé hija, pero tú disfruta, la niña está bien-. Añadió.
Colgé el teléfono y vi como sonaba un whassap de mi madre.
(Foto)
Al ver la foto de Gala me emocioné todavía más.
Luís se acercó al ver que se me derramaba una lágrima.
-Aiti... -. Me abrazó.
Rompí a llorar.
-Jo... no se que me pasa... echo a la niña mucho de menos-. Dije.
-Lo sé Aitana, yo también, pero trata de pasarlo bien, disfruta, ya me jodería que te marcharas de aquí sin disfrutar-. Dijo besando mi frente.
-Tienes razón, además, no quiero que los compañeros me vean así-. Añadí secándome las lágrimas.
A pesar de que no quería que ocurriera eso, Amaia se había dado cuenta de todo. Me conocía demasiado bien.
-Aitana...-. Dijo dándome un abrazo.
-Estoy bien, tranquila-. Dije mostrándole una sonrisa.
-Así me gusta-. Dijo acariciando mi mejilla.
Esa tarde también fuimos al Parque Nacional del Teide, aprovechamos para caminar por sus frondosos bosques. Roi gastó una broma de las de él, pero de muy mal gusto. Se escondió y no salió hasta horas muy tardes.
-¿Donde está Roi?-. Preguntó Miriam asustada.
-Llevamos media hora buscandolo-. Dijo Ana angustiosa.
-Este tío siempre igual, siempre haciendo de las suyas-. Comentó Luís.
-Buah... eso es de muy mal gusto, si es una broma eh-. Añadió Amaia.
-Como sea en serio, ya podemos empezar a buscarlo-. Dijo Mimi.
-Es que este chico como siempre está de coña, si pasa algo de verdad, ya no le crees-. Dijo Ana enfadada.
Después de estar horas y horas buscándolo, vemos que sale de detrás de un arbusto y le mete un susto a Amaia.
-DIOOOOOOS ROIIIIII! - Dijo Amaia pegándole un golpe.
-Menudo susto tíoooo....-. Dijo Ana suspirando.
-Ahora mismo te pegaba tal ostia... te salva la amistad eh-. Dijo Luís.
-Debíamos de dejar de hablarte todos-. Dijo Ana enfadada.
-Perdón, perdón...-. Dijo Roi poniendo pucheros.
Cuando acabamos con toda esta broma de mal gusto, estaba ya anocheciendo, pero nos apeteció quedarnos allí para contemplar las estrellas todos juntos. Ana y Agoney decían que era muy bonito.

Hola a tod@s! Por aquí os dejo un capítulo nuevo. Trataré de subir alguno más esta tarde o noche. Espero que la disfrutéis. Un saludo ❤️

Lo bueno está por llegar (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora