He Is Liam "Él Es Liam" (Reescribiendo)

Capitulo 42

Ya ha pasado una semana y todavía estoy en el hospital, los doctores dicen que tengo que esperar a que mi cuerpo responda a los tratamientos, para poder recobrar la vista. En esta semana mi madre se ha quedado conmigo todo el tiempo, Alexis viene todas las tardes y me cuenta lo bien que se está portando mi bebe, ya quiero estar con él, en lo que tiene que ver con Will no me importa, lo he ignorado toda la semana, y el jura que no fue el quien la beso, pero no me importa, nada que tenga que ver con él.

-Leah –escuche a mi madre, desde el lado derecho de la cama, -tienes visita.

-quién es? –no me respondió pero escuche sus pasos salir de la habitación y otros entrar. –quien esta hay?

-tranquila soy yo –como voy a olvidar su voz, esa que hace que mis bellos se ericen.

-no te quiero ver, por favor sal Will.

-no quieres saludar a esta personita que vino conmigo –hizo una breve pausa –vamos mi amor mami no nos quiere aquí.

-no, por favor dámelo –suplique y extendí mis manos, sentí sus pasos y se detuvo a la orilla de la cama, sentí el peso de mi bebe en mis brazos y escuche sus balbuceos, no pude evitar sonreír y que lagrimas salieran de mis ojos, puse mi mano en su cabecita y la deslice con cuidado por sus mejillas –te amo Liam, mama te ama mucho, y te prometo que me voy a recuperar para estar contigo, para cuidarte, porque eres lo único que tengo y siempre estarás para mí, como yo para ti siempre seremos tu y yo.

-Leah no digas eso sabes que te amo –escuche las palabras de Will con enojo.

-si se nota que me amas, y en el primer momento te revolcase con tu secretaria.

-yo te juro que no lo quise hacer, ni siquiera le respondí, yo... -el sonido de la puerta interrumpió su discurso.

-permiso, una chica llamada Emely quiere hablar contigo Leah –escuche a mi madre desde la puerta.

-enserio, me van a decir lo bien que lo haces –sé que mis palabras me dolieron más a mí que a él.

-dile que pase por favor, ha y llévese a Liam –mi madre se acercó y tomo al pequeño, y con el salió de la habitación, a los pocos minutos la puerta se volvió a abrir y escuche el sonido de unos tacones.

-buenos días Leah –la voz de Emely salió un poco apagada.

-ni tanto –respondí seca.

-sé que me tienes que odiar, pero te juro que no pensé lo que hacía yo estaba muy mal por problemas personales...

-no tienes que darme explicaciones, te lo puedes quedar, no quiero saber nada de él.

-no Leah, tienes que escucharme, William no quería nada que ver conmigo, fueron muchos los intentos de estar con él pero no me hacía caso, y su rechazo irio mi ego y me propuse estar con el como sea, aproveche ese momento de debilidad, yo sé que es un buen hombre y por mi estado no me iba a gritar, pero él no me respondió ni un segundo, y me molesto que me apartara, pero él te ama, no sabes lo que yo daría porque un hombre me ame como él lo hace contigo, serias muy estúpida si lo dejas ir –escuche los tacones alejarse y abrió y cerró la puerta.

-Leah no llores –fue hasta ese momento que me di cuenta de las lágrimas que corrían por mis mejillas –por favor Leah perdóname, debí de despedirla hace tiempo, pero al saber que ella vive sola y con su ex novio amenazándola con matarla, no pude hacerlo, perdóname.

-perdóname tu a mí por no creer en ti, pero todo paso muy rápido y no tuve tiempo de reflexionar, esto es muy difícil, me siento inútil aquí, y quería culpar a alguien de todo esto.

-tu nunca serás inútil, y vas a salir de esto, te prometo que estaré pare ti siempre, te amo Leah.

-yo también te amo Will –él se acercó y me dio un abraso para luego besar mis labios, levante mis manos para ponerla en su cuello, con movimiento muy torpes pero lo logre y le respondí el beso con la misma intensidad.

Quien dijo que después de la tormenta viene la calma?, no sé pero en este momento sé que es cierto, solo falta que me recupere por completo, y estaré en casa con mis dos amores.

Y espero que sea pronto, porque es muy difícil estar sin ver, todo es negro, aunque aveces veo una luz y me duele la cabeza.

Pero hay que agradecer por todo, incluso los malos momentos, nuestra vida depende de Dios y somos afortunados al poder respirar.