Despedida de Soltera

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Florencia Estrella llegaba al Centro Estético Gillmour pasadas las 7 de la noche con claros síntomas de molestar en su cuerpo y en su rostro. Su caminar por el largo pasillo hacía un consultorio en particular expresaba más frustración que molestia física. Ya frente a la puerta golpeo dos veces y después de escuchar una voz femenina invitándola a pasar.

─Si no es porque llevamos años de amistad te juro que ya habría desistido de estar insistiéndote en vernos. ¡Por Dios, Vanesa! Qué difícil es conseguir unos minutos con la mujer más popular y solicitada por las chicas de esta ciudad. ─dejando su cartera sobre el escritorio Florencia le recriminaba a su mejor amiga su falta de atención y olvido. Dos semanas sin saber de ella provocaron que sus nervios por la proximidad de su boda la tuvieran con ataques de ansiedad. ─ Y encima tienes el descaro de seguir sentada tan tranquila mostrándome tu más seductora sonrisa. ¿Dime, soy tu amiga o me tengo que volver tu cliente?

─Eres mi amiga y te amo. Dame un abrazo y ya no estés enojada conmigo. Mi profesión de cirujana plástica requiere mucho de mi Flopy, eso ya lo sabes. ─El semblante de Florencia cambió en cuestión de segundo una palidez impresionante ocupaba su rostro, sus ojos humedecidos reflejaban destellos de nostalgia y mucha tristeza paralizándola por un instante.

─¡Ay no, no! Pero que estúpida, lo siento amiga lo dije sin pensar. ─Vanesa con sus manos tapando su cara expresaba su descuido.

─Me la trajiste al presente Vane, justo ahora. Prometiste que jamás me volverías a llamar así.

─De verdad lo lamento Flor, fue un lapsus que tuve. No volveré a hacerlo te doy mi palabra. ─Abrazándola.

─¿Vane, me dices por qué me sigo engañando? ─Sin romper el abrazo.

─¿No te entiendo amiga?

─Es solo que yo te reclamo por algo que contadas veces has hecho mientras yo revivo ese recuerdo a diario. ¿Si mi decisión fue la correcta por qué me duele tanto? ¿Por qué siento este inmenso vacío dentro de mí? ─sin poder aguantar su llanto la voz de Florencia se quebró.

─Que puedo decirte. Han pasado diez años y eran tan jóvenes, además la presión que tu familia ejerció sobre ustedes terminó derrumbando lo que tanto costó construir. El amor es muy frágil y con tantos obstáculos el miedo siempre lleva las de ganar. Con tus padres o se es rojo o se es blanco nunca rosa.

─¡Cierto! Pudimos buscar otras alternativas pero mi cobardía por no ser el centro de miradas me trajo hasta aquí. No siempre puedes tener en tu vida todo lo que deseas.

─En eso no estoy de acuerdo contigo. La vida debe llenarse con todo aquello que te haga feliz y eso solo depende de ti. La incógnita a develar es cuanto estás dispuesta a luchar por conseguirlo. Vivimos constantemente justificando lo que hacemos o dejamos de hacer sin tomar en cuenta que las decisiones acertadas o no son las que al final importan porque te afectan o benefician únicamente a ti. Todos estamos corriendo contra el tiempo sin darnos cuenta que el reloj hagas lo que hagas sigue avanzando cumpliendo sus 24 horas, cumpliendo su ciclo. Yo que viví tan cerca su relación sigo pensando que se merecía un final distinto al que ustedes le dieron o mejor dicho al que le diste tú.

─Créeme que así como mantengo su recuerdo muy vivo dentro de mí con igual intensidad vive mi culpa remordiéndome la conciencia por lo que hice.

─Ya basta amiga de torturarte. Mejor hablemos de tu boda. ¿Cómo van los preparativos? ¿Ya te probaste el vestido? Las chicas están súper entusiasmadas por tu despedida de soltera.

─Solo una cosa más te diré y contesto todas tus preguntas. Daría lo que no tengo por estar unos minutos en su compañía. ─Limpiando de su rostro la evidencia de su llanto sintió que se le iba el alma en ese deseo. Florencia junto a Vanesa comenzarían una larga y necesaria charla que les llevaría horas en aquel consultorio ya ausente de personal y pacientes. Las mejores amigas desde hace más de veinte años, se guardaban los secretos más oscuros que sus otras amigas ni imaginaban. Cómplices en cuanta loca idea se les ocurriese demostraban a los demás el verdadero valor de su amistad. Pero la locura que hace unos meses Florencia quería llevar a cabo no contaba con la total aprobación de Vanesa, su matrimonio con Gerardo. Para ella esa unión si su amiga no recapacitaba le costaría millones de lágrimas y un infinito sufrimiento. Florencia siempre se dejó influenciar por las opiniones de su familia y su entorno social, en especial hacía todo lo que su padre le ordenara. Su debilidad de carácter o su comodidad por no llevar la contraria y evitarse problemas, tarde o temprano acabaron doblegándola. Eso fue lo que paso hace una década atrás cando con diecisiete años de edad experimento en cuerpo, alma y corazón el sentimiento más puro y maravilloso que persona alguna haya logrado vivir. En tan solo seis meses que su especial romance de vacaciones duró se sintió tan plena, tan amada y tan deseada como nunca lo estaría otra vez. Al principio aun sin superar sus prejuicios y viéndose desbordada por todas las emociones que ese amor le producía tuvo que aceptar que se había enamorado de una chica, más en ningún momento reconoció ante los demás su sentimiento. Cuando su relación se vio descubierta Florencia opto por negarlo todo, aunque con su acción destrozara el corazón de esa chica que la amaba y estaba dispuesta a todo por ella. Por cobardía, por no revelarse ante lo que quería o simplemente porque ese amor que decía sentir no era sino una ilusión, hasta el sol de hoy convive con su dolor y su arrepentimiento. De aquella chica y su roto corazón nunca volvió a saber pero esa chica si sabía de ella hasta lo más mínimo y no precisamente porque la espiara, esa información le llegaba sin que esta la estuviese buscando y generalmente provenía de los círculos más cercanos a Florencia. Después de terminar su larga charla y ponerse al día contándose los más mínimos detalles en la cabeza de Vanesa daba vueltas ese deseo de su mejor amiga y sin meditarlo mucho decidió que no quería permanecer sin hacer nada. Quizás su plan no tendría el efecto que ella esperaba, tal vez su propósito le traería consecuencias nefastas y estropearía la confianza entre ella y Florencia pero porque no intentarlo era lo que se repetía, al menos estaría más tranquila y con su conciencia en paz por haberlo hecho, ya en el momento aceptaría su responsabilidad sin ocultarse. Una semana antes de la esperada despedida de soltera, habían acordado con las demás chicas del grupo de amigas celebrar el acontecimiento en su casa de campo y sería todo el fin de semana. La mayoría reunidas en un almuerzo para ultimar los pormenores se mostraron eufóricas y hasta propusieron un brindis por la fantástica ocurrencia. Cada una aportaba sus ideas para pasar esas tres noches y dos días espectacularmente divertidas. A Florencia la misma Vanesa la pasaría buscando el viernes en la noche para así no tener que esperarla tanto y menos correr el riesgo de que no asistiera alejando cualquier tonta escusa ya su amiga la conocía. A unas horas de celebrarse el encuentro, Vanesa mando un whattsap a todas informándoles del cambio de lugar indicando sería en su apartamento la despedida, las llaves estarían disponibles con la conserje del edificio. Su argumento fue que en la casa vacacional había serios problemas con los servicios de agua y luz. Ella llegaría un poco tarde por una emergencia que solicitaba sus servicios pero aseguraba iría con la agasajada sin falta. A las 8: 15 pm, Florencia abordaba el auto de Vanesa con su pequeña maleta equipada con todo lo necesario para pasar un espectacular fin de semana con sus amigas.

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