ッなカ

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Cuando te diagnostican con cáncer tú simplemente miras el papel con el resultado sin creerlo, empiezas a decir excusas como "Este no es el resultado correcto", "Se equivocaron de paciente", "De seguro confundieron papeles", pero no, el doctor se limita a verte y suspirar, no es la primera vez que pasa esto; es en ese momento que realizas que sí, tienes cáncer, y te derrumbas, mientras las lágrimas caen por tus mejillas el doctor trata de calmar la situación diciéndote que hay una cura, que vas a estar mejor, pero a ti no te importa eso, tu mente está ocupada creando los peores escenarios posibles y formas las palabras con las cuales les vas a decir a tus seres queridos que tienes cáncer.

O al menos eso le pasó a Tyler Joseph.

Cáncer óseo, ese era el tipo de cáncer que le diagnosticaron, no es tan común, esas fueron las palabras del doctor, pero tiene cura, Tyler creía que esas tres palabras eran mentiras. Salió del hospital con la carta del diagnóstico dentro de un sobre, volvió a su casa con la música de la radio lo más fuerte que podía, quería callar sus pensamientos, no pensar en nada, engañarse a sí mismo de que todo está bien.

Cuando llegó a su casa fue bienvenido por su novio preparando un sándwich.

-Hola, Tyler, ¿Cómo te fue en el médico?- El mencionado se quedó callado mientras caminaba a la mesa del comedor, se sentó en su silla de siempre, esperando a que su novio se siente a su lado—Tyler, ¿Qué pasa?- Tyler le pasó el sobre, sin mirarlo.

-Léelo- Fue lo único que dijo; escuchó el papel del sobre romperse, Tyler levantó la mirada un poco, apreció cada uno de los rasgos de su novio, sus ojos achinados, sus labios rosados presionados uno contra otro mientras leía la carta, su barba de tres días que Tyler amaba, sus pequeñas expansiones negras, su manzana de Adán que subía y bajaba mientras tragaba saliva y su cabello, rojo en la parte de arriba y castaño en los costados, observó como la expresión de su novio cambió de una de confusión a una de sorpresa y tristeza al llegar al final de la carta.

-Ty... ¿Es cierto?- Este se limitó a asentir, su novio lo abrazó con fuerza, Tyler le devolvió el abrazo y fue en ese momento que él finalmente cayó en cuenta de que, tenía cáncer, en cualquier momento él podría morir, dejar todo sin despedirse, sin poner final al libro que estaba escribiendo, sin terminar esa serie de televisión que estaba viendo, sin darle un último beso a su novio. Tyler lo pierde, se aferra a su novio como si su vida dependiera de ello, las lágrimas salen como cascadas, su novio empieza a acariciar su cabello castaño y los sollozos no le dejan decir cuatro palabras.

-Josh...yo...lo siento- Tyler maneja decir entre sollozos, su novio lo aparta, haciendo que ambos se miren a los ojos.

-¿Por qué lo sientes?- El castaño trataba de calmarse, tenía que decirle la verdad al tintado.

-Desde hace unos meses me empezó a doler el brazo, pensé que era porque volví al gimnasio, pero no paró, no quería ir al hospital, no quería tener que pagar mil dólares por una radiografía, así que decidí comprar unos relajantes musculares, no eran de mucha ayuda, pero al menos calmaban un poco el dolor, como siempre estás en la tienda no quería alarmarte, por lo que nunca te decía que algo me dolía y seguía tomando los relajantes en secreto para que no sospecharas nada; lo siento por ser un idiota y no contarte, lo siento por no querer preocuparte- Tyler dijo con firmeza, ocultando sus ganas de sollozar frente al tintado, pero no lo pudo contener por mucho tiempo, abrazándolo y ocultando su rostro en el cuello del tintado mientras lloraba.

La siguiente semana, Tyler tuvo una cita con el médico, pero esta vez no fue solo, Josh lo acompañó; en el camino al hospital, él repetía frases reconfortantes, como "Todo va a estar bien", "De seguro no es tan grave", Tyler suspiraba cada vez que su novio decía alguna oración así, Josh se mentía a si mismo como el castaño lo había hecho hacía una semana.

cancer  -  joshler だ安欧遠あDonde viven las historias. Descúbrelo ahora