Charlas & Bebidas

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Una vez perdieron de vista al grupo de jugadores enfurecidos. Ambos chicos cruzaron la calle más cercana en donde se encontraba un parquecito no muy visitado.

El rubio finalmente bajó a YoonGi de su espalda, para luego acercarse a una de las banquitas que se encontraba en el parque.

— No siento mis piernas. —suspiró el menor mientras se dejaba caer en la banca.

— Ni me lo menciones.

— No tienes de qué quejarte, todo el camino yo te lleve a caballito. Eres como un anciano, me recuerdas a mi abuelo. —dijo con burla.

— Tsk, cállate. —refunfuñó a lo que sacaba una cajetilla de cigarrillos antes de sentarse al lado de su compañero.

— ¿Pasa algo malo? —preguntó al ver una mueca de asco por parte del menor.

— ¿Vas a encender esa cosa?

— ¿Te refieres al cigarrillo? Pues sí, se supone que hay que encenderlo para poder fumar. ¿Acaso quieres uno? —respondió con sorna al ver como el chico negaba con la cabeza mientras permanecía con la misma expresión de desagrado en su rostro.

— No quiero morir, esa cosa destruiría mis pulmones.

— Tu teoría no es mi sólida. Ya ves que yo sigo vivo.

— No significa que tus pulmones no estén hechos un asco en este momento. Así que en ese caso la probabilidad de que tengas una afección pulmonar es mayor a la mía. Además de que eso no impide el hecho de que el humo que inhalaré debido a tu cigarrillo va a afectar mis pulmones de una igual o peor manera que la que están siendo afectados los tuyos. —renegó observando al contrario suspirar con cansancio.

— Está bien, lo guardaré no te alteres. 

— No estoy alterándome. —resopló con pesadez a lo que masajeaba su sien.

— Mañana iré a hacer efectivo el dinero, así que te daré la mitad de las ganancias. Aunque me cueste admitir esto, si no fuera por ti de seguro no habría ganado ni un peso.

— No quiero el dinero, gracias.

— ¿De qué hablas, cómo que no lo quieres? —inquirió con confusión.

— No me gusta tener dinero mal ganado. Yo sólo jugué por diversión.

— Al menos déjame invitarte a cenar como forma de agradecimiento, apuesto que aún no has comido nada. —sonrió divertido al ver el asombro en el rostro contrario—. Ya perdí la cuenta de cuántas veces has puesto esa cara esta noche. No es tan difícil creer que puedo ser cortés alguna vez en mi vida. ¿Aceptaras mi invitación?

— Con la condición que yo pueda escoger donde iremos a cenar.

— Te estoy invitando y encima de eso te atreves a exigir. —se quejó—. No hagas pucheros, sólo estaba bromeando. ¿A dónde quieres?

— Tú sólo sígueme. No queda muy lejos de aquí.

— Ni siquiera te atrevas a correr. —advirtió una vez vio la intención de su vecino de empezar otra carrera como la de unos minutos atrás.

[]

En una noche bastante tranquila ambos chicos permanecieron en silencio observando las iluminadas calles de Seúl.

JiMin, detuvo su paso a lo que señalaba un pequeño restaurante, indicando que acababan de llegar a su lugar de destino. Una vez entraron al restaurante YoonGi, pudo percibir un ambiente tranquilo en el que un suave sonido de jazz inundaba el establecimiento.

𝚂𝚘 𝙵𝚊𝚛 𝙰𝚠𝚊𝚢 [𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora