𝚂𝚘 𝙵𝚊𝚛 𝙰𝚠𝚊𝚢 [𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗]

¿Lo lograremos?

Uno, dos, tres. Fueron los golpes que escuchó YoonGi, en la ventana de su habitación. No le molestó levantarse a observar de qué se trataba, puesto que aunque se había acostado hace más de 1 hora, no había podido conciliar el sueño. Algo raro en él.

Luego de abrir las cortinas y asomar su cabeza por la ventana, tuvo que hacerse a un lado esquivando una pequeña roca que había sido lanzada en su dirección.

— Lo siento, hyung. —se disculpó JiMin desde el otro lado de la ventana, guardando las piedritas que tenía en sus manos.

— ¿Acaso pretendes atacarme a piedrazos antes de nuestra audición? —preguntó fingiendo horror.

— Yah, hyung. No seas dramático. —rió un par de segundos antes de continuar hablando—. No puedo dormir. —infló sus mejillas, formando un puchero.

— Yo tampoco. —bufó por lo bajo—. ¿Estás nervioso por la presentación?

— Hobi, me preguntó lo mismo esta tarde. ¿Tú lo estás?

— Lo estoy. —admitió el pelinegro—. Pero todo irá bien somos buenos ¿no? —dijo esto último intentando de transmitir un poco de tranquilidad al menor.

— Eso creo...

— JiMin, debemos de estar temprano en el teatro donde será la audición ¿de acuerdo? Sería bueno ensayar un poco antes de salir al escenario.

— Seguro hyung, no te preocupes. Creo que deberíamos intentar dormir, ya es tarde.

— Descansa, niño.

— Descansa, YoonGi.

Después de despedirse ambos jóvenes volvieron directo a sus camas, y luego de varios minutos sin lograr conciliar el sueño, por fin cayeron en los brazos de morfeo.

[🎶]

Al día siguiente, ambos chicos se encontraban en la sala de ensayo junto a todos los demás alumnos que concursarían para entrar a la academia.

— Creí que si llegábamos temprano tendríamos más espacio para practicar. —murmuró JiMin sintiéndose un poco ansioso.

— Parece que todos pensaron igual que nosotros. —mencionó, observando el salón de practicas atiborrado de concursantes.

— Entonces, ¿no podremos ensayar antes de la presentación? —su intranquilidad aumentó al ver a YoonGi negar—. Creo voy a empezar a hiperventilar.

— Respira con calma, JiMin. —mencionó al ver como el rubio comenzaba a respirar con dificultad — Ven acompáñame. —el azabache tomó la muñeca del contrario y lo guió fuera del salón.

Una vez salieron del lugar, se encaminaron hacia unas escaleras detrás de uno de los salones que daba paso a un pequeño balcón.

— ¿Por qué me trajiste hasta aquí? —preguntó apoyándose en la baranda del balcón, mientras miraba la ciudad.

— Parecías agobiado y pensé que tal vez un poco de aire te podría relajar. Además una vez me mencionaste que amabas el color del atardecer.

Al JiMin escuchar esas palabras dirigió su mirada hacia el cielo, el cual estaba pintado de tonos cálidos de naranja y rosa. Sonrió al admirar tan hermoso panorama, y luego desvió su mirada hacia el pelinegro quien se encontraba con su vista fija en el cielo.

— Gracias, me siento un poco mejor ahora. —musitó, tomando con delicadeza una de las manos de YoonGi, que se encontraban sujetas de la baranda.