𝚂𝚘 𝙵𝚊𝚛 𝙰𝚠𝚊𝚢 [𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗]

Final | Un sueño

— Lo siento señor, iba distraído. —se disculpó el azabache, con quien había acabado de tropezar—. Espere un momento usted es...

— Seong Jin. —completó extendiendo su mano como saludo.

— S-sé quién es usted. Admiro su trabajo. —dijo, haciendo una reverencia—. Mi nombre es...

— Min YoonGi.

— ¿Cómo sabe quién soy? —preguntó extrañado, mirando fijamente al hombre.

— Acabó de presentarse en el escenario.

— Oh, tiene razón. Seré tonto. —murmuró.

— No hay cuidado. Sólo quería darle mis felicitaciones por su presentación. Esta academia debe sentirse honrada por tener un alumno como usted.

— Muchas gracias. Pero no planeo seguir estudiando aquí.

— Eso es una pena. ¿Puedo saber la razón?

— Yo..., bueno, es algo costosa esta academia. —rascó su nuca sintiéndose algo avergonzado.

El pelinegro empezó a sentirse incómodo al sentir la mirada fija del hombre puesta en él, por varios minutos sin emitir una palabra.

— Le tengo una propuesta. —habló el hombre, finalmente.

— Lo escucho.

— Tú necesitas dinero y yo necesito un nuevo supervisor musical. ¿Qué dices?

— ¿Está hablando en serio? —preguntó algo aturdido por la repentina oferta.

— Por supuesto, desde que subiste a escenario hubo algo que capturó mi atención en ti, muchacho. Pude notar esa chispa en el momento en que tocabas el piano como si no existiera nadie más. —sonrió divertido al ver la expresión de asombro que permanecía en la cara del menor—. Y necesito algo de ayuda, mi supervisor renunció hace 1 mes.

— Está bromeando.

— En absoluto me permitiría bromear sobre algo así.

Antes de que el menor pudiera articular siquiera una sola palabra, fue interrumpido por la llamada entrante del teléfono del señor, Seong Jin.

— Tengo que contestar, es importante. Ten mi número, y si aceptas mi propuesta puedes llamarme—. respondió, dándose la vuelta, después de dejar en la chaqueta del pelinegro su número telefónico.

— ¡Señor, Seong Jin! —vociferó llamando la atención del hombre—. Lo llamaré de seguro.

El hombre de traje asintió con una leve sonrisa y se retiró del salón, mientras atendía su llamada telefónica.

«Esto es una locura» pensó Min sin aún salir de su estado de trance. Sacudió su cabeza y algo vino a su mente "Chung Hee", seguro su profesor había tenido que ver en lo que había acabado de pasar. Una oferta de trabajo de tal magnitud no pasaba sólo por un milagro.

Empezó a buscar con la mirada a su profesor. Hasta que lo encontró alejado de la multitud, apoyado en una de las paredes mientras tomaba una copa de vino.

El señor Hee, levantó su mirada al sentir la presencia de unos de sus alumnos frente a él.

— Pequeño rebelde, ¿vienes a que te regale un par de halagos? Creo que ya has tenido suficientes por hoy. —bromeó.

— Usted tuvo que ver. ¿No es así?

— Disculpa, pero no sé de qué hablas.

— Alguien como Seong Jin, no te habla de la noche a la mañana y te propone una oferta de trabajo. ¿Me va a negar que lo conoce?