CAP #4:~celos~

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-ya amaneció, bello durmiente.

Sasha abrió de par en par las puertas que daban al balcón, dejando escapar una risilla al escuchar al contrario refunfuñar al ser interrumpido de su sueño. Los parpados del menor se abrieron lentamente, el sol aún no salía por completo, solo podía verse un color azul oscuro y las nubes que parecían estar completamente negras gracias a ello.

Estiró su espalda y después se sentó sobre su cómoda cama, cubriendo su boca y bostezando.

-buenos días, Eren.

-buenos días, Sasha- expresó sonriente.

- ¿quieres desayunar ahora o más tarde?

-más tarde, por favor.

Una conversación corta, pero cómoda para ambos.

Con ayuda de Sasha, se retiró la bata blanca con la que había dormido para ponerse el vestido que antes pertenecía a su madre, pero había un pequeño problema, el vestuario estaba un poco sucio y la mujer lobo no dudó en decírselo a su amo, sin embargo, en el momento que el más joven salió al balcón y juntó sus manos en su pecho, un rayo de luz se coló de entre las oscuras nubes e iluminó su cuerpo, en el proceso limpiando su vestido.

- estoy listo, ahora hay que bajar.

La castaña estaba sorprendida, había escuchado por su amo que hablaba con Dios y todo eso, pero no creyó que sería testigo de algo parecido.

Bajaron entre platicas amenas hasta la segunda planta, encontrándose con personas corriendo presurosos de un lado a otro. ¿Qué sucede?, es lo que se preguntaban los castaños caminando hasta donde se encontraban todas las personas pertenecientes al Harem del Rey. Al llegar, todos parecían gritonear inconformes a los apenados cocineros que suplicaban esperaran un poco más de tiempo para que la comida estuviese preparada y servida.

-pues deberías apurarte, bueno para nada, todos aquí estamos hambrientos- protestó ese mismo rubio que molestaba al castaño cada que tenía una oportunidad. Armin.

-sí, señor, pero entienda que…/ ¡cierra la boca!, ¡no tienes derecho a contestar sin mi permiso!

-s-sí, lo siento- dio media vuelta y salió corriendo en dirección a la cocina para ayudar a sus demás compañeros.

Eren tenía el ceño fruncido, no soportaba tener que escuchar como humillaban al pobre cocinero que solo pedía fueran pacientes. Azul y verde chocaron, retuvieron sus miradas asesinas durante un corto tiempo, poniendo incomodos a todos los presentes, después el castaño bufó molestó y dio media vuelta, yendo por el mismo lugar que el beta. La de ojos miel corrió detrás de él, preguntándole que haría.

- iré a ayudar.

-entonces yo también- se unió al mismo motivo, tomando de la mano a su amigo-amo y guiándolo hasta la cocina, donde todos parecían apurados con su labor- ¿necesitan ayuda en algo? - preguntó a los cocineros- nosotros ayudaremos en lo que necesiten.

- ¿enserio?, muchas gracias de verdad- respondió una amable chica que aparentaba tener la misma edad que el único omega en la cocina. Era alta, piel blanca, ojos oscuros y rasgados, con dos cuernos negros a cada lado de su cabeza, alas de demonio en sus omoplatos y una larga cola que terminaba en una punta triangular, además de tener puesta una vestimenta llena de harina y salsa roja encima- ¿Cómo se llaman? -preguntó mientras agregaba condimentos a una gran cazuela con agua rojiza hirviendo, a la vez revolviendo lo que añadía con una cuchara de madera.

-yo soy Sasha- se presentó primero levantando su mano, poniéndose frente a una tabla con zanahorias. Tomó un cuchillo y retomó lo que habían dejado a medias.

Rey LeviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora