Ayuda inesperada [RIVAMIKA]

Capitulo 5

Mikasa pronto se sintió demasiado cómoda entre esos brazos, sintiendo una atracción que no podía describir. Levi, en cambio, explotaba con todas las emociones que pasaban por su cuerpo. Había soñado con tenerla entre sus brazos y ella se encontraba ahí.
Mikasa inconscientemente volteó hacia el rostro de su capitán e inmediatamente se encontraron las miradas. Levi al mirarla no pudo contenerse y sin pensarlo la besó.

Ella se inclinó hacia atrás pero los brazos del capo la sostenían fuertemente, poco a poco se dejó llevar ante el movimiento de sus labios. La intensidad subía a cada instante, instintivamente él pasó una mano a la cabeza de La azabache para recostarla gentilmente en la gruesa rama sin dejar de besarla. Quedando él sobre ella pudo ver su figura esbelta contorneada por las curvas de sus senos, desatando sus más obscuros instintos. Posó sus dedos delicadamente por su rostro, sus labios, entre sus senos; se deleitaba con la suavidad de su piel y le proporcionaba satisfacción al ver que era realidad. Podía palpar la sed que tenía de ella. Sin poder detenerse la tomó nuevamente para besarla apasionadamente llevando sus besos hacia el cuello, produciendo un leve gemido en la pelinegra, así continúa bajando hasta llegar a sus senos, besando cada rincón. Sus manos llegaron al pantalón de esta sin tener compasión alguna, apartando todas las prendas que se oponían a su encuentro, listo para entrar en ella se acercó gentilmente a encontrarse nuevamente con sus labios, miró el deseo en los ojos de Mikasa y fue entrando lentamente, ella lo abrazó con gran fuerza mientras él asestaba de manera feroz, ella daba pequeñas mordidas en sus hombros y cuello, el la poseía y era lo más perfecto. Fueron sucumbiendo a sus deseos hasta llegar al climax, provocando un alarido de placer callado por un súbito beso proporcionado por el capitán.

-Shhh... alguien podría escuchar y no quiero que nos encuentren aún. - dijo Levi con una tierna sonrisa, apartando suavemente los cabellos que se encontraban en su rostro.
Ella solo se ruborizó.

Tomaron un descanso y esperaron a que cayera la noche para poder regresar a los muros sin tener que preocuparse por los titanes.

-Tenemos que irnos. -exclamó Levi.
-Deben estar preocupados. -Mikasa tomando sus prendas.- Levi ¡¿que hiciste con mi ropa?!
-Cierto... lo siento. -Mirando el pantalón rasgado de la cadete.- No te bajes del caballo hasta que te consiga uno nuevo.
-Eres un animal...
-No escuche ninguna queja en ese momento.
-Mmm... ¿quieres que te diga que lo disfruté?
-No es necesario Mikasa. Si lo qué pasó te incomoda no volveremos a hablar de esto. -bajando la mirada.-Vámonos ya niña.
-Levi... -acercándose a él y tomando su rostro.- No sé cómo pasó, pero quisiera volver a sentir tu piel. No había sentido esa calidez desde hace mucho. -con un aire de melancolía-.
-De verdad que eres una tonta -con una sonrisa entre sus palabras.- ¿Aún no te has dado cuenta de que tú ya eres mía?. -La azabache se encontraba perpleja ante esas palabras.

Pasaron los días y ellos continuaban con esos encuentros que tanto les gustaban. Mientras Mikasa más se apegaba a Levi el más necesitaba de ella. Era una adiccion que no podían controlar, pero era un placer que los hacía sentir completos.