Yo puedo sanarte. (hot)

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-¿De quién este tenis? –Preguntó Harry con un tenis en su mano.- ¿Y el otro?

La chica como incentivo lanzó el otro par. Nadie esperaba que ella fuera a tener un buen tino más sin en cambio ahí estaba Harry, en el piso con un fuerte dolor en su entrepierna. El tenis había dado exactamente en esa parte.

-Auch –Fue lo único que dijo el ojiverde.

Louis lo miraba con cara de sorprendido -¿¡Cómo por qué una chica le lanzaba un tenis a su novio, SU novio!?-, sus ojos azules fueron a parar en el rostro del ojiverde, en el cuál se notaba un leve sufrimiento.

La idea apareció de repente en su mente provocando una sonrisa en Louis.

El mayor se acercó a Harry después de varios minutos, la sonrisa aún no desaparecía de su rostro además de que sus ojos se oscurecieron ante su idea; poso su cuerpo detrás del de Harry, pegando lo más que pudo su entrepierna con el trasero del menor, aun no tenía una erección pero seguramente la tendría… Se paró de puntitas y acercó sus labios al lóbulo de la oreja de Harry, haciendo que este gimiera suavemente.

-L-Lou… -Susurró Harry tapando su micrófono.- ¿Q-que haces…? Estamos… frente a las fans…

-Yo podría… sanar tu dolor… -Añadió seductoramente, ignorando lo que el menor le dijo- Yo podría…

-¡Shhht! –Las mejillas de Harry se enrojecieron a más no poder al entender a que se refería su novio. Volteo para mirar a Louis y le dedico una sonrisa seductora.

El concierto finalizó después de media hora. Los chicos se subieron a la camioneta que les llevarían al hotel, todos iban cansados y demasiado orgullosos de aquel día. Cada quien iba en sus propios pensamientos menos Harry y Louis, que iban tonteando y provocándose dos grandes erecciones bajo sus pantalones.

Harry fue el primero que salió de la camioneta, camino con rapidez a su habitación mientras que sus manos hacían el intento de ocultar el bulto en su entrepierna. Detrás de él le seguía Louis, quien se iba carcajeando de la actitud de su novio.

-¡Hazz! –Gritó Louis con diversión.- ¡Espérame!

El menor se detuvo a meter la llave y poder abrir la puerta pero antes de que lo hiciera, Louis lo abrazo por atrás pegando su erección a más no poder. Un gemido salió de los labios de Harry, y con torpeza abrió la puerta.

Louis deposito un suave beso en el cuello de Harry antes de separarse de él.

Harry se volteo y con una sonrisa invito al mayor a que pasará. La mirada de Louis se encontraba en los labios de Harry, delgados y rojos –¡Cómo es que amaba esos labios!–, no tardo ni en segundo más en captúralos, devorándolos como si fuera la primera vez que los probaba, los saboreaba y se extasiaba con su dulce sabor a Harry.

Los delgados brazos de Harry rodearon el cuerpo de Louis, atrayéndolo al de él y con suavidad lo empujo haciendo que la puerta se cerrara tras de ellos. Sus pulmones pedían respirar pero ellos no querían separar sus labios más sin en cambio se vieron en la necesidad de hacerlo.

Las manos de Louis comenzaron a recorrer el torso de Harry por debajo de su playera, deleitándose con cada centímetro de su piel.

-Hazz… ¿Te dolió el golpe? –Preguntó Louis con voz seductora.

-Claro que sí idiota –Respondió Harry con obviedad antes de soltar un gemido.

La mano de Louis ágilmente encontró el bulto que sobresalía del pantalón de Harry, comenzó a oprimir y hacer suaves movimientos por encima del mismo. Un gemido salió de los labios del menor, haciendo que Louis se excitará aún más de lo que ya estaba.

One Shots de Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora