4. Padres

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Después de 15 horas de vuelo habían llegado a su destino la San Francisco - rayos – menciono Chuuya cansado - ¿Cuánto más volaremos? – preguntó y Dazai reviso los boletos

- Viajaremos a Tijuana donde pasaremos la frontera y rentaste un auto – dijo mirando al pelinaranja – tu querías el viaje largo y pasar tiempo

- Cállate, fue lo mejor que planee en menos de 12 horas – bostezo el pelinaranja – conduciré yo, no puedes por la contusión así que

Dazai lo callo tomando su cabeza y recostarlo en sus piernas – el siguiente vuelo sale en tres horas, duerme un poco más –menciono el castaño haciendo al pelinaranja sonrojar

- Ya dormí en el avión... - menciono avergonzado

- Vuelve a dormir – sonrió

- No puedes usar teléfonos – amenazó Chuuya

- Me hiciste dejarlo en casa ¿recuerdas?

...

Mientras tanto, Atsushi había entrado a casa de Dazai, buscaba pistas de su paradero cuando escucho el timbre y la voz de su prometido... pero no podía verlo, no aun, se supone que estaba siendo ocultado, pero... era su prometido ¿Qué tan mal podría estar eso? Atsushi se acercó a la puerta y suspiro pesado, veía la perilla sin descanso, nervioso, ¿de verdad podía verlo? ¿No lo pondría en peligro? Fue cuando lo escucho – ¡Chuuya! Necesitamos hablar ¡ya! – Se había quedado en silencio un momento - ¡Él jefe lo quiere! – Grito con la voz desgarrada – Chuuya... por favor, debo huir con Atsushi – menciono el azabache desde la puerta con una voz quebrada – por favor ábreme

Atsushi retiro su mano de la perilla, su rostro estaba congelado en la gran sorpresa de las palabras de su prometido ¿Quién era su jefe? ¿Por qué quería huir con él? Y... ¿Por qué se lo pedía a Chuuya? Estaba abstracto, en otro mundo lleno de sus pensamientos, aquello le impidió ser rápido, escucho como la perilla se movía pero era tarde, su mente le había engañado y ahora, ambos chicos se miraban sorprendidos desde la puerta que el mafioso había abierto con un pasador

...

Chuuya y Dazai habían llegado al hotel en Cabo, San Lucas, los esposos dejaban sus maletas en la habitación, aunque Dazai prefirió tirarse en la cama mientras Chuuya lo miro - ¿Qué haces? – pregunto el pelianaranjado

- Me relajo – respondió el castaño y Chuuya sonriendo

- Ok, me relajaré – dijo Chuuya lanzándose encima de Dazai

Ambos chicos reían de ello, ¿hace cuánto que no se hacían travesuras entre ellos? Ambos chicos se miraron fijo, realmente el sentimiento del inicio continuaba, era fuerte, era especial, era solo de ellos. Así que sonrieron una vez más aún que Chuuya se vio sorprendió por una almohada quien lo tiro de la cama – ¡OOOOI BASTARDO! – grito Chuuya tomando la almohada y con ello comenzando una guerra de almohadas comenzó

...

Por la tarde, Dazai y Chuuya seguían en su habitación, estaban en una mesa con palmera encima, Chuuya llevaba unos short negros y una playera rosa con flores, no olvidemos sus lentes oscuros para el sol, mientras que Dazai estaba relajado con una bermuda de color beige y una camisa playera llena de piñas, un sombrero de paja y sus lentes de sol aunque estos eran de color café caoba, comían su almuerzo a solas mientras veían la playa, era la mejor vista de toda su vida. – Lamento ser grosero – dijo Chuuya de la nada y Dazai sonrió

Mr&Mr SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora