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Me quedé dormida después de tanto bailar, pero bueno al día siguiente me levanté no con muchas ganas de ir a la escuela pero bueno.

-Sofía, hoy llegaremos tarde al igual que ayer- dijo mi madre

-Está bien mamá, al final yo hago ejercicio mientras no están-

-Ah si, ¿Qué haces? -

-Bailar y cantar-

-Ah bueno, cuando aprendas bien me dices para que nos enseñes-

-Es que yo bailaré bonito y ustedes pues no, la verdad-

-Es cierto Sofía- dijo entrando a la cocina mi papá

-Ya es tarde, váyanse ya- dijo apurada mi mamá

-No me molestaría llegar tarde-

-A ti no pero a la maestra de afuera sí-

-Para eso llevo a mi papá, para que se pelee con ella- y simule unos golpes de boxeo.

-Es cierto, no me agrada para nada esa viejita-

-A nadie papá- aclaré

-Váyanse ya-

-Hemos llegado, hija-

-Adiós papá-

-Ya sabes lo que hay que hacer-

-Sí papá ni que me fueran a robar-

-Por precaución nada más-

-Bueno adiós-

Matemáticas, química, arte, fueron mis primeras horas, me duele tanto la cabeza, pero no creo que si fuera a la dirección me darían unas pastillas por lo que me debo de aguantar, pero mínimo ya es receso.

-¿Qué tienes Sofía?- me preguntó Linda mi mejor amiga

-Nada la verdad, sólo que me duele la cabeza-

-Cierra los ojos e intenta dormir estos 20 minutos, te despierto cuando se haya acabado el receso-

-Aww gracias-

-Anda- y cerré los ojos, recargué la cabeza en la pared y quedé un rato dormida

Al quedarse dormida Sofía, Linda se quedó a un lado cuidando de ella. Pero en eso Adrián va bajando las escaleras, irían al patio por petición de sus amigos, pero al llegar ve a la chica con quien se había ido ayer, estaba en la pared dormida, aún tenía el ceño fruncido, pues sus sueños no eran bonitos, eran lo contrario, pues estaba soñando con álgebra.

Esa situación llamó la atención del chico, tanto así que no les estaba haciendo caso a sus amigos, tan sólo en su mente cabían el millón de preguntas formulándose del porque estaba así.

Y su curiosidad llegó al nivel de tomar el valor de irle a preguntar a su amiga de un lado que tenía ella. Que ni siquiera conocía su nombre, pero le preocupaba. Por lo que se acercó y le preguntó a Linda que le sucedía.

-¿Qué pasó?- preguntó lo menos preocupado posible, pues en realidad si estaba preocupado.

-Le duele la cabeza- le contesto Linda neutral, pero de repente le dieron ganas de ir al baño

-Oh ya veo- contestó no muy convencido

-Espera, conoces a Sofía, ¿no? -

-Sí, desde...- y no lo dejó terminar

-Ah bueno, cuídala mientras yo voy al baño, si viene la maestra la despiertas, ¿de acuerdo? - dijo esperando un si de su parte

-Ajá-

-Siéntate aquí- le cedió su asiento a un lado de ella- Ahora regreso- y salió corriendo hacia el baño.

Él se sentó esperando que no se despertara, y si ella siguió soñando con álgebra y él sólo la miraba con algo de disimulo. Hasta que llego Gerardo y Alejandro, amigos de Adrián para que fueran a la tienda a comprar algo.

- ¿Qué haces aquí Adrián? - preguntó Gerardo, mientras veía a Sofía

-Ah nada, pero es que su amiga me ha encargado de cuidarla, porque si viene la maestra para despertarla y que no tenga problemas-

-Ah bueno vemos que estas ocupado, pero...- en eso Sofía al acomodarse, encuentra el hombro de Adrián y lo utiliza como almohada- Woho- celebró Alejandro, pero por la gran voz de Alejandro causa que se despierte Sofía.

-Woho- escuché, por lo tanto, me despierto, pero estaba en el hombro de alguien, pobre de Linda, mi cabeza no es tan fácil de sostener

-Lo siento Linda, pero la pared me resultaba muy dura, por eso preferí tu hombro, espero no te molestes- y dirijo mi vista a la cabeza de Linda, pero no era Linda

-No te preocupes, él no se molestó es más le encantó, si gustas puedes hacerlo de nuevo- dijo burlesco Alejandro

-No tú... ¿dónde está Linda? - pregunté alarmada, poniéndome de pie demasiado rápido que me volvió el dolor de cabeza y un mareo que por poco hace que me caiga, si no fuera porque alguien me alcanzó a agarrar de la cintura.

-Con cuidado- dijo Adrián

-Sí claro, ya me voy- dije caminando lentamente porque todo me daba vueltas y debía de encontrar a Linda. Entonces otro paso en falso, causó que ahora si me cayera y unas risas se escucharan.

-Auch- me quejé y traté de levantarme, pero llegó Alejandro, el amigo de Adrián y me ayudó a levantarme.

-Sin duda chica debes de estar en el salón ahora mismo- dijo coquetamente

-Es que necesito encontrar a Linda- dije evitando subir las escaleras

-Ella comprenderá, ahora necesito subirte a tu salón, si no te caerás de nuevo y esta vez vendrá Gerardo-

-Ajá- contestaba todo con algo de conciencia

-Alejandro, yo te ayudo- y volteé hacia esa persona era Adrián.

-Mejor te la dejo, necesito ir la dirección, adiós bella dama-

-Ajá- apenas podía enfocar la vista

- ¿Cuál es tu salón? - dijo mientras ponía mi brazo sobre sus hombros

- El que dice 3°A-

...

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