o c h o

3K 371 73
                                    

     HARRY DESPERTÓ, CON LA sensación de que su cabeza estallaría en cualquier instante.

     Su garganta estaba seca y su boca pastosa. Sabía que su resaca sería monumental, desde el momento en el que decidió mezclar tragos, pero no creyó que terminaría tan destruido como se sentía en ese momento.

     Abrió solo uno de sus ojos, para inspeccionar el lugar donde se encontraba y suspiró aliviado al descubrir que había despertado en su piso.

     Pero entonces, su ceño se frunció al no tener idea de como llegó allí. Trató de pescar en sus recuerdos, por una pista acerca de quien lo trajo a su lugar, sin embargo, su última memoria lo transporta al chico que estaba decidido a llevar a su cama la noche anterior.

     Chico que al parecer, no había cedido a sus encantos.

     A menos que...

     —¿Hola?— llamó en voz alta a quien quiera que estuviera en el apartamento con él, pero todo lo que recibió a cambio, fue un silencio sepulcral.

     Se despojó de las sábanas que le habían mantenido cálido durante la noche y al girar su cuerpo para finalmente dejar la comodidad de su cama, descubrió algo en esta que definitivamente no esperaba encontrar allí.

     Una nota acompañaba el vaso con jugo de naranja y el bote de aspirinas de su botiquín e inmediatamente la tomó, en busca de obtener una respuesta que llenara las lagunas de su mente.

     La nota era de Louis.

     Una nota escueta e impersonal. Totalmente opuesta a las que había recibido de él en el pasado.

     Fui por algo para el desayuno. Trata de no lucir como un muerto viviente cuando pase por ti. Tienes una agenda llena.

     —¿Agenda llena? Suena como un día de mierda para mí — bufó y se apresuró a beber la mitad del contenido del vaso junto a un par de comprimidos, en busca de un poco de bienestar y así poder cumplir con sus responsabilidades del día.

     Una vez completó aquella tarea, arrastró sus pies hacia el baño, dispuesto a borrar los rastros de la noche anterior de su cuerpo con una larga ducha.

     Y tal vez, con algo de suerte, mientras el agua aclaraba su cuerpo, también lograría obtener respuestas que llenaran el vacío que el alcohol dejó en su mente.

***

     Harry tenía un plato de cereal seco en su mano derecha, mientras rebuscaba en los gabinetes de la cocina por una cuchara con la izquierda, cuando escuchó la voz de Louis llenando el silencio en su desierto piso.

—Aún no lo sé —parecía estar hablando por teléfono con alguien. Entonces, apareció en el umbral de la cocina y su ceño se frunció al verlo allí—. Está despierto, Levi. Lo llevaré a la estación de Nick en veinte minutos.

     Louis guardó su móvil de regreso en sus pantalones y depositó una caja de donuts en la encimera, junto a dos tazas de polietileno con lo que suponía, era un revitalizante café.

     Esperaba que compartiera algo de eso con él, porque su bowl de cereal había dejado de parecerle atractivo, en cuando el delicioso aroma de los donuts entró por sus fosas nasales.

     —¿Qué haces aquí?— inquirió, dejando su pobre desayuno abandonado a un lado, para acercarse a la tentadora caja.

     El castaño le tendió una de las tazas antes de contestar su pregunta.

     —Agenda apretada, príncipe. Hay que ponernos en marcha.

     —¿De qué hablas?— Harry preguntó, luego de robar una de las rosquillas de chocolate de la caja, no teniendo muy claro que estaba sucediendo allí.

famous ; larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora