famous ; larry stylinson

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HARRY LLEGÓ AL PISO de Louis, con la sensación de que algo malo había pasado hundiéndose en su estómago como un puñal.

Y la expresión molesta en el rostro de Beau al abrirle la puerta, le añadió más ansiedad a su estado actual.

Continuaba mirando por encima de su hombro, temiendo que Matthew apareciera en cualquier momento, buscando hacerle "entrar en razón", acerca de su perversión.

Harry tenía veintitrés años, no dieciséis. Ya no había nada que Matthew pudiera hacerle, que le hiciera temerle.

Nada, excepto... Louis.

-¿Qué haces aquí?- gruñó el chico más bajo, impidiéndole el paso dentro del apartamento, al permanecer de pie en el umbral de la puerta.

-¿Louis?- preguntó con un borde desesperado en su voz que no se molestó en esconder.

-¡¿No te basta con todo el daño que has hecho ya?!-estalló el mayor, practicamente gritándole en su rostro-Fue por ti que él...

-Detente ahora, Beau- le cortó la voz de Louis desde algún lugar dentro del apartamento, haciendo que Harry exhalara un suspiro aliviado.

Louis estaba adentro, lo que significaba que Matthew aún no había dado con él, ¿no?

De ser así, probablemente estaría en el hospital para esas alturas.

O en la cárcel. Todo dependía de quién habría estado más enojado.

-Pero...- Beau protestó, apretando su mandíbula y aquel gesto hizo que un músculo se crispara en esa zona de su rostro.

-He dicho que pares-Louis apareció detrás de él y Harry se reprendió a sí mismo por haber cantado victoria antes de tiempo. Por el estado del rostro del chico de ojos azules, era evidente que el encuentro ya había ocurrido-. Danos un momento, por favor.

Beau le miró, sin darle crédito a lo que sus oídos escuchaban y Harry sintió un poco empatía por él. Sí en sus manos estuviera la posibilidad de evitar que Louis siguiera haciéndose daño, se aferraría a esta con uñas y dientes.

Pero él, era quien más le dañaba. Y era demasiado egoísta para dar un paso al costado, por muy enfermo que eso resultara.

-Bien. ¡Adelante, continua jodiendo tu vida!- exclamó, apartándose de él y caminando airadamente a través del pasillo, hasta llegar al elevador, el cual no tardó en abrirse y llevarse con él al chico completamente furioso.

Harry se adelantó un paso, tratando de llegar al mayor, pero Louis definitivamente no le quería cerca.

Se adentró en su apartamento, dejando la puerta abierta a modo invitación, pero no dijo nada más.

El ojiverde le siguió, tratando de dilucidar lo que estaba pasando por la mente de Louis en ese instante.

Nada bueno acerca de él era bastante seguro.

-Louis...- lo llamó, cuando lo vio apoyarse con algo de dificultad en la isleta de la cocina, apoyando una bolsa de gel congelada contra su pómulo hinchado.

-¿Viniste a terminar lo que él empezó?- graznó, con su voz cargada de resentimiento.

Harry retrocedió un paso, cuando la hostilidad que Louis despedía en ese instante le alcanzó.

-Quería saber sí estabas bien- atinó a responder, sabiendo que aquel enunciado era ridículo.

La respuesta era muy obvia.