Para Sicheng, la clase estuvo normal. Ya sabía el discurso de bienvenida de la maestra, que se llevaba todos los cuarenta minutos, así que estuvo normal.Para Yuta, la clase fue espectacular. Para él, su nueva profesora hizo muy bien en decir todas esas cosas, ya que servían como motivación para él, incluso llegó a escribir algunas de las cosas que ella mencionó en su libreta.
"Hey, Sicheng. ¿Qué tienes ahora?"
"Uh, yo... tengo que ver a mis amigos ahora"
"Oh, ya veo... pero, ¿podrías mostrarme antes dónde queda el aula de filosofía? en diez minutos toca el timbre y tengo que estar ahí"
"¿Recuerdas la sala de informática?" asintió "la clase de filosofía queda justo en la siguiente aula. Realmente tengo que ir, perdón"
"Está bien, gracias"
Yuta se sintió mal. Como una pequeña molestia, aún así decidió ir a su clase tranquilo y pensando en otras cosas.
~•~
Su primer día de clases fue estupendo, hasta hizo un amigo, un chico llamado Ten, un tailandés que al igual que él, había llegado de intercambio por el mismo programa Yrator hace dos años, pero él quiso quedarse así que sus padres siguieron pagando por su propia cuenta.
Ten sabía mucho más el idioma ya que su papá es coreano, así que fue de gran ayuda para Yuta en su primer día, a pesar de que él ya era muy bueno, aún habían palabras que no entendía.
Vio a Sicheng en el almuerzo pero prefirió no acercarse, solo en la salida, cuando lo vio con Taeil y el pelirrojo que supuso era Taeyong, le hizo un gesto de 'adiós' con la mano y le sonrió, a lo que Sicheng respondió de la misma manera.
~•~
Sicheng se sentía vacío. Eran las cuatro de la tarde y él estaba solo en su cuarto, sin hacer nada. Ya había terminado su único deber, Taeil tenía una cita con el odontólogo y Taeyong tuvo que acompañar a su mamá a hacer las compras, mientras que su primo Renjun por quien se comunicaba por texto debía estar en sus clases de canto.
Así que ahí estaba de nuevo, pensando, pensando y pensando. En cómo sería su vida sin su abuela, sin Taeil y sin Taeyong. O sin su abuela, pero con Taeil y Taeyong. O solo él y su abuela. O con sus padres, tal vez. Nunca lo sabría.
Era una de esas tardes en las que el solo quería irse lejos. Muy lejos de Séul, en donde nadie lo molestara, en donde pudiera pensar, y cantar, que era lo que le gustaba hacer. Solo. Sin embargo, le aterraba. No sabía que era lo que más le aterraba, si dejar sola a su abuela, o él irse sin su abuela.
Su teléfono sonó y vio en la pantalla un número desconocido, Renjun, fue lo que pensó, así que para quitarse la duda, contestó: "¿Hola?"
"Hola, Sicheng. Soy Yuta, a quien ayudaste hoy mostrando el instituto, solo quería confirmar si este es tu número, veo que sí"
"Sí, mhm, ¿cómo conseguiste mi número?"
"Por Ten"
Recordó que Ten era el chico con quien le había tocado un trabajo grupal el año pasado, así que le dio su número para ponerse de acuerdo en donde lo harían.
"Oh, claro, está bien"
"Si, bueno, te veo en el colegio, adiós" y cortó.
Y entonces pensó en Yuta, en que le parecía guapo y varonil, y que por eso le había dejado que vaya solo a su clase. Sicheng no era gay, así que prefirió alejarse antes de imaginarse cosas que nunca sucederían. Además, aunque no ha conocido bien al japonés, está seguro de que Yuta es el típico chico que al principio es muy tranquilo pero termina siendo un tipo mujeriego y con la peor actitud del universo, y él no quiere nada de eso en su vida, tiene suficiente teniendo a Taeil como su amigo.
Y esa fue su tarde, aburrida. Pensando en cosas aleatorias, algo triste, algo divertido y haciéndose ideas de cómo será el futuro.
Dejo de pensar cuando escuchó a su abuela llegar, así que bajó a saludarla.
"Hola, ¿dónde estabas?"
"De compras, las mujeres jóvenes siempre necesitamos nueva ropa" él sonrió "¿qué tal tu primer día de escuela?"
"Bien, supongo"
"¿Supones?"
"Abuela, siento que empiezo a dudar de quién soy, de qué soy"
"Puedes hablarme cuando quieras, cariño estaré aquí"
No sabía si estaba bien, pero necesitaba decirle a alguien lo que pensó de Yuta, y no podía con Taeil y Taeyong ya que ambos se le reirían en la cara.
"Llegó un chico nuevo, de Japón, se llama Yuta. Me asignaron para mostrarle el instituto y, no sé, creo que me pareció muy guapo y tierno, su sonrisa es bonita, es muy lindo, pero no soy gay, abuela. Así que no sé que pensar"
"Mi niño se enamoró, hay que celebrarlo"
"Abuela" mencionó quejumbroso "no me enamoré, dijiste que hablarías conmigo"
"Está bien. No sé que decirte, cariño. Tal vez solo fue la primera impresión, siempre pasa eso. Tú mismo has dicho que no eres gay, así que habrá que esperar hasta mañana o unas semanas más a ver qué pasa" suspiró "no te alteres, siempre pasa esto, ya te lo dije"
"Bien, supongo que esperaré"
"Será lo mejor. Ahora, ¿quieres ver que compré?"
"Muéstrame"
Y estuvo feliz por esas horas con su abuela, molestándose y tirándose un piropo de vez en cuando, bromeando con ella. Realmente la quería mucho.