0. Prólogo

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INFORTUNIO NOCTURNO

El chico mal vestido, armado y desesperado por obtener respuestas no le importo caminar a altas horas de la noche por las inmundas y desoladas calles de los barrios bajos de la ciudad, hasta llegar al punto de encuentro. La decisión de verse en aquel apestoso bar no le daba el mínimo atisbo de confianza, con ventanas cubiertas por tablas gruesas de madera, tapando cada filtro de luz del exterior, con manchas y pinturas urbanas por todas partes que solo lo hacían cuestionar más lo que estaba haciendo.

Antes de que su instinto que le gritaba "peligro" no lo dejara avanzar apuro el paso sin dejar de retorcer el cuello inquieto a todos lados, en caso que algo sucediera esperaba estar preparado. Dentro parecía un mundo completamente distinto al de fuera, era inevitable sentirse desorientado al ver lo esplendoroso del lugar, el interior daba la impresión de estar en una hermosa cabaña ubicada en alguna montaña, el techo de madera, las paredes de piedra y el piso de una elegante madera.

Al buscar a su contacto solo lograba ver como las personas bailaban, una pieza bastante romántica por cierto, algunas jugaban en las dos mesas de pool de la izquierda, otras jugaban a los dardos aún más a la izquierda, y otras más se dedicaban a tomar en la barra de servicio de enfrente, las mesas de los alrededores o en la zona VIP de la derecha donde seguramente estaría la persona que con tanto esmero buscaba. Solo por un instante su preocupación fue peor al no conseguirlo.

Un hombre con una larga barba y corto cabello blanco, de mediana estatura, ropa elegante y con un bastón negro en una de sus manos, de entre 50 y 60 años, agitaba los dedos de la mano que tenía libre desde la barra de servicio, al notarlo aquella preocupación extrema se había ido, el chico se acerco abriendo camino entre la gente dando pequeños empujones. Ambos tomaron asiento, el señor sin perder la calma pidió con gran elegancia un par de bebidas al barman para ambos.

Entre ambos habitaba un silencio desamparador, pues el anciano esperaba pacientemente a que el chico comenzase a hablar, pero este no sabía cómo empezar, estaba desorientado y no conectaba sus ideas, ante él estaba sentado quien alguna vez había sido la persona más influyente del bajo mundo, aunque se había retirado siguió siendo tan temido y respetado como antes.

—Se... señor V necesito...ayuda. —al fin hablo, casi entre dientes.

—¿Qué sucede Thomas?, ¿Para qué solicitaste hablar conmigo?

El bar recibía por nombre Empire Night y por más notorio que fuese el anuncio tras el mostrador, Thomas no lo noto pese a las incontables veces que exploraba con su mirada el lugar.

—¡Alguien me está buscando para matarme señor! —solto tan rápido como pudo.

—A ver Thomas, cálmate un poco, —mirando el estado físico y mental del chico realmente le extraña, sabiendo sobre sus múltiples cercanías con la muerte y su código de vestimenta nunca pensaría verlo así— primero dame un nombre y te solucionare el problema en un momento.

—Ese es el problema. No sé quién es —Thomas tenía tal frustración que sin darse cuenta había tomado el triple de tragos que quien lo acompañaba, el señor v podía ver cómo claramente el hombre rompió en llanto— no tengo ni una maldita idea de quién es.

—¿Como que no sabes? —la situación era extraña, "¿quién querría matarlo y porque?", Verlo llorar era poco natural, pero a estas alturas de su vida nada podía perturbar su mente tan fácilmente.

—No lo sé. llevo semanas siendo acechado, no he podido ni dormir bien. Esta mañana entre a mi casa y conseguí un sobre dirigido a mí en la ventana que tenía escrito <Eres inservible Thomas> y justo después alguien disparó desde el techo de enfrente. Por suerte escape pero...

Sentimientos rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora