4. I N Q U I E T U D E S (Leo)

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Osborne estaba en silencio y en parte molesto por el abrupto distanciamiento. Se acomodó en el asiento y acomodó también el espejo retrovisor. Nikki se congeló un instante, no acababa de procesar lo que había sucedido.

-¿Aló? Nikki, amor ¿Sigues ahí?

-Ah, si. Perdona Leo, estaba acomodando unas cosas. Me alegra tanto que por fin hayas llegado. Iré a verte, estoy cerca. Nos vemos dentro de poco... Te amo.

Osborne no acababa de procesar lo ocurrido. -¿Dijo te amo? ¿Eso dijo?

-Tengo que irme, mi novio llegó al aeropuerto. Gracias por traerme hasta aquí...

Nikki quitó el seguro de la puerta y salió del coche. Osborne finalmente terminó de procesarlo todo y también salió lo más rápido que pudo para alcanzarla.

-¡Nikki!

Lo escuchó rugir. Apresuró el paso, no quería discutir y mucho menos con un sujeto que ni siquiera era su novio. Pero finalmente la alcanzó. Sé interpuso en su camino y no la dejaría pasar hasta que le explicara que fue lo que sucedió.

-Bien, es mi novio... ¿Ok? ¿Por qué crees que nunca nos vimos antes hasta ahora? Fue lindo compartir momentos, pero sólo fue eso. No hay nada más. Ahora vete, no quiero que Leonardo me vea junto a ti- Ahora parecía que Nikki era alguien más, no quedaba rastro de timidez en sus palabras. ¿Será que Leonardo le importaba tanto como para cambiar su postura? Algo si era claro, y era que ella quería deshacerse de Osborne para que Leo no supiera lo que ocurrió durante su ausencia.

El ojiverde estaba desconcertado, todo esto era una bomba de emociones que, como era de suponerse, no haría notar en su lenguaje.

-Bien, quieres jugar sucio Nikki. Entonces juguemos sucio...

Sentenció Osborne con una mirada fría. Se sentía decepcionado y enojado. Prácticamente fue usado por la pelinegra para pasar un rato. Si bien no se la había llevado a la cama, ahora con más razón lo haría en un futuro, quisiera o no.

Nikki lo miró desconcertada, esas palabras no significaban nada algo bueno, pero por ahora trataba de mantener la compostura. El ojiverde se fue sin advertir nada más, de igual forma ya no había otra cosa de la cual hablar, sólo quedaba esperar para saber qué pasaría en el futuro... Después de todo Osborne era impredecible.

A los pocos minutos llegó Leo, al verla corrió hasta ella y la alzó de forma dulce entre sus fornidos brazos. Había tanto que contar y otras cosas más que esconder, pero al final ella misma sabía que podía lidiar con el problema, siempre podía.

Osborne observaba todo desde la lejanía. Nikki había estado jugando con fuego, y el ojiverde planeaba quemarla. Nadie había hecho algo así con Osborne y esto merecía venganza... Sin embargo, un deje de atracción erotica quedaba aún entre él y ella... Sea como sea, ésta no sería la primera ni última vez que se verían y Nikki lo había entendido por completo...

Nikki: El principio de una obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora