3. S E N S A C I O N E S (Osborne)

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Después de pagar la cuenta y agradecer el café, ambos salieron hasta el estacionamiento. Osborne muy amablemente se ofreció a llevar a Nikki, pero ella no accedía; aún se sentía incómoda al lado del ojiverde. Al final aceptó el viaje. Estaban en camino al aeropuerto, la ojicaramelo tenía que ir a recibir a alguien.

Nikki indagaba en sus pensamientos, la sorpresa que vendría adelante sería bastante incómoda para Osborne, pero se la tenía bien merecida. Quizá de ésta forma la dejaría de molestar y ambos seguirían su vida como si nada hubiera sucedido, después de todo su encuentro tenía la intención de acabar las cosas con un buen fin y de esta forma ya no habría ningún pretexto para volver a verse o sí quiera tener una charla picoza y eso le hacía sentir tan bien como mal. De alguna forma le gustaba ser controlada, aunque eso significara algún tipo de maltrato.

-¿Estoy tonta, no? Esto debería de ser atendido por un psicólogo... Pero no éste psicólogo- pensó para sus adentros.

-¿Necesitas algo?

-No, nada. Estoy bien gracias.

-Entiendo, sólo es que te veo muy distraída y pensé que sucedía algo- parecía mofarse, sabía que le había hecho daño, pero también tenía claro que este juego era uno que les encantaba jugar. Osborne la miraba con el rabillo del ojo, no aguantaba más el tenerla a su lado, respirar su aroma y no poder tocarla. Si de alguien sería esclava, lo sería de él. Pero no podía perder la compostura, aún podía hacerla acceder de buena forma.

No había mucho tráfico en las calles, así que llegaron rápidamente al lugar. Osborne estacionó el auto y miró a Nikki muy gustoso. Ella muy por el contrario estaba más que confundida, si algo podría pasar sería en ese mismo instante.

-¿Te he dicho antes que tus ojos son hermosos? Podría jurar que veo tu alma reflejada en ellos...

-Lo sé. Y también sé que quieres algo más... Pero hoy no, hoy no será.

Osborne sonrió de igual forma, la haría caer en ese instante, o al menos eso pensaba. Mientras tanto Nikki debatía en su cabeza si aquello que dijo sería lo suficiente como para mantenerle alejado, por mucho que realmente no quisiera eso.

-Oh, vamos. Nikki ambos queremos hacerlo, no tienes que reprimir el deseo que sientes, lo hemos estado platicando todo éste tiempo. Sabes que puedes confiar en mí- sus palabras eran tan acertadas y sigilosas que le envolvían tan suave... Ese tono encantador y esa chispa en su mirada le bastaba para causarle escalofríos y deseo.

Susurrante y a centímetros de su cuello sentenció -Conozco de ti, cosas que aún no sabes.

Nikki se estremeció al sentir los labios de Osborne besando su cuello. Era un sentimiento dulce y embriagante. Deslizó su mano tibia hacia la espalda del ojiverde y la acarició un poco. ¿Esto está sucediendo? ¿Cómo es posible?

De pronto el móvil de Nikki comenzó a sonar. La pelinegra dio un brinco y apartó a Osborne. Recobró el aliento y en seguida contestó.

-¿Bueno?

-Hola linda. El avión ha llegado al aeropuerto, estaré viéndote en 15 minutos. ¿Estás lista?

Nikki: El principio de una obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora