Abrí las puertas de la clínica y en la calle no quedaba nadie, la cacería se había tragado toda la vida humana de la ciudad, las personas mínimamente cuerdas se refugiaban en sus casas en busca de paz y tranquilidad ignorando la noche y esperando pacientemente al amanecer, recostados sobre sus acolchados sillones de cuero.
Aun así las calles no estaban completamente vacías, las bestias deambulaban por las calles con horcas y antorchas intentando cazar a unas bestias que no terminaban de entender que eran ellos mismos, los anteriormente llamados humanos se acercaban a mí de vez en cuando de forma agresiva, en Yharnam no soportan a los extranjeros así que al principio supuse que era normal, al fin y al cabo los despachaba con no más de dos golpes secos en las piernas.
Seguí avanzando pero llego un momento en el que me pare bruscamente, frente a mí se encontraba un hombre enorme y fornido, como a todos los allí presentes estaba infectado y podía notarse por el crecimiento excesivo de su pelo y algo mucho más asqueroso que no era ni más ni menos que su columna vertebral que había atravesado su chepa quedando totalmente al descubierto y haciéndolo aún más amenazador de lo que ya parecía un desafío difícil pero aun así la posición de su columna me había facilitado mucho las cosas ya que con un simple golpe en la misma, se resquebrajó con un crujido molesto y el titán se derrumbó en el suelo con la imposibilidad de moverse pero aun así siguió arrastrándose hacia mí de una forma aún más agresiva que antes así que me conformé con partirle su duro cráneo con uno de los guijarros que pavimentan su tan queridísima ciudad, es curioso cómo hasta el ser más fuerte tiene sus propias debilidades, eso fue algo de lo que no llegue a olvidarme nunca y ahora me alegro de no haberlo hecho porque si no ya me habría rendido hace ya tiempo.
Tras la plaza principal se encontraba el gran puente de Yharnam que atravesaba toda la ciudad hasta el interior por lo que es el primer logar al que debía acudir ya que desde el centro en muy fácil llegar hacia la gran catedral así que ya adentrado en el puente comencé a oír un extraño bramido, como el de un gigantesco cuervo siendo decapitado, pero ya quisiera yo que hubiese sido solo un cuervo decapitado, tras un estruendo me di cuenta de que el puente se había derrumbado por la parte frontal impidiendo el paso hacía la gran catedral detrás de mí un fuerte ruido metálico me sobresaltó, las rejas metálicas que cubrían la entrada al puente se cerraron de golpe dejándome encerrado, intenté liberarme abriendo las puertas pero eran demasiado pesadas como para que un ser humano corriente pudiera desplazarlas lo más mínimo.
Tras unos inquietantes segundos de silencio otro graznido cubrió el cielo pero esta vez venía de más cerca...
De encima del puente.
Una gigantesca bestia cubierta de pelo se abalanzó sobre el puente con una fuerza increíble, sus rasgos la definían, sin duda se trataba de una bestia clérigo una titánica bestia con uno de sus brazos corto y débil y el otro en cambio es gigantesco y brutalmente musculoso, sin darme tiempo a reaccionar la bestia se abalanzó sobre mí y me agarró con su gigantesca mano y con todas sus fuerzas me lanzó contra una de las barandillas de piedra del puente dejándola totalmente destrozada tras el impacto y doy gracias porque a mí no me ocurriese nada grave a excepción de un ligero dolor en los riñones.
Tras un primer ataque la bestia es dispuso a repetirlopero esta vez logré esquivar su ataque y desplegando rápidamente mi látigoazoté fuertemente su mano provocando la amputación de uno de sus cuatro dedos,tras ello aquella monstruosidad soltó un grito fuerte y prolongado que duróaproximadamente diez segundos y aunque hubiera perdido un dedo no había perdidosu determinación así que cargo de nuevo contra mí esta vez ocasionándole nosolo un corte sino una profunda herida en la muñeca que perforó sus tendonesdejando su mano totalmente inutilizable pero aquello no la detuvo ya que usandosu mano como mangual me golpeo repetidas veces contra el suelo hasta que en uno de los golpes logreposicionar correctamente el bastón de forma en la que al golpearme se atravesó completamente lamano y con un fuerte tirón conseguí arrancársela , esta vez realmenteretrocedió unos instantes y no pareciera que fuera a atacar hastaque soltó un fuerte rugido y se dispuso a embestirme con su gigantescaornamenta, lo que fue un tremendo error para ella ya que durante su embestidapegue un salto y me subí sobre una de las columnas macizas dejando que labestia clérigo se estrellara con fuerza contra las puertas metálicas y por sugran masa y fuerza consiguió tumbarlas pero no cayeron de frente sino hacíaatrás cayéndole encima todo su peso y matándola al instante, el silenciorecorrió todo el ambiente y una visión tétrica me nubló la mente, sangre,estaba lloviendo sangre a raudales, tuve que refugiarme en una pequeña casaabandonada pero aun así acabe empapado de aquella extraña sangre que para elcolmo tenía un muy extraño olor, igual que el de un cadáver, uno que llevaba yamucho tiempo muerto, el olor era tan desagradable que no pude soportarlo y tuveque quitarme aquellos ropajes ensangrentados que además no me había cambiado endías y ya venía siendo hora de que cambiara un poco mi monótono aspecto.
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la sangre del cazador
Horrorcuando la caza comienza es complicado salir de ella. Escóndete y no salgas de casa o prepárate para sufrir los efectos de la Licantropía