Tras esas palabras avanzo con un paso rápido hacia mí y golpeó mi brazo izquierdo con tal fuerza que casi me lo arranca, retrocedí rápidamente y me prepare para atacar, con un golpe seco golpee su pierna provocando que se derrumbara y rápidamente asesté un golpe certero sobre su cabeza y se desplomó sobre el suelo del antiguo cementerio. Pensaba que ya había muerto pero estaba muy equivocado ya que se levantó rápidamente y extendió su hacha cogiéndola ahora a dos manos, esta vez su ataque fue más preciso y con un golpe certero en mi muñeca despedazo mis tendones provocando una ráfaga de sangre y algo aún peor, cuando volví en mi pude darme cuenta de que me había arrancado la mano solté un grito estruendoso mezcla entre dolor y autentico pavor, corrí hacia él y atravesé su pecho con mi bastón pero para mi sorpresa no grito ni siquiera calló al suelo sino si no que soltó una fuerte carcajada que se iba haciendo más profunda y tenebrosa cuanto más tiempo pasaba y su cuerpo empezó a crecer hasta transformarse en una bestia enorme que doblaba mi tamaño y tenía el cuerpo repleto de un pelo largo y canoso, era alto y fornido pero ya no me intimidaba ahora era una bestia más, y ahora, con más razón debía matarlo para que así lograra descansar en paz de una vez por todas. Extendí mi látigo de nuevo y me prepare para atacar, se intentó abalanzar sobre mí pero aun así logré esquivar su ataque, ahora que se había vuelto un monstruo sus movimientos parecían haberse ralentizado, ya no era tan ágil como antes pero eso lo compensaba su increíble fuerza, no me costó mucho tiempo averiguar su punto débil, ya que eran sus piernas las que sostenían todo su peso si acertaba a golpearle en un tendón importante se desplomaría y sería mucho más fácil alcanzar su cabeza, sin pensármelo dos veces agité el látigo y rebané sus tendones como si solo se tratase de manteca, cayó al suelo provocando un gran estruendo e incluso desestabilizándome, tras eso parecía encontrarse exhausto parecía que sabía que había sido derrotado y estaba esperando a su juicio final, no quise decepcionarle así que me acerque a él lentamente y posé la dura suela mi zapato sobre su peluda cabeza, sin pensarlo mucho levante el pie y golpee con fuerza su cabeza, lo repetí varias veces cada vez más fuerte y con más furia llego un momento en el que su cráneo ya hecho añicos pareció que nunca había estado vivo de lo deformado que estaba, puede que él se hubiera llevado mi mano pero yo me lleve algo mucho más valioso, su vida, y eso nunca podría recuperarlo.
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la sangre del cazador
Horrorcuando la caza comienza es complicado salir de ella. Escóndete y no salgas de casa o prepárate para sufrir los efectos de la Licantropía