la sangre del cazador

luna de sufrimiento

Delante de mí apareció un pequeño farolillo que colgaba de una vara metálica clavada en el suelo, me acerque a ella y se ilumino con tanta fuerza que me dejo sin visión durante unos instantes, cuando recuperé la vista me di cuenta de que estaba en el sueño del cazador y aquella extraña muñeca estaba parada delante de mí y delicadamente me pidió que me acercara a ella y extendiera mi brazo, obedecí aunque tenía miedo en parte por saber que iba a hacerme me pidió que cerrara mis ojos hasta que ella hubiese acabado, tras unos segundos volví a abrir los ojos y sobresaltado caí de espaldas sobre el césped, aunque parezca increíble mi mano había vuelto a aparecer, la muñeca me explico que como cazador no podía morir ahora tenía una parte de sangre de bestia así que ella podía sanar mis heridas por muy letales que fueran.

Volví al camposanto y una horrible visión me carcomió las entrañas, el cadáver que estaba destripando aquel cazador era el de su mujer, había enloquecido completamente incluso antes de nuestra pelea, sin pensarlo cogí el colgante de su cuello y se lo lleve a su hija pequeña, la niña se echó a llorar y me dio las gracias por haber encontrado a su madre, tras decirme aquello se retiró hacia el interior de la casa y vi como las luces se apagaban seguido de un llanto aún más fuerte, la vida en Yharnam es complicada y si no sabes cómo tragarte tus sentimientos es muy seguro que acabes muerto o aun peor, convertido en una bestia.

Conseguí llegar hasta la capilla pero algo raro pasaba, no estaba solo, todas las velas estaban encendidas, el aire olía a incienso recién quemado y las puertas estaban abiertas de par en par, Junto a la puerta arrodillado en el suelo se encontraba un clérigo de la iglesia de la sanación rezando por la salvación de Yharnam pero no creí que fuera a funcionar, en una noche de cacería no sirve de nada rezar a los dioses antiguos ya sea Amígdala la mosca maldita, Rom la araña vacua, o la presencia lunar los cuales son unos pocos de los grandes que gobiernan este mundo y deciden el futuro de Yharnam en esta ocasión ellos están en nuestra contra así que por eso la iglesia decidió recurrir a los cazadores para ocuparse de mantener a raya a la plaga de bestias que crece exponencialmente y que no hay manera de parar excepto una y no es precisamente sencilla, cuentan las malas lenguas que el que derrote a los legendarios grandes de Yharnam podrá decidir sobre toda la existencia pero al final parece imposible acabar con uno solo ya que son dioses al fin y al cabo por algo se les llama los grandes.

Solté un gruñido para que el clérigo se percatase de mi presencia pero estaba totalmente absorto en sus oraciones así que decidí no molestarle y proseguir con mi camino pero cuando me encontraba atravesando la puerta de salida para dirigirme hacía la gran catedral el clérigo comenzó a hablar: "ten cuidado cazador, las puertas que te guiarán hacia la catedral están cerradas durante la cacería, solo hay una forma de pasar, debes alcanzar el viejo Yharnam, un pequeño pueblo que se encuentra en la parte baja de la actual Yharnam allí se encuentra la llave para poder pasar pero te lo advierto, los horrores que encontrarás allí solo se podrían comparar con el mismísimo infierno, camina con cuidado y llega hasta la antigua catedral allí te espera una bestia mucho peor de lo que podrías imaginarte y solo si la matas podrás seguir avanzando. Por cierto, lleva contigo estas medicinas, viejo Yharnam está repleto de enfermedades y podrían darte caza incluso sin tocarte, buena suerte cazador y que prosiga la caza.

Siguiendo el consejo del clérigo me dirigí hacia viejo Yharnam pero justo al llegar a la gigantesca puerta pude leer un mensaje escrito con sangre sobre la madera que me produjo un escalofrío:

VIENVENIDO AL VIEJO YHARNAM;
SE PROHIVE LA ENTRADA A CAZADORES