Darkness || Min Yoongi

1. Tiempo al tiempo

CAPÍTULO UNO.

Tiempo al tiempo.

Puedes salir del infierno pero el infierno nunca saldrá de ti.

Ajusté mi uniforme y el chófer aparcó frente al instituto, tras tres meses viviendo en Corea del Sur al fin empezaban las clases.

Extrañaba Los Ángeles, por supuesto, pero a mis padres les venía bien abrir otra empresa en Seúl, por lo que no me quedaba otra opción que aguantar un tiempo aquí.

-Gracias, Mason. -dije cuando abrió mi puerta y me tendió la mano para poder salir.

-La vengo a recoger a la salida, señorita. -dijo antes de subirse al coche, arrancar e irse.

Me dispuse a caminar, sintiendo la mirada de todos sobre mí. Antes de salir del coche me había asegurado de desabrochar los dos primeros botones de mi camisa, dejando ver el inicio de mis pechos, quería de vuelta la atención que me consentían en Los Ángeles. En mi antiguo instituto teníamos equipo de animadoras. Claramente yo era la capitana y ya estaba acostumbrada a ser el centro de atención, a ser la más inteligente, la más bonita y la más deseada por el sexo masculino, así que tenía más que claro que no cambiarían las cosas ahora que estaba en Seúl.

Varios chicos se me acercaron, no tanto como para invadir mi espacio, pero sí lo suficiente como para llegar a preguntar mi nombre, a lo que yo respondía con un "averígualo" seguido de una sonrisa coqueta.

Si de algo estaba segura, era de que la seducción formaba parte de mi ser. Sabía perfectamente cómo actuar y cómo llevar a cabo mis armas para hacer que hasta el chico más rudo cayera por mí.

Y vaya si lo hiciste, Min Yoongi.

Tomé rumbo a mi primera clase, tenía Matemáticas, en el segundo piso y gracias a Dios era buena orientándome, por lo que encontré el aula rápidamente.

Abrí la puerta visualizando a muy pocas personas sentadas, así que suponí que había llegado temprano.

Una chica de cabello anaranjado me saludó con la mano, yo ni si quiera la miré y tomé asiento por los pupitres del medio, al lado de la ventana. Transcurrieron unos pocos minutos y la clase se fue llenando. Todos dirigían su mirada hacia mí, sin embargo la apartaban cuando yo se las devolvía.

-H..hola, soy Lisa. -dijo alguien a mis espaldas.

Me giré lentamente, encontrándome con la misma chica que me había saludado al entrar y a la que yo había ignorado olímpicamente. ¿A caso no tiene sentido del orgullo?

Ella me hizo una pequeña reverencia y yo volví a girarme, ignorándola de nuevo.

-Oye, sólo quiero ser tu amiga. -murmuró y yo me volví para mirarla.

-¿Y Por qué deberías tú ser mi amiga? -dije indiferente.

-Y..Yo no sé. Eres nueva y b..bueno. -tartamudeó nerviosa y yo sonreí internamente.

-No te conozco, así que comencemos siendo conocidas. -le dije con una falsa sonrisa y sin más devolví mi vista al frente.

El profesor Kim no tardó en llegar, dejando su maletín en su mesa y haciendo una reverencia. Todos los alumnos se levantaron y le imitaron, menos yo.

Comenzó a pasar lista, hasta que llegó mi turno.

-Nicole Miller.

-Presente. -alcé mi mano tal y como lo habían hecho los demás.

-Es usted nueva por lo que veo. Adelante, no sea tímida, preséntese. -volvió a sonreír y a mi me dieron ganas de escupirle en la cara.

De todas las cosas que soy, con lo de tímida se equivoca, señor Kim.