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[JAEMIN]


Mi sueño fue interrumpido por la alarma de mi celular en el buró al otro extremo de mi blanca habitación. ¿Por qué pasaron tan rápido las vacaciones? Literalmente no hice nada, solo estudiar, leer y usar el celular, ¿qué tan interesante es eso? No lo es.

Me senté con pereza sobre mi cama, con las piernas colgando. Bajé mi mirada y vi mis piernas delgadas, llevaba un short negro de pijama, una camiseta blanca unas tallas más grande, y unos calcetines grises. Aburrido, así es como me veía. Dejé caer mis pies al piso y caminé arrastrando los pies hasta el buró café de madera, donde se encontraba mi celular conectado, aún emitiendo el sonido irritante de la alarma.

Al desactivar la alarma, revisé la hora, eran las cinco con treinta segundos de la mañana , perfecta hora. Apagué el aparato y tomé los ganchos con mi uniforme colgado, este estaba bien planchado y lavado, siempre lo hacía una noche antes de usarlo. Abrí uno de los cajones y tomé mi ropa interior al igual que mis calcetas blancas. Luego, dejé todo listo en la cama para cuando regresara del baño.

Me dirigí a mi baño, encendí la luz y me miré al espejo por unos momentos, eran visibles mis lagañas. Observé detenidamente cada facción de mi rostro, horrendo, así es como me consideraba, un asco. Me desvestí y dejé la ropa usada en el cesto a mi lado, regresando de la escuela la lavaría.

Me introduje a la regadera y dejé caer el chorro sobre mi cuerpo, el agua estaba templada, podría quedarme dormido ahí, entonces la cambié a fría. Lavé mi cabello con champú y le coloqué un poco de acondicionador, dejándolo reposar en mis puntas de cabello por un minuto, después dejé nuevamente el chorro de agua llevarse la sustancia encontrada en mi cabello. Luego, llené y tallé mi cuerpo con jabón de barra blanco en una esponja. Me tomé cinco minutos con cuarenta segundos bañándome.

Tomé la secadora del cajón, la conecté y empecé a secar mi cabello. Al volver a mi habitación con la toalla alrededor de mi cintura, me empecé a cambiar. Llevaba puesto mi pantalón liso negro, una camisa blanca de manga larga, un saco abrochado gris con cuadrados rojos y con el logo de la escuela bordado en el lado izquierdo, y finalmente me coloqué la corbata roja, metiéndola entre mi saco y camisa. Deslicé mis pies en las pantuflas y caminé hacia la puerta de mi habitación, para después abrirla y caminar por el pequeño pasillo antes de bajar por las escaleras.

Llegué  a la cocina y vi el reloj colgado en la pared, eran las cinco veinte con quince segundos de la mañana, solo me quedaban quince minutos para desayunar, no tenía tiempo para hacer huevos revueltos con tocino y un jugo de naranja. Entonces decidí hacerme café y un pan tostado con mantequilla de maní.

Al terminar, lavé los trastes recién usados. Sequé con un trapo el agua que quedó en el fregadero al igual que secar la taza y el plato que estaban mojados, después los dejé en su lugar. Revisé el reloj nuevamente, y eran las cinco veintiocho con cincuenta y dos segundos, aún me quedaba tiempo, siete minutos para ser exactos. Al salir de la cocina , me senté en el sofá beige, y esperé. Mi padre cuando estaba en casa siempre bajaba a despedirse de mí en dos minutos. Pero no bajó.

—Que tonterías hago. Está en Japón, como siempre. No llega en siete meses.—

Reí un voz baja, mis ojos se aguaron. ¿Por qué?, si ya sabía perfectamente y ya estaba acostumbrado a esto. Solo estuvo una semana en casa durante las vacaciones. Miré el reloj en mi muñeca, ya era tiempo de irme. Me levanté  y respiré  hondo, haciendo desaparecer las ganas misteriosas de llorar. Caminé  hacia la puerta principal, saqué mis zapatos negros, muy limpios y relucientes para "presumir". Abroché las cintas y después tomé mi mochila junto a mi maletín. Tomé las llaves colgadas y desbloqueé la puerta, al salir, todavía no salía el sol, entonces iba a tiempo. Cerré la puerta con seguro y coloqué las llaves en el bolsillo de mi mochila. Miré a mi lado, y vi salir a mi vecino, Qian Kun.

—Buenos días Kun.—

Di una reverencia, este solo rió.

—Hola Jaemin, sabes, no tienes que ser formal conmigo, nos conocemos por un largo tiempo.—

—Ah... Mi disculpas Kun.—

Di otra reverencia y partí hacia el camino que me guiaba a la escuela.

El trayecto fue relajado, olvidando por completo que era el primer día de clases gracias a los cantos de los pájaros . Pero volvió a la realidad cuando veía a varios jóvenes al igual que adultos partiendo a la escuela y al trabajo, todos a públicas escuelas, excepto yo.

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Al llegar, las grandes rejas estaban abiertas, dejándole el paso a los estudiantes, empleados y profesores. Ahí estaba la guardia, Bom, esta llevaba una lista de cómo veinte hojas, esta escuela era muy grande.

—Buenos días Na Jaemin. ¿Cómo le fue en las vacaciones?—

La mujer me dedicó una sonrisa. Yo solo di una reverencia y dije:

—Buenos días.—

—Deja tus cosas en el casillero y después irás al teatro, será la ceremonia de bienvenida.—

—Gracias.—

Pasé por el camino hecho de cantera hacia el edificio principal, habían como seis en total, eran el teatro, cancha de baloncesto, alberca para natación, uno para los clubs, y el otro para las regaderas. Al llegar al edificio con dos puertas cristalinas, me adentré a este. En el pasillo había una gran lona colgada que decía: "¡Regreso a Clases!" Supongo que era para darle ánimos a los estudiantes, lo cual no serviría, a mí no me daba ánimos, pero yo siempre seguía interesado en estudiar porque era mi deber, porque era hijo único y, para llenar mi agenda , la cual  siempre estaba vacía.

El largo corredor era blanco y estaba muy limpio, reluciente. Por fin había llegado a mi casillero en el segundo piso, el número doscientos dos. Cada grado tenía un piso, como ya había pasado a segundo, debía estar en el segundo piso, los de primero en el primer y los de tercero en el tercer piso. Nos avisan un día antes que casillero nos tocó y el código por mensaje. Al abrirlo, no me sorprendí, era un casillero cualquiera. Dejé mi mochila y maletín dentro y lo cerré con seguro.

Al ir devuelta, ya iban llegando algunos estudiantes, los cuales yo  me sabía  sus nombres, pero ellos no sabían que yo si quiera existiera.

Entré al teatro , y en este solo habían cinco alumnos, uno de ellos era como mi "rival", era de un año mayor, los dos éramos considerados los "nerds supremos" y siempre nos hacían competencias. A mí nunca me importó, pero el parecía demasiado determinado a vencerme. Ignoré eso y me senté en un asiento en el segundo nivel.

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Pasaron veinte minutos y ya estaba lleno de estudiantes. En el escenario estaban los profesores y había un podio hasta enfrente, donde se paraba el director Lee. Este entró y dio su discurso como el año pasado, solo incluyendo pocas cosas nuevas. Escuchaba las quejas de los estudiantes, pero yo estaba tan concentrado en las palabras que emitía el director.

—Las listas de alumnos en los salones están en la entrada principal de la escuela. Que les vaya bien en este nuevo ciclo escolar. Pueden retirarse.—

Fue lo último que dijo antes de que todos pudiéramos levantarnos e irnos. Yo fui el primero en salir, no quería cruzarme caminos con cierto grupo de alumnos. Busqué mi nombre en alguna de las listas, y lo encontré, estaba en el grupo A-1,  para cada letra habían tres grupos, y los salones  llegaban hasta la letra  C.

Habían estudiantes con los que había estado el año anterior, como Huang Renjun, Lee Donghyuck, Lee Jaeno, Kang Seul Gi, Kim Dong Han, y mi mejor amigo Mark Lee. Desafortunadamente, estaban los alumnos con los que no quería cruzarme. Suspiré exhausto, este sería un año difícil, todos eran populares y adinerados en mi salón, bueno, excepto yo.

𝐿𝑜𝓋𝒾𝓃𝑔 𝒶𝓃 𝒰𝓃𝓁𝑜𝓋𝑒𝒹 | 𝙽𝙾𝙼𝙸𝙽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora