Vivir en las sombras

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~ Life in the Shadows ~ 

Que es lo mejor que puedo hacer. 

¿Qué es lo que considero bueno? En especial, esa pregunta se ha encontrado en la que hoy, ha sido más de la mitad de mi vida, tan sencilla, tan considerada, algo que no me interesa en lo absoluto responder ya que mi respuesta no será necesariamente buena para el mundo, oh, la razón es, lo bueno ya pasó ya sucedió, y murió, como la vida, uno nace, se reproduce y muere, adiós vida, como apagar una vela, tan frágil la vida que te preocupas en cuidarla,¿ no? ¿Quién no lo ha hecho? ¿Quién no lo hace? En fin, como dije, ya pasó, solo esa parte buena, al parecer tardara un buen tiempo en que mi llama se apague, definitivamente. 

Todo lo que he dicho ha sido modificado por cierta persona que se encuentra a un lado mío, en todos lados, en todo momento, es irritante, pero es amigo, mi único amigo, todo gracias a que el me salvo y no queda más que agradecerle, que mejor agradecimiento que ser mi amigo. 

-Arcad deberías de considerar tener tu alrededor limpio ¿no crees?  

Su nombre es Leonardo Page, un chico ingles de unos veinte años, rubio, cabello rizado corto, enormes lentes cuadrados negros, amigo intelectual y sentimental, demasiado sentimental. 

-Leo, ¿para qué? Sabes que conmigo en esta área de la casa, la limpieza no está por mucho tiempo -subo los pies en la pequeña mesa de madera que se encuentra en frente de mí, acomodando mis brazos sobre mi cuello y tirando el florero con girasoles. 

-¡Hey! - Toma el florero antes de que se rompa y lo acomoda- irresponsable hombre mal acostumbrado -quita mis pies de la mesa y me golpea con el plumero- mis flores no. 

- Gruño y me levanto - Eres molesto - me doy la vuelta en camino al patio. 

-¿A dónde vas? Arcad no, ¿a dónde vas hombre? No te vayas solo, esperame - Leo empezaba a quitar el paliacate en la cabeza y sus guantes para lavar- 

-No dejalo así, tu, te quedas -le señalo - Yo -señalo afuera- Me voy- doy la vuelta y cierra la puerta. 

-Arcad!  

-No te preocupes por mí- decía mientras caminaba. 

- Pero... no es por ti. 

Una vez fuera de mi cálido y anti acogedor hogar, disfruto de el canto de los lobos ,búhos, ranas, realmente bonito para este bosque en donde se encuentra mi hogar lleno de enredaderas, no pareciera que existiese una casa ahí dentro, sumerjo mis manos en las bolsas de mi chamarra, y me dirijo a una vieja cantina llamada ''Viejo Oeste'' que se encuentra entrando a la carretera, se puede escuchar su música embriagante y las personas llenas de alcohol, al entrar todo conservaba su vieja apariencia, como una verdadera cantina, en donde las mujeres se vestían de puros vestidos de varilla anchos, llenas de maquillaje, complaciendo hombres, y ellos, unos patéticos borrachos panzones, riendo y llorando por sus amores. El pianista con su vieja música, con un cigarrillo en la boca como solía ser todas las noches. No fue necesario dirigirle la mirada a los que se me quedaban mirando con cara de maldad, solamente tome asiendo en el bar. 

- Chico, hola de nuevo -se acercó Norris, el bar tender, limpiando con un trapo un vaso de cerveza- ¿lo de siempre chico? 

- Acierto con la cabeza -  

Escucho que se rompe vidrio y risas y gritos tanto de hombre como mujeres- volteo un poco- 

Ellos de nuevo- entre cierro los ojos al ver que cada vez que vengo esa bola de hombres sin vida rompen todo lo que está en su mesa, gritándole al viejo Ramón para que limpie su desastre. Observo que Norris les llama la atención y ellos solo se ríen imitando un ''lo siento no fue nuestra intención'' la burla se percibía demasiado, algo que ya empezaba a molestarme, no es tranquilo. 

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