Robin~

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3-.

Sonámbulo, esa era mi excusa, de cada vez que me sucedía lo mismo, cada vez, el daño era más grande, más poderoso, aterrador para todos, hasta para mí, el alejarme de la ciudad no era solamente porque no me gusta el escándalo, no soy tan aburrido, en realidad sí, mucho, demasiado, es recomendable que nadie se acerque a mí, y me moleste, menos en estos días de desorden en mis hormonas,

Intente recompensar el daño que hice con pan y mermelada, para Leo, ya que yo me fui a desayunar a una cafetería que se encontraba en el centro de la ciudad,  es temprano, todos trabajan o están en la escuela, puntos a mi favor, me encuentro sentado Leyendo  periódico del día, con dos platos de hot cake y un café, acontecimiento importante de el día ‘’ Asesinato en el rio’’

-¿De nuevo? – Me pregunto a mí mismo, tomando un sorbo de café-

- ¿Mas café joven? – pregunta la mesera estando a un lado mío con la cafetera en mano-

- Claro – aun mirando las noticias, la muchacha miro lo que leía-

- Que tragedia ¿no cree? – Me pregunta mientras me sirve en la pequeña taza-

-Tragedia, vaya que si- le respondo sin dirigir alguna emoción-

-Alguien debería de hacer algo, ya van muchos asesinatos así de feos – dice  la muchacha con la cafetera en mano, sonando asustada-

-le miro de reojo y le cambio de página al periódico, sintiendo como la muchacha da la media vuelta siguiendo con su trabajo-

-tomo un sorbo de café, escucho como una persona de voz moribunda pide algo de comida a la misma mesera  que me atendió, le miro por encima del periódico, un viejo con ropa sucia y rota, su rostro se encontraba sucio, sus manos cicatrizadas, y era notable que no se ha rasurados por varios meses, la muchacha mira a la cocina y luego al hombre, parecía que no sabía qué hacer, finalmente después de que el hombre le hiciera esas caras de un llamado ‘’Por favor ayúdeme’’ ella finalmente va a la cocina y el hombre se queda allí esperándola, había algo que no me permitía dejar de mirar a ese hombre, me devuelve la mirada, ahora sin su cara de moribundo, parecía estar disfrutando de mis dudas,  parecía que sabía que lo estaba observando desde seis metros de él, me sonrió y me saludo con su mano, mencionando un ‘’Hola’’ mudo, solo movió su boca, estaba a punto de pararme e ir hacia él, hasta que la muchacha llego y le dio una bolsa con algunos panes y café, el solo le sonrió a la muchacha y se fue-

No me engaña, él no es esa persona quien parece, tomo el ultimo sorbo de café , dejo dinero en la mesa, y me levanto apurado, espera, me regreso por dos hot cake que deje. Salgo a de prisa fuera del local buscando al hombre, pero no estaba, no se encontraba por ningún lado, como si al salir hubiera salido corriendo muy rápido, muy muy rápido, ya que, me como los hot cake que quedaron, observando a todas las persona caminar apresuradas con sus teléfonos en mano.

Es hora de ir por lo desecho, los muebles que destruí, me dirijo a un tal Home Depot,  al entrar, observo todo a mi alrededor, como si fuera un turista, este lugar es gigante,  me topo con el guardia, mirándome me da una sonrisa, yo solo le miro levantando una ceja, porque parece tonto, observo a mis lados para ver si le sonreía a alguien más, pero no, solo era yo, le vuelvo a mirar y el seguía así, como si esperara algo.

-¿Qué?-le pregunto

-Sea usted bienvenido a Home Depot joven- dice pareciendo entusiasmado el pobre chico con apariencia agradable, rosadas  mejillas redondas y una baja estatura, haciendo que tenga que mirar hacia  abajo, al pobre rubio robusto.

Vivir en las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora