Carolina

213 5 2
                                    


Seguro que mucho de ustedes han experimentado la sensación de estar enamorados, de querer tanto a una persona que podrías dar la vida por ella o el, sentir que entre sus brazos se está más seguro, querer pasear de su mano por las calles y que los desconocidos os miren con arte, no tener secretos entre esa persona y tu, ser el uno para el otro, el yin y el yang, como Epi y Blas, inseparables.
Eso es lo que le pasaba a Rodri con Carolina. Cada día que pasaba estaba más enamorado, pero se sentía avergonzado de no poder expresarle sus sentimientos a ella, tenía miedo por el rechazo.

Me desperté agitado de la cama, hice la mochila lo más rápido posible, quería llegar pronto al instituto para hablar con Andreu, pero me esperaba una desagradable sorpresa en el salón.

Baje corriendo las escaleras de mi casa, fui a la cocina y bebí un poco de leche a morro, sé que es un mal vicio, pero tenía prisa.

- Bruno Giménez Tormo, siéntate aquí de inmediato- Gritó mi madre desde el salón. Sabía que no iba a darme ninguna buena noticia, pues había gritado mi nombre por completo, y eso no era bueno.

- ¿Si, mama? ¿Pasa algo malo? - dije con voz inocente.

- Claro que pasa- extendió la mano y cogió una carta. MIERDA era la carta de despedida por si moría en manos de Andreu.- ¿Quieres explicarme esto? - Me dijo conteniendo unas lágrimas.

- Ah, ¿eso? Solo es algo que escribí para el instituto, pidieron hacer cartas tristes de deberes... Bueno y se me ocurrió hacer eso y pues eso...- no se me ocurrió nada ingenioso y mi madre noto rápido que mentía.

- Dios mío, mi hijo se va a suicidar y yo ni me doy cuenta de que lo está pasando mal y tiene que dejar una carta para que me entere, ¿tan mala madre soy?- empezó a llorar desconsolada- ¿Piensas suicidarte por culpa de ese Andreu? Pues no hagas nada raro porque me haré cargo de que no té dirija más la palabra.

-Mama no me voy a suicidar, relájate, escribí eso porque tenía miedo de ir a hablar con ese chico, pero ya está todo solucionado y es un buen chaval- intente consolarla mientras la abrazaba.

Sus lágrimas empezaron a desaparecer y una sonrisa no muy convincente se dibujo en su rostro.

- ¿Me prometes que no té suicidaras? - cada vez que mi madre decía la palabra "suicidarse " se me ruborizaba la piel. - Claro que te lo prometo, nunca te dejaría, eres mi madre y te quiero mucho- le dije al oído y le bese la frente, - he de irme, voy a hacer tarde a clase- le dije mirando el reloj.

Le di un último abrazo y me fui corriendo, no podía creer que de verdad mi madre pensara que podía llegar a hacer tal cosa.

Entre a mi salón un poco tarde, pero como costumbre aun no había llegado Andreu.

Había sonado la sirena que marcaba la hora del patio, estaba algo preocupado, Andreu no me dijo nada en todo el día.

Me dirigía hacia el banco en el que siempre almorzábamos yo y mis amigos, pero Rodri me convenció para dar marcha atrás y acompañarle a los aseos. La verdad es que no me lo esperaba, el sabia ir perfectamente solo. Una vez allí, me encero con el dentro en uno de los aseos.
- ¿Qué haces? No me encierres aquí que me muero de la peste- le suplique.
-Cállate, necesito tu ayuda, eres el único que sabe que me gusta Carolina. - suspiro y se sentó encima del retrete- No sé qué hacer, a veces le miro a los ojos y veo unas preciosas chispas, y cuando dice mi nombre mi corazón late a mil por hora, he intentando no amarla, porque así solo me hago daño a mí mismo, pero soy incapaz de no soñarla una simple noche.-

Me senté en el suelo apoyado en la puerta del aseo y eche la cabeza hacia atrás.

- si tanto la amas debería decírselo, aunque te entiendo, no es fácil, y cuando crees que puedes hacerlo, va y se te pone un nudo en la garganta. Es normal tener miedo en estas situaciones, los humanos somos frágiles y que nos rechacen nos puede hundir, pero no decir nunca lo que sientes de verdad te hunde también. - me levante y me acerque hacia el - ¿sabes? Creo que tengo una idea para enamorarla- le dije sacando una libreta.

-¿De verdad? ¿Qué idea? - me dijo con un tono esperanzador.

- te voy a ayuda pero solo porque me da pena verte tan desesperado-me lanzó una mirada asesina- ¿Porque no le escribes cartas de amor, o poemas? No los firmes, así no sabrá que son tuyos, pero si le gusta lo que escribes se enamorara de tus palabras, y si un día decides declararte te será más fácil.

-Pues no es una mala idea, creo que lo haré- me dijo quitándome la libreta y cogiendo un bolígrafo.
-Procura no poner frases de amor de internet, están todas muy vistas.- le dije como consejo final y me fui de los aseos.

Al salir vi a Andreu, me dirigí hacia él para hablarle pero acelero la marcha. Le grite varias veces su nombre pero no me hizo caso y siguió andando con prisas.

Me aprecio muy rara la situación así que volví al banco para almorzar.
Una vez allí, cogí el teléfono y decidí enviarle un mensaje.

-------- -------------------------
Hola Andreu, ¿estás enfadado conmigo?
----------------------------------
No se me ocurrió nada más y apagué el móvil por completo, tenía miedo de su respuesta.

-Oye Cara pan ¿Sabes dónde está Rodri? Hace rato que no viene- me dijo Carolina que estaba sentada a mi lado.

-No lo sé, tal vez este en los aseos, quien sabe... - le dije con una sonrisa.

Carolinaera una chica muy difícil de conseguir, por no decir imposible, no creía en elamor a primera vista, ni en los romances americanos ni en los royos de verano,siempre se había sentido inferior a muchas chicas, los cánones sociales lehacían sufrir. Odiaba ser pelirroja, siempre había soñado con ser la típicarubia con el pelo rizado y ojos azules. Nunca había tenido la autoestima muyalta. Ella soñaba con que al despertar se volvía una hermosa y atractiva chica,una chica perfecta, lo que ella no sabía era que para Rodri ya lo era.    

ERES MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora