DANDELION

EN MÍ AÚN...

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Después que Joanne se retirara Ava sonrió, con una enorme sonrisa en los labios se sentó a comer todo lo que lady Langhydrock le había llevado para cenar.

Disfrutó ése plato de sopa tan delicioso.

Hacía varios días no comía tan rico, no era que su tía no supiera cocinar, no , todo lo contrario, lo que sucedía era que antes no tenía apetito para probar bocado.

Al día siguiente comenzaban las clases, así que necesitaba prepararlas.

Primero le debía aplicar una prueba, debía saber que tan adelantada estaba Sibyl con sus estudios.

En un extremó de la recámara había una mesa, se encamino hasta allí para buscar pluma y papel, debía escribir algunos ejercicios matemáticos.

Encontró varias plumas pero ni una sola hoja de papel, pensó en pedir a la señora Donette, pero después declinó ese pensamiento así que decidió ir al salón de clases de Sibyl; por algún cuaderno, salió de la recámara para disponerse a recorrer el largo pasillo y así bajar las escaleras para ir al salón dónde la niña recibiría sus clases cada día, al bajar las escaleras miró hacía todos lados, no sabía hacía dónde debía dirigirse; decidió caminar por el corredor que iba hacía la derecha , recorrió el corredor pero no podía encontrar el salón , el cual sería su lugar para darle las respectivas clases a su nueva alumna.

Sonrió al encontrarse con una doncella , la cual iba saliendo del cuarto de lavado , cargada con una cesta de ropa.

__Hola,__ la joven piel canela dejo caer la cesta llena de ropa, Ava rápidamente se acercó para ayudarla, señorita, ¿ esta bien?,__ la joven negó,__ ¿ le sucede algo? ,__ la chica trago en seco, no podía habla,__ solo quiero saber dónde queda el salón de estudios,__ pidió amablemente, la sirvienta señaló hacía la derecha sin poder hablar, solo se limitaba mirarla con los ojos bien abiertos.

Ava miró a la joven sin entender porque había actuado como si viera un fantasma, se alejó de la joven , caminando por el corredor dónde ella le indicó.

Camino por dónde le indicó la sirvienta, atravesó el pasillo y las salas que encontró a su paso, se detuvo frente a una gran puerta doble, la cual tenía grabados dos rosas en alto relieve, colocó su mano sobre la manija para abrir la reluciente puerta color caoba, esta cedió dándole la vista hacía el interior del lugar; era espacioso, pintado con color claros un primer piso con una alfombra de color tierra y beige, un juego de muebles color crema mesas auxiliares y lámparas de pie, sobre las paredes pinturas de diferentes artistas , en el segundo nivel divisó un enorme escritorio de cristal, detrás de este un sillón de cuero color vino más atrás un ventanal que daba una magnifica luz de la luna, se acercó al ventanal para contemplarla un rato, le recordó a la luna que ella y Miguel miraban desde lo alto de la colina detrás de la parcela de sus padres, limpió una lágrima, ya no podía hacer nada, debía continuar su vida. Sacudió su cabeza, debía encontrar un cuaderno, limpió sus manos en su vestido , respiró profundo, miró hacía su derecha divisando un gran armario con diferentes estantes abarrotados de libros, despacio se acercó acariciando el lomo de algunos, dirigió su mirada hasta el fondo del estudio divisando una enorme chimenea, sobre esta reposaba una gran pintura, entrecerró los ojos para poder verla bien, la luz era muy poca y no podía apreciar la pintura.

__¿ Será lady Dandelion?,__ se cuestionó. Lentamente se acercaba a la chimenea, cuando detrás de ella escuchó el carraspeó de lord Langhydrok, rápidamente se viró para mirar a su patrón.

__Mi lord, __ dijo apenada, Corey la miraba con seriedad.

__¿ Qué hace aquí?,__ cuestionó Corey.

Ava tragó en seco,  el conde había vuelto y parecía enojado.

__Nada milord , solo buscaba el salón de Sibyl,__ dijo tratando de salir rápidamente. No pudo ya que Corey la tomo por el brazo,__ lo lamento mí lord, no fue mí intención ingresar a su estudio,__ Corey la miró fijamente, quería tomarla entre sus brazos y besarle con vehemencia,  pero no podía, si lo hacía podía asustarla,  conectó su mirada platinada con la color esmeralda de Ava, incomodando la, cerró los ojos con fuerza, soltó el agarré que ejercía sobre el delgado brazo.

__Salga señorita O'Nell,__ dijo rápidamente, era lo mejor , si no lo hacía podría cometer una locura.

__No volverá a suceder , se lo prometo , pero no me corra. ; no me eche de aquí,__ pidió temerosa.

Corey tragó grueso, haciendo que su manzana de adán subiera y bajará. Ava lo observó detenidamente, el la miró de nuevo,__ tranquila, no la correré,__ Ava asintió. Lo mejor sería salir antes de lord Langhydrok se arrepintiera y terminará corriéndola.

__ Disculpe señorita O'Nell, no fue mí intención asustarla,__ dijo antes que la joven abandonará el lugar , Ava tomo aire para llenar sus pulmones.__El salón rosa, ése es el salón de Sibyl, es el del lado,__ Ava asintió , se sentía extraña, el agarré de lord Langhydrock le causaba un cosquilleo. Rápidamente salió, Corey recostándose en la pared respiró profundo. Debía calmarse, pero no podía, el tenerla tan cerca le resultaba imposible.

Pasó su mano por su rostro con cansancio, no quería sentirse así , no quería volverse loco al tener a la señorita O'Nell en su casa .

Rodeo el oscuro escritorio para sentarse en el sillón de alto espaldar.

Se recostó en esté, debía centrarse en resolver asuntos más importantes; cómo por ejemplo: Sacar su titulo del foso dónde caería irremediablemente si no hacía algo pronto.

Abrió el cajón de su escritorio, sacando un montón de papeles, debía resolver su lamentable situación. Por su hija principalmente.

Elevó su mirada hasta la pintura sobre la chimenea, debía deshacerse de ese cuadro , lo tenía allí por Sibyl, pero en realidad el nunca le gusto verlo, la mujer en ése retrató no era digna de estar en ése lugar.

Ava cerró la puerta tras sí, confundida por la actitud de lord Langhydrock, por que se tensaba cada que ella aparecía, suspiró ruidosamente, se separó de la puerta para buscar un cuaderno de hojas amarillas, para hacer los ejercicios y preguntas que iba a aplicar a la pequeña lady Langhydrock.

Lo mejor sería centrarse en su trabajo , debía evadir al conde a toda costa, para llevar una convivencia tranquila.