Neptuno

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Saliste de tu casa. 

Aún recuerdo que tenías un yeso en tu brazo, y quizás llevabas una campera azul. 

Salimos a caminar, casi no hablamos, nunca fui buena para hablar con las personas, y a decir verdad, te pido perdón, los nervios podían mas que mis ganas de hablarte. 

Pero todo viaje, siempre termina, y mi hora de regresar a casa llegó. 

Antes de irme me aseguré, al menos, de tener un beso tuyo. 

Y ese único beso tuyo, me hizo viajar hasta Neptuno, para que luego, tu abrazo, me llevara hacia el sol. 

Me hiciste recorrer la galaxia entera en solo segundos, y creo que me di cuenta, que nunca iba a poder amar a alguien como te amaba a ti. No de un extremo de la galaxia al otro extremo. 

Creo que la galaxia siente vergüenza al saber que no es lo suficientemente grande para abarcar todo lo que siento.

La veces que quise odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora