Virgo

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Y nos reencontramos una vez más. Éramos más maduros, más serios, crecimos como debíamos. Pero también estábamos más heridos, más muertos. 

Sin aquellas sonrisas que teníamos cuando eramos niños, sin aquel brillo de esperanza en los ojos.

Éramos nosotros en carne y hueso, pero en alma y corazón, dejábamos mucho que desear. Estábamos perdidos en nuestros caminos, y tal vez por eso nos volvimos a ver.

Cargando un gran peso en nuestros hombros, con miles de cuchillos clavados en la espalda, y flechas enterradas en el corazón, jodido cupido el que nos tocó ¿no?. Con marcas en nuestra piel, miles de inseguridades, miedos, y guerras en nuestras mentes. 

Nos encontramos entre nosotros, pero hacia tiempo nos habíamos perdido a nosotros mismos.  

La veces que quise odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora