¿Dónde estoy?
¿Qué hago en este lugar?
Una enorme presión en el pecho me invadía. Nuevamente, estaba en ese hotel, donde trabajaba hace tiempo. Me dijeron, en recepción que Erick se encontraba en una de las habitaciones y por un momento pensé que había reservado esa habitación por nuestro aniversario como novios pero nunca me llamó.
Subí hacia la habitación que había reservado a nombre de la empresa donde sé que su padre es inversionista, entré con cuidado y traté de mantener la ilusión de que no se trataba de nada malo.No fue así.
Lo encontre, si y, para mi gusto, muy cómodo entre las piernas de una mujer.
Sara.
Mi mejor amiga y mi novio se encontraban en hoteles a mis espaldas. Los cabos sueltos empezaron a tener sentido. Días que no llegaba a casa, trabajos de último momentos. No emití ruido, me quedé parada en ese lugar como si fuera un mal tercio.
Mi mundo perfecto se había arruinado. Si, con una amiga de años, nunca fui muy codiciosa con respecto a las amistades. Sabía que no podía confiar en todo el mundo pero contando todos los momentos que estuve con Sara, en sus malos y buenos, pensé que había quedado claro que era una valiosa amiga.
O solo yo la consideraba de esa forma.
No cabe duda que senti algo romperse en mi.
El imbécil se había levantado, luego de terminar dentro de ella y noté que ni siquiera se estaba cuidando. ¡Que horror!. Estuvo dentro mío, anoche.
Notó que había alguien en la puerta, porque se podía ver mi sombra que ingresaba por la luz.— ¿Qué haces aquí?. — soltó, agarró una camisa que estaba tirada en el suelo y se cubrió su entrepierna.— T/N, no es lo que crees.
— ¿No es lo que creo?— me crucé de brazos y bufé.— Entonces, ¿qué?. ¿Caíste por error sobre la vagina de mi amiga?.— si, hasta en este momento fui sarcástica.— Espero y te dure.— no lo déeje seguir hablando y, antes que ella se levante, avancé hacia su dirección.— A ti — pensó que iba a golpearla, se hizo para atrás.— Fuiste lo único bueno desde que tengo memoria.— ella sonrió y sentía como se burlaba de mi.— Espero y también te dure, perra.
Salí como pude sin llorar, cuando baje del ascensor empecé a correr hasta dar a la calle. Contuve las lágrimas lo más que pude pero al llegar frente de un bar, pensé: ¿por qué contenerlas?. Y lloré, lloré por todo lo que hice y dejé por él, el tiempo perdido y momentos que pensé, nunca perdería.
Luego lloré por mi, el gran amor que me hacía sentir y lo, jodidamente, ridícula que me sentía en esos momentos. Tenía el corazón roto por una amistad perdida y el amor de un idiota que nunca tuve.
Me senté en la vereda del bar y sollocé, las personas cruzaban y me miraban, unos confundidos y otros reían.
Abrí mis ojos, empapados en lágrimas y me levanté. Necesitaba un abrazo, fui al cuarto de Yoon Gi. Éste me vió, seguía despierto con la tablet sobre su abdomen, fijó su mirada en mí y no dijo nada. Apartó el aparato y extendió sus brazos para que fuera hacia él. Lo hice. Me abrazó y lloré, de nuevo.
Yoon Gi y yo somos iguales, cuando caemos en un estado donde no aguantamos nada más, buscamos al otro y permanecemos juntos hasta que uno se calme. Espero estar para él cuando me necesite.Por él pude salir de muchas cosas y se lo agradezco.
— Duerme, me quedaré contigo. — habló en mi oído mientras acariciaba mi cabeza. De a poco cerré mis ojos, estaba más tranquila. Unas palabras salieron de mi boca, no sé muy bien cuales.
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Miradas → │Yoon Gi; Ho Seok; Tae│
Fanfiction«Él tan solo se acercó a mí y tiró su bebida por todo mi cabello. Quería matarlo. Luego, miró a esas chicas que se reían, pidió otro trago y se las lanzó de un modo que ni el las películas de matrix se vería. Me sacó de ahí, pensé que llamaría un ta...