Capítulo 18

10.6K 685 43
                                    

Nicholas Pritch.

Nos encontrábamos en camino a la casa de la castaña por petición de ella, pues al parecer le emociona que Max le haya dicho que recibiría miles de regalos a cambio de que fuera a su antiguo hogar. No me molesta para nada que quiera sentirse consentida, pues está en todo su derecho de ser mimada por su hermano, pero me enfurece que el pelinegro sabe cómo comprar el amor de Kate como si fuera una niña pequeña que no sabe distinguir entre lo bueno y malo, ella no es ingenua.

Al llegar a la dirección de la casa de Max, pude observar que Kate estaba completamente dormida y no se había dado cuenta que habíamos llegado. Esto me daba una oportunidad para ir hablar con el pelinegro y aclararle que no puede estar creando estos conflictos caprichosos, pues la única que podría salir afectada sería mi novia.

Me bajé del auto colocando el seguro de este, no sin antes bajar un poco las ventanas para que entrara el aire fresco. Caminé hasta la puerta de la gran casa en donde nos esperaba Max, sé que él tiene un plan para que Kate lo prefiera encima de mi, pero esta muy equivocado si voy a dejar que eso pase.

—¿Qué haces aquí?

Al parecer Max no esperaba ver el rostro de su querido cuñado, pues se cruzó de brazos y su mirada era desafiante, además de que con esa chaqueta de cuero negra lo hacía lucir en serio peligroso.

—Kate está en el auto dormida, quiero que discutamos esto como dos personas adultas —hablé relajado.

—Quiero ver primero a mi hermana —espetó.

—Por favor, solo quiero aclarar algunos puntos —supliqué.

—¿De qué quieres hablar? —aceptó.

¿Cómo le explico a un hombre de 23 años que estoy perdidamente enamorado de su hermana menor y que si me aleja de ella me voy a hundir en depresión? No puedo desaparecer a Kate de la vida de Max solo porque yo quiero, pero tampoco deseo que ella se vaya de la mía, aunque claro, no estoy dispuesto a compartirla con nadie, es por eso que vengo aquí a dar la cara por lo que quiero.

—Kate es mi novia y quiero que lo comprendas —solté—, ella es feliz conmigo y si tan solo te dedicaras a ver el estado de ánimo que tiene cuando pasamos tiempo juntos, yo la escucho y trató de comprenderla sin importar, si tiene algún problema busco una solución porque no me gusta que ella este triste demasiado tiempo, sé que no puede dormir sola sin una almohada o en este caso un cuerpo para abrazarlo.

>> He estado al pendiente de sus estudios como nadie, la he ayudado con sus materias —tomé aire—, no es por reprochar pero yo le estoy dando una estabilidad económica y cumplo cada capricho que ella desea y sobre todo le doy todo el amor que una pareja le puede dar a su novia —lo miré fijamente—, lo siento pero tú no le puedes dar eso a Kate por más que quieras —admití.

—No lo comprendes —negó con la cabeza.

—¿Qué no entiendo? —espeté—. Sé que estás enamorado de tu hermana y es algo enfermo pero lo entiendo porque son la única compañía que han tenido entre ustedes, comprendo tu situación de sentir que estás solo porque Kate está con alguien más —señalé el auto—, puedo entender que mi novia solo conoce a un hombre y ese eres tú, pero ambos deben de crecer para poder salvarse de esta vida terrible, yo lo hice.

Max me miró totalmente sorprendido y con los ojos tan abiertos como un búho, pero esa mirada me hizo entender que todo lo que dije es verdad, lo sé porque yo mismo sufrí todo lo que describí, aunque yo tuve que madurar mucho más rápido pudiendo comprender todo lo que significaba el mundo del amor y decepción. Algo que he aprendido es a soltar las cosas que no son para mí, no debo de aferrarme a algo que no me pertenece o no soy bueno en ello, en este caso el pelinegro debe de aceptar que Kate ahora es mi novia.

InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora