Capitulo 6

18.1K 1K 203
                                    

Kate Hill.

Mis párpados pesaban más de lo normal, cuando me di cuenta de dónde estaba pude ver que me ubicaba encima de mi cama. Tallé mis ojos con algo de fuerza para poder volver a la realidad.

A mi mente vinieron los recuerdos cuando estaba en la sala junto con Alex y Nicholas viendo una película, después me había quedado dormida en el hombro de mi amigo pelinegro y ya no supe que más ocurrió.

Miré el reloj de mi cuarto que estaba en mi mesa de noche, el cual marcaba las 5:47 p.m. En mi mueble se ubicaba una nota en una hoja de cuaderno, no sabía exactamente de quién era pues no decía su nombre.

"Castaña, te dejé en tu cuarto para que puedas dormir mejor, que tengas bonita tarde, te veré mañana".

Tenía un poco de hambre ya que no había probado ningún pedazo de pizza que habíamos preparado Alex y yo, así que con mi cuerpo pesado por tanto dormir me coloqué de pie y me dispuse a poner mis pantuflas para así poder bajar a la cocina y comer un poco.

He vivido sola desde hace 4 años, cuando mi hermano mayor se mudó a un departamento para protegerme de algo que no tengo idea, así que viene a visitarme una vez a la semana. Vamos a la misma escuela pero en diferentes grados, siempre dice que es mejor mantener distancia, como desconocidos por mi seguridad, no es algo que me moleste pues siempre me ha atendido y protegido a su manera.

En la escuela no tengo muchos amigos, la razón es que mi hermano desde que recuerdo me ha prohibido tener amistades y sobre todo traer a alguien a la casa, no quiero imaginar que haría Max si se enterara que ayer traje a dos amigos míos a ver la televisión. No me molesta no tener compañía, pues me he enfocado en mis calificaciones y escuela, así que no me siento sola.

Al bajar a la cocina pude darme cuenta de que había un olor muy delicioso, no sabía que era pues no había dejado nada para calentar, o solo que Nick me hubiera cocinado como en su departamento.

El tan solo hecho de pensar en Nicholas me hace feliz, es el primer amigo que tengo en la vida y me agrada mucho, así que bajé rápidamente las escaleras para que pudiera abrazarlo como siempre él a mí, pero mi gran sorpresa fue cuando en vez de encontrar al castaño pude notar que era mi hermano quien estaba cocinando.

—Princesa —habló mi hermano extendiendo sus brazos.

No me esperaba ver hoy a mi hermano, así que corrí a abrazarlo enrollar mis piernas en su cadera rodeando mis brazos en su cuello.

Desde que tengo memoria mi hermano me ha llamado princesa, pues para él siempre dice que soy una chica a quien siempre va a tener que proteger y rescatar cuando sea necesario. Yo antes pensaba que el podría decir que es mi príncipe, pero Max siempre se negó diciendo que habría alguien más esperando ese puesto, no sabía lo que significaba y no lo quiero saber.

—Pensé que vendrías en dos días —hablé bajándome de su cadera.

—Lo sé, solo quería ver cómo estaban las cosas —acarició mi caballera.

—¿De qué hablas? —dejé de sonreír.

—En un momento hablaremos, ahora quiero comer esa pizza con el spaghetti que acabo de hacer —sonrío.

Max tomó dos platos de spaghetti en sus manos para caminar al comedor para dejarlos en la mesa. Ambos nos sentamos en las sillas de madera para comenzar a comer de nuevo.

Nuestros padres habían fallecido hace más de 5 años, cuando tenía casi 13 años y mi hermano 16. Hubo una época en donde nos habían embargado la casa y tuvimos que vivir un par de meses en la calle debajo de un puente, ya que según Max si alguien nos veía nos iban a separar. 1 año después nos mudamos pequeño departamento para luego instalarnos en esta casa. El pelinegro ha estado ganando dinero a montones, no sé de donde obtendrá todos esos billetes, pues nunca lo he visto trabajar en una oficina como todos, pero ya no tenemos que buscar comida en las sobras de los restaurantes o investigar en donde podemos pasar la noche.

InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora