𝐃𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬:𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 (#𝐃𝐁𝐌𝟏)

Capítulo 3:El mejor novio del mundo

Aquí les voy a dejar el tercer capítulo de la historia.

Disfrútenlo.

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Mal's POV:
Mi respiración se volvió acelerada y agradecí que Ben me estuviera abrazando.

-Bueno, Maléfica...-dijo Lumière e hizo una pausa- Ella, de algún modo u otro ahora puede hablar.

-¿¡QUÉ!?-grité asustada.

No, no, no, no. No puede ser cierto.Primero sabía que iba a tener que aguantar sus miradas de decepción, ¿ahora también tengo que oírla quejarse?

-Lumière, eso es imposible-dijo Ben acariciando mis brazos para tranquilizarme.

Juro que si no lo tuviera en este momento a mi lado ya me habría desmayado.

-Pues, lamentablemente no-dijo Lumière apenado.

-¿Y cómo lo descubrieron?-preguntó Ben.

-Ya que ustedes me habían comunicado que irían a visitarla, fuí con varios guardias y me quise asegurar de que todo estuviera en orden. Pero al ingresar dos guardias a la habitación donde está Maléfica-dijo y me miró-, empezó a insultar a los guardias diciendo que eran unos insolentes.

-¿Estás seguro de lo que oyeron?-preguntó mi novio.

-Sí, su alteza. Yo mismo oí lo que dijo la madre de Lady Mal.

Todos me miraron. No lograba que ninguna palabra saliera de mi boca a causa del miedo.

-Esta bien, ¿no encontraron más nada que estuviera fuera de lo común?

Oír la voz de Ben y sentir sus brazos cuidándome eran lo único que me permitía mantener la cordura y para poder respirar.

-Em-Lumière se rascó la nuca nervioso- A todos nos pareció que había crecido unos pocos centímetros.

Oh no, no, no, no.Ben besó mi frente y revisó que yo estuviera bien.

-¿Aún quieres ir a verla, princesa?-me preguntó Ben.

-S-sí-fue lo único que logré articular.

-¿Segura?-me preguntó y asentí.

Los dos guardias iban caminando a nuestros lados y Lumière iba al frente. De solo pensar en todo lo que me puede decir me dio escalofríos. Ben me prometió que iba a entrar conmigo, y hoy más que nunca necesito que lo haga.

Lumière nos abrió la puerta y entrelacé mis dedos con los de Ben con fuerza. Entramos y los demás se quedaron afuera.

-Pero miren quién se dignó a visitarme después de 2 años-dijo mi mamá.

Un escalofrío recorrió mi espalda al oír su voz.

-Mamá...-susurré.

-¡Oh! Y además trajiste al principito estúpido, o debería decir, al rey estúpido-dijo y soltó una carcajada.

-Por favor no empieces, madre-dije intentando agarrar valor para hablarle.

-¿Porqué, Mal? Sabes que me gusta divertirme. ¿Lo recuerdas?-me reclamó con una sonrisa cínica.

Me percaté de que lo que había dicho Lumière era cierto, adquirió algunos centímetros desde la última vez que la vi.

-¿Cómo olvidarlo? Si durante 16 años tenía que oír tus gritos burlandote de la gente en el día y en la noche.