cap.42

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Mientras besaba mis labios, acariciaba mis piernas con lentitud y de a poco las iba separando para acomodarse a la perfección y comenzar con torturadores movimientos sobre mí.

Gemí suavemente sus labios al sentir que la presión que hacía iba siendo cada vez mayor. Sus manos ya habían tomado la decisión y me despojaban de la única prenda que cubría mi cuerpo y al tenerme completamente desnuda, las guió hasta mis pechos para masajearlos con lentitud y pronto, sus labios se encontraban besando la parte más delicada de ellos. Solo podía gemir ante todas las maravillas que lograba hacerme sentir, su lengua se desplazaba de un lado a otro y comenzaba a desesperarme, lo necesitaba dentro de mí, llenándome de placer, cariño, amor.

Mientras se encontraba concentrado en esa parte de mi anatomía, tomé el elástico de su bóxer negro y lo deslicé todo lo que mis brazos me lo permitieran, para luego dejarle la misma tarea a mis pies.

Capturó mi boca completa y jugó apenas pocos segundos con mi lengua. Se separó y respiró jadeante sobre mis labios. Me miró a los ojos y sonrió con ternura.

Iba a decírselo, iba a decirle por fin que lo amaba, pero todas mis palabras se ahogaron en un largo gemido al sentir como hacía presión en mí entre piernas y se movía delicadamente apaciguando la suave puntada.

La ola de calor iba creciendo a medida que me embestía una y otra vez. Trataba de ser cuidado y lento, pero estaba viéndose obligado a comenzar con una serie de movimientos más rápidos.

Gemía sin cuidado sobre mis labios y no hacía más que incentivarme a seguir. Arañaba su espalda y mordía uno de sus hombros tratando de contener el placer, pero cada vez era más difícil.

Ni uno de los cuerpos se agotaba, al contrarío, pedían a gritos más.

Giramos en la cama y solté un grito ahogado al sentir como me penetraba con mayor fuerza al estar yo sobre él. Me sujetaba de la cintura para ir guiando cada movimiento. Soltó un gran gemido y caí rendida en su pecho.

Su corazón latía más fuerte de lo normal... por la luz que entraba con poca intensidad por una de las ventanas... podía apreciar como nuestros cuerpos brillaban a la luz de la luna.

Aún ahogado, tratando de recuperar el aire, acariciaba mi espalda y mi cabello de forma vertical. Suspiraba de forma continua y yo no sabía como comenzar a decirle todo lo que sentía.

Como estábamos en el entretecho, la música de la fiesta se escuchaba con poca intensidad, por lo que el silencio abundaba y dejó que escucháramos con claridad un ruidoso trueno y luego la lluvia. Las gotas golpeaban con fuerzas la ventana y parecían querer romper el tejado para inundarnos. El viento, la lluvia, relámpagos y truenos, no me hacían sentir más que protegida entre los brazos de valn. Aún seguíamos desnudos, tapados solamente por una frazada y sentía a mi cuerpo más tibio que nunca, no habitaba el frío.

Suspiré suavemente y levanté mi rostro para poder mirar a valen directo a los ojos. Sonrió con ternura y acarició mi majilla con su mano derecha.

Era el momento, era el instante perfecto para decirle a Justin la palabra más importante que podría decir, esa palabra tan corta, pero tan grande a la vez, la que deja una marca en la vida.

—valen —Susurré con el nerviosismo presente en la voz.

— ¿Si? —Volvió a sonreír al notar que algo trataba de decirle, más no me sentía preparada.

—Hay algo que debes saber —Musité con una leve sonrisa en los labios, tenía tanto miedo, tanto miedo a ser rechazada.

—Esa voz de misterio —Carcajeó mirándome con una divertida expresión— Dime.

—Yo... —Mis ojos por última vez vagaron tranquilos por toda la habitación, preparándome para mi misión— valen... —Y ahí me encontré con sus hermosos ojos almendrados— valen... yo te amo —Susurré. Sentí mi cuerpo más liviano y mi conciencia más limpia que nunca, por fin había tenido el valor para decirlo y era una sensación enormemente satisfactoria, pero al cabo de unos segundos, cada espacio dejado en libertad en mi cuerpo, se fue rellenando de nervios interminables.

Creía morir con el paso de los segundos. Miraba concentrada el rostro de valen, buscando expresiones, algo que me diera un indicio de qué era lo que sentía, pero él decidió quedarse con los ojos idos, inexpresivo total. Parecía que sus oídos se hubiesen estado tapados y no hubiese alcanzado a escuchar mi declaración, era como si aún esperara a que le dijera algo.

 Ѕσlσ Δϻιɢσs 《ωσѕ ч тυ》#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora