capítulo 5

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-Que programa esta usando?- le preguntó Khali la miró con desconfianza, pero respondió de todas formas.
Lesli se levantó, se sentó a su lado e hizo ademán de alcanzar el ordenador, pero Khali no se lo dio.
-Confíe en mí. Si no le gusta mi trabajo, puede echarme de su avión.
Él sonrió y le dio el ordenador portátil. Lesli lo miró y pensó que era increíblemente atractivo. De piel morena, ojos oscuros, nariz recta, mandíbula fuerte y pómulos altos, resultaba tan importante como una estatua clásica. Hasta la pequeña cicatriz que tenía en l mejilla izquierda le quedaba bien. Y por si fuera poco, llevaba un traje de aspecto muy caro que realzaba sus hombros anchos y sus caderas estrechas.
Era un hombre magnífico, pero Lesli no se hizo ninguna ilusión al respecto. Los hombres como Khali no se interesaban por mujeres como ella; además de no ser especialmente guapa, ya había cumplido los treinta y tenía unos cuantos kilos de más y un cuerpo con forma de pera. De hechos, Gerald era el único hombre que se había fijado en ella hasta ese momento. Y la había abandonado esa misma mañana.
-Donde están los documentos que necesita ordenar?
Khali le enseñó la carpeta en cuestión y abrió varias hojas de cálculo.
-Necesito comparar todos los datos -explicó- Se nos ha presentado la posibilidad de adquirir dos empresas distintas y tenemos que elegir una. Quiero tener sus análisis de gastos e congresos por separado.
Lesli miro la pantalla del ordenador y asistió. Era un trabajo tan fácil que lo podría haber hecho hasta con los ojos cerrados,
-Quiere que incluya las ventas dentro de los beneficios? O prefiere que se las ponga en un documento aparte?
Khali arqueó una eja, sorprendido, y contestó a su pregunta.
Dos hora después, Lesli imprimió el resultado y se lo dio.
-como ve he sacado dos copias. Y por supuesto, también tiene los datos en el disco duro.
Bambi estaba leyendo una revista de moda; acababa de perder su empleo, pero no parecía importarle. Lesli la miró y sintió envidia; habría dado cualquier cosa por tomarse la vida con esa indiferencia.
El piloto les informó entonces de que la torre de control les había dado permiso para aterrizar. Lesli volvio a su asiento, se puso el cinturón y estuvo a punto de suspirar al ver la hora; allí eran las siete de la tarde, lo cual significaba que en los Ángeles eran las cuatro y que ya no podría hablar con su banco. Se mordió el labio inferior y se maldijo para sus adentros por haber sido tan irresponsable. Si lo hubiera pensado antes, podría haber llamado desde el avión. Pero no estaba pensando con claridad y ahora no tenía más remedio que pasar toda la noche en un banco del aeropuerto. Un final perfecto para un día espantoso.
Cuando aterrizaron, tardó un buen rato para levantarse del asiento. La perspectiva de salir del avión con un vestido de novia, no le hacía ninguna gracias.
Al final, saco fuerzas de flaqueza y salio.
Khali y Bambi estaban en la pista, junto a la escalera.
-He dicho que estás despedida- afirmó él.
Bambi sonrió.
- Lo sé, pero quiero darte las gracias de todas formas. Trabajar contigo ha sido muy difícil. No sólo porque tus negocios sean complicados, sino porque me costaba contenerme...
- Contenerte?
Bambi apretó su cuerpo contra el del Príncipe.
- Sí. Te deseo.
Lesli no se pudo resistir a la tentación de contemplara la escena. Por lo visto, no era la única persona cuya vida parecía sacada de una novela barata.
- Lo lamento, porque yo no tengo ningún interés en ti, ni personal ni de ningún otro tipo_ dijo Khali-. Estás despedida. Desaparece de mi vida.
Bambi apretó los labios. - no lo dices en serio. Eres rico y yo soy una preciosidad. Estamos hechos el uno para el otro- afirmó.
Khali se puso tenso, como si se sintiera insultado por el comentario.
-permíteme que te recuerde que estás hablando con el principe Khali de El Bahar. Y cuando doy una orden, me obedecen.
Lesli se quedo boquiabierta. Hasta ese momento había pensado que los del Príncipe no iba en serio, que sólo era una forma de hablar. Pero Khali era un principe de verdad.
Rápidamente, intentó recordar lo que sabía de su país. El Bahar era un reino situado en la península Arábica;  estaba gobernado por un rey que tenía tres hijos y se mantenía neutral en cuestiones de política internacional.

rescatada por un principe👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora