Capítulo 8.

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En cuanto se metió a la cama, le dio por pensar en lo sucedido durante las últimas horas. Y fue un error, porque, naturalmente, también pensó en Gerald. Ahora, su ex prometido le parecía un canalla, una rata y una serpiente. Se dijo que estaba mejor sin él, que prefería seguir sola a llevar una vida basada en una mentira; pero a pesar de todo, se preguntó si la culpa seria de Gerald o, más bien de ella. A fin de cuentas era el único hombre que sea había interesado por ella.

Leslie dejo de dar vueltas al asunto cuando oyó risa al otro la de la puerta. Alzo la cabeza y comprendió que le príncipe Khali Khan de El Bahar se había buscado compañía femenina para pasar la noche.

Supuso que sería tan bella como Bambi y sonrió al recordar su encuentro en el aeropuerto. Khali la había sacado de un apuro y le había ofrecido un trabajo extraordinariamente bien pagado. De repente, ardía en deseos de conocerlo mejor. Quería saber si era tan bueno como parecía o tan miserable como Gerald, sabía que pensar en Khali era poco apropiado, porque se arriesgaba a hacerse ilusiones y a poner en peligro su trabajo temporal; pero la alternativa era pensar en la vida que la esperaba en los Ángeles y en la humillación de hablar con los invitado de la boda para explicarles que ya no se iba a casar.

Los ojos se les llenaron de lágrimas, aunque se contuvo a tiempo, lo suyo con Gerald había terminado, había dado cualquier cosa por tener su afecto, por conseguir su amor. Pero Gerald la había engañado y no merecía que derramara una sola lágrima por él.

__ Si, lo comprendo, señor Boulier. La lista de vinos del restaurante es impresionante, pero el príncipe prefiere tomar vino de su bodega particular, los han enviado desde El Bahar, por avión... El príncipe estará encantado de pagar lo que estime oportuno a cambio de disfrutar de sus propios vinos, pero si le parece una situación humillante para ustedes, buscaremos otro establecimiento.

El señor Boulier respondió de inmediato, pero Leslie no le oyó porque en ese momento llego un fax que había estado esperando.

__ Discúlpeme, señor Boulier. No he oído lo que decía.

__ He dicho que nos hacemos cargo de las preferencias del príncipe y que estaremos encantados de servirlo.

Leslie sonrió.

__ Le hare saber que se ha mostrado muy comprensivo, al final, serán treinta y cinco invitados en total __ le informó.

__ Bueno, si van alquilar todo el restaurante, debo decir que témenos espacio de sobra para mas comensales. Podríamos dar servicio a setenta y cinco personas...

__ Lo comprendo, pero el príncipe prefiere un ambiente más relajado, aunque pagaremos por setenta y cinco invitados, solo necesitamos servicio para la cantidad que ya le he dicho. ¿Le supone algún problema?

__ No, por supuesto que no__ contesto el señor Boulier al otro lado de la línea __. No se preocupe, nos encargaremos de prepararlo.

__ Gracias por su ayuda. Nos veremos mañana por la noche.

Leslie cortó la comunicación, pero el teléfono volvió a sonar varias veces más y tuvo que atender todas las llamadas. Al cabo de un rato, activó el contestador automático y se levantó. Antes de salir del despacho, alcanzó el fax, su libreta de notas y tres carpetas.

En el despacho de Khali se encontraba junto al suyo, el príncipe mantenía la puerta abierta y le había dicho que lo interrumpiera sin dudarlo si tenía alguna pregunta que hacer o alguna información que darle. Llevaban cinco día trabajando juntos y se llevaban notablemente bien; Leslie le presentaba un informe todas las mañanas y repetían la operación por las tardes.

Camino hacia el y se sentó delante del escritorio donde Khali al verla asistió.

__ Espera un momento, Leslie...

__ Descuida.

Leslie contemplo el paisaje que se veía por la ventana, era una mañana de enero, despejada y fría, y la ciudad estaba preciosa, durante los días pasados había descubierto que Nueva York era un lugar apasionante; le gustaba tanto que estaba dispuesta a quedarse unos días de vacaciones cuando terminara su trabajo con Khali.

El príncipe escribió algo en el ordenador portátil. Como de costumbre, llevaba un traje muy elegante que enfatizaba su energía casi animal y la belleza de su cuerpo.

Leslie alzo la vista para sentirse menos perturbada por su atractivo y se fijo en su cabello oscuro, que siempre llevaba peinado hacia atrás, y en su perfil imperioso, lleno de rectas y bordes afilados.

Khali era de trato tan agradable que Leslie tendía a olvidar que se encontraba en presencia de un príncipe, pero lo recordaba en seguida porque siempre mantenía las distancias con ella y porque no la animaba a ningún tipo de familiaridades.

Segundos después Khali aparto la vista del ordenador portátil.

__¿Que tal la mañana? __ Le pregunto él.

Leslie ya lo conocía lo sufriente como para saber que era una pregunta retorica, pura cortesía que no esperaba respuesta.

__Bien. Aquí tienes los datos sobre los nuevos chips para ordenadores.

Leslie espero mientras Khali escudriñaba el documento, sus ojos eran tan penetrantes que a veces tenía la sensación de que podía adivinar sus pensamientos y ver su alma. Sin embargo, sabía que era una idea absurda; Khali no le prestaba atención; para él, ella era una especie de instrumentos eficaz, un robot disfrazado de mujer.

Leslie se aliso la falda y sonrió al sentir el contacto del algodón, su vestuario nuevo no dejaba de maravillarla, aquel día se había puesto una falda de color marrón oscuro y un jersey de color rojizo. Estaba tan encantada con su nueva imagen que el viernes anterior había salido por Nueva York y se había comprado unas botas parecidas a las de montar. Por primera vez en su vida, se sentía bella.

Khali dejo el fax a un lado.

aqui le dejo otro cap espero que los difruten 

rescatada por un principe👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora