Abro los ojos. Un trueno me despierta. Afuera el mundo sigue gris y otra vez la lluvia intenta lavar las miserias de todos los seres humanos, o quizás la madre naturaleza quiere limpiarse de toda la suciedad que le generamos día a día.
Mentalmente repaso lo que paso. Vuelvo a escuchar una y otra vez la grabación y con cada repetición, el nombre del doctor Atani se me hace más conocido. Tengo esa sensación que en algún lado del cerebro existe la información que estoy buscando; es esa impresión de que algo o alguien es cercano o conocido pero no podes recordar bien de dónde.
A eso de las diez, llega un mensaje de Lilium avisándome que en una hora llevan a Rick al cementerio de Saint Joseph, que allí nos encontremos. Parece irónico, pero con la lluvia torrencial que hay, parece que el día llora despidiéndolo.
Salgo y mientras camino intento acordarme cuando fue la última vez que visite un lugar de estos. Tal vez cuando sucedió lo de mi padre, o un tiempo después. Lo cierto es que pertenezco al grupo de personas a las que no les gusta ir a los cementerios.
Para mí, la persona no está ahí. Solo son huesos y carne; un envase vacío. Y no lo digo en un sentido religioso o esotérico, sino desde el lado de que una persona es los momentos que ha vivido y que le ha hecho vivir a los demás.
Es recuerdo, risas, tristezas, llantos y alegrías. Eso va más allá de un alma, de un cielo o un infierno. Significa comprender que por mucho tiempo, minutos o segundos vos fuiste parte de alguien o ese individuo fue parte de vos. Si bien es difícil de comprender, cuando se llega a entenderlo te da una idea de lo importante que somos y sobre todo, de lo trascendental que son las cosas que hacemos y que decimos a los demás.
La entrada del cementerio tan lúgubre como siempre. Con esas gárgolas y estatuas parecidas a demonios alados, dando la bienvenida a un mundo de tristezas y lágrimas. La lluvia vuelve todo más tétrico, melancólico.
No es difícil encontrar la ceremonia, donde todos dicen que fuiste una gran persona y son perdonados tus pecados. Incluso parece que esta terminado.
Lo que me llama la atención es que Lilium se encuentra un poco alejada de todo eso, casi bajo un árbol y mojándose porque no tiene paraguas. Me puse a su lado, pero vaya a saber por que mundos anda vagando su cabeza, que ni se percata de mi presencia. Tengo que hablarle para que lo haga.
—Hoy si que es un día gris.
—Si, en todo sentido... —Su rostro ni se inmuta; ella sigue de viaje.
—Lo que no entiendo, perdón que lo diga, es porque estas acá y no ahí con las demás personas
Lilium hace una pausa seguida de una respiración muy profunda. De esas que se hacen cuando las palabras que están por salir de la garganta, duelen tanto como si se hubiera tragado dolor.
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Fate
Science FictionCuando era niño, Marcos presencio el asesinato de su padre a manos de un hombre misterioso. Ahora ya adulto, busca venganza mientras trabaja en una Agencia super secreta que tiene más conexiones con su pasado de lo que imagina. Acompáñalo en esta av...