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Jonah y Corbyn se dirigieron al jardín trasero de la casa seguidos de Daniel y Zach, al llegar el rubio envolvió sus delgados brazos alrededor de la espalda de su mejor amigo, mientras que los otros dos le demostraban su apoyo dando leves caricias en sus hombros, momentos después Daniel y Zach decidieron entrar a la casa y los chicos de ojos azules se quedaron en el mismo lugar.

Casualmente Jack se encontraba saliendo de la casa y al ver el estado de su amigo se acercó preocupado.

—¿Qué pasó?—cuestionó preocupado.

—Tuvo una pequeña discusión con Austin, donde dijo cosas que no le hicieron bien a Jonah—dijo mientras soltaba al mencionado.

—Mierda, ya me imagino que le dijo, pero esto no se quedara así—dijo y trató de entrar a la casa en busca del rubio.

—No, Jack no quiero que te metas en problemas—dijo Jonah y lo tomó del brazo.

—Está bien, sólo porque tu me lo pides—sonrió.

—Iré adentro—.

—Te acompaño—dijo el rizado y se fue junto el castaño.

Corbyn miraba alejarse a sus amigos, se sentía demasiado mal por Jonah, él más que nadie sabía lo que había sufrido por la ruptura con Tate; le dolía ver a sus mejor amigo llorar.

Se sentó en una de las sillas que estaban frente a la piscina a admirar el cielo que en ese momento se encontraba repleto de nubes, muy pocas personas sabían que le encantaba mirar aquel manto de color azul.

Escucho que alguien se sentó a su lado así que volteó, se encontró con Brandon.

—Lo siento—se disculpó el pelinegro.

—¿Por qué?—respondió el rubio.

—Por lo que dijo Austin, no debió mencionar eso—dijo volteando a mirar al ojiazul.

—No es tu culpa, y creo que él es el que debería disculparse con mi amigo—dijo apartando la mirada.

—Si...—.

Se quedaron ahí afuera hablando de diversas cosas como cual es su comida favorita y esas cosas. Corbyn decidió regresar al interior de la casa cuando tuvo ganas de tomar algo así que Brandon se quedó sentando un rato más pensando en aquel rubio de ojos azules, para él eran lo más bellos que había visto aunque, no lo diría en voz alta, no aún.

(…)

Por otro lado Jonah se encontraba en su habitación envuelto con sus sabanas de pies a cabeza, tenía puestos sus audífonos y estos se encontraban conectados a su teléfono, en ese momento se reproducía Jealous de Labrinth, lágrimas saladas rodaban sobre sus mejillas y no, no sólo estaba llorando por lo que Austin había dicho sino que tenía miedo.

Miedo de no poder encontrar a alguien que lo amé, de no encontrar a su "alma gemela" o "media naranja"; también tenía miedo de no poder volver a amar a alguien como lo había hecho con Tate.

(…)

Austin estaba furioso, sabia lo que había dicho estaba mal pero ese chico se lo merecía, según él, estaba en el pequeño gimnasio que había en la casa golpeando el saco de boxeo con sus puños los cuales se encontraban envueltos con una venda.

Nick entró a aquella habitación preocupado por su amigo.

—Aus, para te harás daño—dijo calmado.

reality; Why don't we x PRETTYMUCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora