Recuerdos.

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Buenos días cariño, ya despierta, despierta Dave. —Dice con una sonrisa.

Molly lo despertaba todos los días con una voz agradable y una sonrisa que parecía el mismo sol.

Dave abre los ojos y posa su mano en el rostro de ella,  junto con una mirada cálida.

*****

   RING! RING! 

El sonido de la alarma por fin logra despertar a Dave, quien apaga con un solo golpe. 

Con pocas ganas se levanta y se dirige al baño, él siempre era limpio y procuraba que nunca faltará nada, pero... desde aquel día, ya no se preocupaba por sí mismo. Así que al querer cepillarse notó que la pasta de dientes estaba tan enrollada que ya no quedaba absolutamente nada. Negó con la cabeza al percatarse, pero no dio más importancia y bajo a la cocina para preparar algo de desayunar, al abrir el refrigerador solo vio una caja de leche medio vacía, un huevo, mantequilla y una papa.

—¿Qué voy hacer con esto nada más?

—Ahora tendré que ir al super . —Dice cerrando la puerta y preparándose para salir.

Se volvió algo distraído y un poco dejado. tenia ojeras y una barba no muy arreglada, traía los pants grises de siempre y los tenis que usaba para todos lados. Antes de salir, miro a sus perritas Hanny y Poli, quienes eran su compañía todos los días, ellas les devolvieron la mirada a él moviendo sus colas. Dave observó los tazones vacíos de sus mascotas.

—Comida para perro, anotado.— Dijo despidiéndose de sus mascotas, para luego subir a su carro.

*****

Amor recuerda que hoy iremos a la fiesta de tu tía Georgiana— Le dice Molly mientras prepara la ropa de Dave para esa noche.

Molly era una chica ordenada, en ciertas cosas, ya que en otras era un desastre. Aunque siempre procuraba que Dave este siempre aseado, eso a él le encantaba, le encantaba verla y distraerse en esas cosas.

¿Que buscas, Cariño? 

*****

Esas palabras le resonaron en la cabeza, como si Molly se encontrase ahí, mientras el buscaba el pasillo de higiene, se distrajo un poco y llego al pasillo frutas, como si lo necesitase o algo haya inducido a llegar ahí.  Ya hace tiempo que no se cuidaba saludablemente, nunca faltaban frituras y chucherías en su refrigerador y alacena, por lo que llegar al pasillo de frutas y verduras fue extraño. 

Se rasco la cabeza algo confundido, y sin más, agarró una bolsa para colocar en ella cuanta fruta había. Se dirigió a una de las cajas para poder pagar.

Cuando llego solo habían tres cajas en el super, por lo que optó por ir en la que parecía estar menos llena. En lo que esperaba que pasen las personas, se puso a mirar el stand de golosinas. Él ya estaba a punto de agarrar una barra de chocolate, pero... solo permaneció ahí observándolo y luego avanzó, dejando atrás esa barra de chocolate, que lo había mantenido feliz por algunos años, aunque él podía seguir sin sus golosinas.

*****

Molly, ya es tarde! — Le grita desde abajo, acomodándose la corbata.

—  Voy! ya voy amor!!— Se puso sus aretes, y bajo. 

Al bajar Molly, él la observó, y la miró alucinado por su radiante belleza, su mirada tierna y su sonrisa  que apaciguaba e iluminaba su alrededor, no se podía explicar como tal mujer pudiera estar con él. Ella sonrió y dio unos cuantos pasos para así acercarse y  poder acomodarle su corbata, pues él no había conseguido hacerlo bien. 

Viendo más allá de tí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora