Andrea Pia Kennedy nació el 2 de julio del año 1964, en la ciudad de Hallsville, en el estado de Texas, en los Estados Unidos de América. Su padre era o es un ciudadano de Alemania que emigró a Estados Unidos, y fue en dicho país donde conoció a su madre, la cual tenia raíces irlandesas. Creció en el seno de esta familia junto a otros 4 hermanos, siendo ella la menor de edad.
Fue bulímica durante sus años de adolescencia. También sufría de depresión y, a la edad de 17 años, hablaba constantemente con sus amigos sobre su deseo de suicidarse. Andrea se graduó de la escuela secundaria Milby, en Houston, en 1982. Era la mejor estudiante de su clase, capitana del equipo de natación y oficial de la Sociedad Nacional de Honor.
Completó además un programa de pre-enfermería de dos años en la Universidad de Houston y se graduó en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Texas. Desde 1986 hasta 1994, trabajó como enfermera en el Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas.
En el verano de 1989, conoció a Russell "Rusty" Yates en los departamentos Sunscape en Houston. Él era dos meses menor que ella. Pronto se mudaron juntos y se casaron el 17 de abril de 1993, anunciando a los amigos que “buscarían tener tantos bebés como la naturaleza lo permitese”. Posteriormente, compraron una casa de cuatro habitaciones en la ciudad de Friendswood.
En febrero de 1994, nació el primer hijo de la pareja, un niño llamado Noah. Poco después, Rusty aceptó una oferta de trabajo en Florida, por lo que la familia se trasladó a un pequeño remolque en Seminole. El segundo niño llegó casi enseguida; lo bautizaron como John.
Michael Peter W.
Luego, ocurrio el nacimiento de su tercer hijo, Paul, se instalaron de nuevo en Houston y compraron una casa rodante. La vida en el vehículo se hizo insoportable para Andrea. El calor era terrible, el espacio limitado y su mente presentaba trastornos. Andrea tenía que enseñar en casa a los cinco niños pues según creía, era malo que los niños fueran a la escuela y aprendieran las cosas del mundo. A veces tenía alucinaciones, oía a Satanás hablándole.
Tras el nacimiento de su cuarto hijo, Luke, Andrea se hundió de nuevo en la depresión. Su estado anímico se vio influenciado por los sermones extremistas de Michael Peter Woroniecki, el predicador que les vendió el remolque.
Su familia estaba preocupada por la forma en que ella se mostraba cautivada por las palabras del ministro. Entre otras cosas, predicaba que el papel de la mujer se derivaba de la maldad de Eva y que las madres malas solo podían criar hijos malos que irían directamente al Infierno. Andrea estaba obsesionada con el Infierno, el Demonio y la idea de que el Mal poblaba el mundo en cada uno de sus rincones.
El 16 de junio de 1999, Rusty encontró a Andrea temblando y masticando sus propios dedos hasta sangrarlos. Al día siguiente, trató de suicidarse con una sobredosis de pastillas. Fue internada en el hospital, donde le prescribieron antidepresivos. Poco después de ser dada de alta, le rogó a su esposo que la dejara morir mientras sostenía un cuchillo contra el cuello. La mente de Andrea Yates se colapsaba día con día.
Otra vez hospitalizada, se le prescribió una mezcla de medicamentos que incluían Haldol, un fármaco antipsicótico. Su condición mejoró inmediatamente y se le dio de alta por segunda ocasión. Después de eso, Rusty mudó a la familia a una pequeña casa por el bien de su salud. Andrea pareció estabilizarse.
En julio de 1999, sucumbió a una crisis nerviosa, que culminó con dos intentos de suicidio y dos hospitalizaciones psiquiátricas consecutivas. Fue diagnosticada con psicosis pos-parto. Su psiquiatra, la doctora Eileen Starbranch, instó a la pareja a no procrear más hijos, ya que equivaldría a "garantizar una futura depresión psicótica".