HANNIE IN WONDERLAND [TERMINADA]

2

—¿Pro... profesor Moon? —tartamudeó Jeonghan, confundido —¿Realmente es usted? —preguntó.

—¿Profesor? —repitió el hombre gato moviendo la cabeza hacia un lado —. Creo que me confundes con alguien más. Mi nombre es Cheshire —dijo sonriendo ampliamente —, aunque "profesor" suena bastante bien —agregó, haciendo una especie de ronroneo.

Observó a Jeonghan por unos segundos.

—¿Sabes? tienes una linda cabecita —comentó —¡El Sombrerero estará encantado!

—¿Sombrerero?

—¡Apresúrate! —exclamó el gato, logrando que Jeonghan se sobresaltara —¡Él se molestará si llegas tarde! 

—¿Él? ¿Quién es él? ¿Hacia dónde debo ir? —preguntó Jeonghan, preocupado.

Cheshire no respondió. Sólo se limitó a sonreír ampliamente, dejando al descubierto sus afilados dientes. De pronto, su cuerpo comenzó a desaparecer. Primero las piernas, luego el vientre, y después el torso. Jeonghan abrió los ojos, atónito.

—Al Rey Rojo no le agradará que llegues tarde —dijo la cabeza flotante de Cheshire —. Puede que pierdas esa bella cabecita que tienes sobre los hombros.

Acto seguido desapareció.

—¡Ahh! —exclamó Jeonghan, impactado de lo que acababa de ver.

Aún estaba procesando lo sucedido, cuando volvió a oír una voz conocida.

—¡Ay ay ay! ¡Llegaré tarde, llegaré muy tarde!

Y al girarse, se encontró con el rostro ya conocido de su amigo Seokmin. Aún llevaba orejas de conejo sobre su cabeza.

—¡Seokmin! —Jeonghan lo llamó por su nombre, aliviado de haber encontrado un rostro familiar.

Sin embargo el chico pasó corriendo por su lado sin siquiera detenerse, y siguió por el sendero que se abría paso delante de él.

—¡Espera! —gritó Jeonghan, echando a correr tras el chico conejo —¡Seokmin!

Pero el chico conejo no se detuvo. Jeonghan corría tras de él lo más rápido que podía. En clases de deportes, Jeonghan siempre había sido mejor que su amigo, más esta vez no pudo darle alcance.

—¡Seokmin! ¡Espera por favor! 

Pudo oír la voz de su amigo, quien seguía replicando su tardanza mientras se internaba en una zona donde el sendero entraba en un bosque. Aún así, Jeonghan siguió tras él sin prestar atención al lugar en el que estaba perdiéndose. La voz de su amigo se alejaba cada vez más, y aunque aceleró el paso todo lo que pudo, no fue capaz de alcanzarlo. Para entonces, se había internado en el bosque por completo y cuando tomó conciencia, se aterró. Los árboles, altos y oscuros, lo rodeaban por completo. La luz del sol era casi nula y sólo podía ver un metro más allá de sus pies. Un pájaro graznó a lo lejos, y Jeonghan sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ¿Qué haría ahora? Caminó hasta un árbol cercano, se sentó en el suelo, y rodeó sus piernas con los brazos. En lo único que podía pensar en aquel momento, era en Seungcheol. Él siempre lo había protegido cuando sentía miedo. Estando a su lado se sentía seguro. Luego recordó la escena en la biblioteca y se hizo un nudo en su garganta.

—¿Por qué no me lo dijiste? —murmuró, ocultando su cabeza entre las piernas.

—¿Por qué no te dije qué?

Jeonghan soltó un grito, y cuando levantó la cabeza, vio el rostro del profesor Moon flotando a un metro sobre su propia cabeza.

—¡Profesor Moon! —exclamó al verlo.

—¿Otra vez con eso? —dijo el hombre gato —¡Ya te dije que mi nombre es Cheshire! Aunque puedes llamarme "Profesor Cheshire" si lo deseas.

El rostro flotante giró en su eje hasta quedar boca abajo y mostró sus dientes.

Jeonghan alzó una ceja, confundido ante tan extraña escena. De todos modos, no tenía tiempo de preguntarse si eso era real o no. Necesitaba encontrar la forma de salir de aquel lugar.

—¿Podrías ayudarme a encontrar la salida? Estoy perdido —dijo.

La cabeza del hombre gato alzó ambas cejas.

—¡Siempre has estado perdido! —exclamó, ampliando su macabra sonrisa.

Jeonghan lo miró.

—¿Qué quieres decir? —preguntó.

El gato se acercó a su rostro.

—Siempre buscas respuestas, cuando lo que quieres saber está frente a tus ojos. Sólo tienes que preguntarle —susurró en su oído.

—¿De qué hablas?

Jeonghan estaba cada vez más confundido.

—¡Oh!

Cheshire se volteó y observó algo tras el árbol en que se apoyaba Jeonghan, ignorando por completo la pregunta de este.

—¡La fiesta ya comenzó! —exclamó —. Si no te apresuras, no alcanzarás pastel.

Y desapareció.

—¡Espera! —dijo Jeonghan, incorporándose.

El rostro del hombre gato había desaparecido. Entonces escuchó la música. Jeonghan se volteó hacia la dirección en que Moon había estado observando unos segundos antes. Había una luz entre los árboles. Jeonghan decidió investigar, después de todo, no tenía qué perder.
Mientras se acercaba, la luz comenzó a expandirse y la música a intensificarse. Parecía una melodía clásica. Caminó unos metros más, y dio con un claro en medio del bosque. Había una gran mesa, llena de dulces y aperitivos. Las luciérnagas flotaban alrededor, iluminando la escena como si fueran pequeños focos. Y en el puesto principal de la mesa, vestido de traje, con su aro brillando en su oreja derecha, y un hermoso sombrero de copa, estaba...

—¿Seungcheol?

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